Por Manuel Araníbar Luna
La Torre de Vigilancia…
Desde que llegó a La Florida dejó en la pupila del
hincha la imagen de francotirador listo para ametrallar a cualquier intruso desde
lo más alto de la torre de vigilancia. Ganaba todos los
centros al área celeste. También los ganaba en área contraria. Su sangre
guerrera asomaba cuando íbamos en desventaja en el marcador. Entonces se iba
adelante abriendo trocha...
Ni
Hulk ni Pejerrey…
Gracias
a su estatura de 1.92, y buena contextura (75 kg), menos maceteado y ancho como
su paisano Hulk, aunque sin llegar a pejerrey como Di María, le
da facilidad para alcanzar en un par de trancos al delantero más veloz,
soportar la carga de centrodelanteros bruscos y quitar la bola con dureza pero
sin maldad a los malabaristas. Otra gran cualidad de Nacho son sus fuertes y
decisivos goles de cabeza comparables a los de nuestro recordado Alberto Bonnet,
quien tenía la fuerza de una comba en la frente.
Del
clan de los robafocos…
Junto
al flaco Penny, Matías Córdoba y Frank 'Margarito' Rojas, si mal no recordamos, Ignacio Da Silva Oliveira, conocido en su
tierra Rio Grande do Norte como Nachao y en el Perú como Nachinho
es uno de los jugadores más altos que ha defendido la divisa color cielo (gracias por el dato doctor Ernesto Moreno). A nivel
anecdótico, los limeños dicen que los más altos están más cerca de las nubes y les
endilgan toda clase de apodos como Platanazo, Escalera de bombero, Robafocos,
etc., bueno es decirlo, no se le ha subido la nube de soberbia a la cabeza.
Jamás desprecia el saludo y accede con una sonrisa a los siempre cargosos pedidos
de autógrafo de sus admiradores.
El
combazo a River…
Y
vaya que se ha ganado el cariño de la exigente hinchada. Pero a pesar de que tiene
en mucha estimación y agradecimiento a la camiseta celeste que lo ha hecho
conocido en Sudamérica (dejó como estatua de sal al arquero Armani del River con
un gol de furibundo y sorprendente combazo tras un centro del coreano Alarcón),
es un jugador profesional. Y como tal, sabiendo que la carrera de un futbolista
es efímera y siempre hay que guardar pan para mayo, ha emigrado a Fluminense. No
nos extrañaría que lo llamen como central a la selección brasileña que hoy en
día está de capa caída, porque tiene calidad de sobra.
El
beso al escudo sagrado…
Las
despedidas son muy tristes dice la estrofa de un antiguo vals
y esta es una de ellas. Se va Nachinho pero en el corazón del hincha se queda
su sonrisa al centro de su bigote y barba de candado, su mirada felina para
cazar al delantero más escurridizo, su tremenda ventaja para ganar los saltos
en ambas áreas, sus goles sorpresivos que muchas veces nos salvaron de la
angustia de una derrota o empate. Y luego de cada gol su mirada al cielo y el beso
al sagrado escudo de la SC. Por sobre
todo, su cariño y respeto por la camiseta celeste. No hay nada que reprocharle.
Não
é nada mais que um até logo…
El
cariño y agradecimiento es recíproco, estimado Ignacio. Y como lo cantaba Pepe
Vásquez en su tema Jipijay, pero en portugués:
Não
é nada mais que um até logo, nada mais é que um breve adeu
No
es más que un hasta luego, no es más que un breve adiós.
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