jueves, 24 de octubre de 2024

¡NUNCA DES POR MUERTO A UN CERVECERO!

 Por Manuel Araníbar Luna



Día difícil para conseguir movilidad. Huelga, pocos buses, varias marchas con banderolas y llantas quemadas, pero hay una inmensa marcha que no es de huelgustas.  No hay policía que la detenga. Esta inmensa cantidad de gente con banderolas celestes no se dirige a ninguna protesta. Esta marcha se mete al Estadio Nacional.



Tendidos en el cordel…

Es que cuando hay optimismo, cuando se tiene fe no hay huelga que detenga al hincha. Para el cervecero celeste no hay cucos que lo asusten en la cancha. Y justo es lo que intentaron los visitantes, meter miedo. ¡Mira cómo tiemblo!, que vayan a meter miedo a sus hijos para que tomen la sopa. Los diarios mermeleros pronosticaban que se iba a repetir el triunfo del equipo de Ate que venía embalado, aceitado, lubricado, alabado, santificado. Pero para su desgracia el once de la camiseta color manteca también jugó trabado, encerrado, encadenado. Su medio campo en lata de sardinas. A su línea creadora, entre Cazonatti y Pretell los apretaron, los exprimieron, los secaron y los tendieron en el cordel. Creían que por la derecha apretando a Santi Gonzales lo iban a sacar del partido. Craso error. Su entrenador se equivocó de dar explicaciones. Bustos ordenó que aprieten a Gonzales. Pero es que había otro Gonzales, Canchita, que empezó armando juego por el medio y flotando por todo el medio campo.  Bustos grita en medio de la histeria: “ajusten a Canchita también”.

Un escudero no teje ropones…

Pero no supo, olvidó, no recordó o no evaluó (en todo caso, ya ni importa) que Cristal no solamente es Caute y Santi a quien lo marcaban de a tres y que a pesar de la presión los bailaba. Cristal era un batallón de once guerreros, mientras que la visita se ahogaba reclamando por todo, desde que hace mucho frío hasta que el pasaje ha subido.

Sus defensas, Cabeza de Bruja y Maledetto se le pegaban a Caute. No hay palta, libertad completa para el Irven de Acero que se juntaba con Canchita para elaborar, ya que, como sabemos, Pretell es un escudero acorazado aunque no se caracteriza por tejer ropones ni hilvanar ataques. El equipo armó pocas, aunque suficientes como para causar pánico a la visita, porque los laterales que son quienes facilitan las salidas no se proyectaban. Así los arriba se mueren de hambre.

Acúsenlo con su mamá…

Aclaremos, el medio campo era propiedad celeste más por destrucción que por elaboración. Aún así, se llegaba al área contraria. A la mitad del primer tiempo Santi rompe a su pobre, triste y destroncado marcador y habilita a Pretell que -aunque es más un parachoques que timonel-. Se la pasa masticada a Irven. El capitán se la juega a Caute que, estorbado por dos troncos color manteca, los quiebra con la zurda y remata de media vuelta pero Britos mete las uñas y la desvía al palo. Entonces surge una figura, Cazo el guerrerazo, el sucesor de Piki, el que corrió la cancha de sur a norte y de norte a sur.

Más tardecito córner desde la derecha. El encargado es Speedy Gonzales. Los percudidos vigilan a los más altos, a Romero, a Pósito, a Pasquini, al Hombre Lobo. Se olvidan de Irven o por lo menos no le paran bola. Además se olvidan de Cazonatti que le gana el salto al Cabeza de bruja y la mete de mitrazo. 1 a 0. Lo que se esperaba: reclamo histérico desde el entrenador hasta el aguatero del equipo mantecoide, una cantaleta de todo el partido, que así no se vale, que Cazo despeinó a Riveros, que acúsenlo con su mamá, etc.

El desquite de Mpaché…

Para el segundo tiempo entra Nando. Resistido por algunos sectores de la hinchada, menospreciado por los rivales, insultado desde las redes sociales, a Nando le bastó tocarla dos veces para cobrarse la revancha. Y vaya qué tal revancha. La toca Canchita  desde el medio para Nando. Pase del desprecio a Santi (una lección de Loba, mirando pa’ allá y pasándola pa’ acá), este le devuelve la china que le prestó para su pasaje. Nando no pierde tiempo en guardar la china porque está gatillando en el tiro al blanco y mete el fierrazo que se le chorrea a Britos como pescado enjabonado. El grito es de furia, de revancha, de desquite. A ver si ahora lo felicitan los que le tiraron barro. No se oye. padre.

Con la regla de tres…

Luego, la visita empata por un blooper. Más tarde meten gol con la mano. Perez lo anula. Reclamos histéricos de su entrenador y jugadores. Casi siempre les dan la razón, pero hoy han amanecido con la regla (de tres). Bofetada para el equipo inflado por la prensa. Total, Britos se encabrita, Riveros queda con laciado japonés, Corzo se vuelve farsa, Murrugarra se pinta las garras, Concha se estrecha con alumbre, Polo se pela, Valera se desespera y Flores se marchita. Fruna Pérez habiendo hecho todo lo posible para que su equipo empate se entristece y sopla la vuvuzela.  Buenas noches.

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