Por: Manuel Araníbar Luna.
Todos los cinemeros hemos visto a Silvester Stallone en su película Rocky ascendiendo unas amplias escaleras donde el actor de rostro inexpresivo ensayó duro, fuerte, buscando armonía en sus movimientos, rapidez de reflejos, movimiento de piernas al estilo Muhammad Alí, fuerza para subir, bajar y saltar estirando los brazos dando una muestra de optimismo para su pelea final.
¿Rocky?
¡Ná que ver!
Hay
algunas coincidencias con la película. Primero, que se jugó en Filadelfia, donde
se encuentra el museo de Arte en cuyas escaleras subía Rocky y donde le han
erigido una estatua.
Segundo, a Rocky lo entrenaba Mickey Goldmill,
un gruñón entrenador de la tercera edad. Otra coincidencia con el Nono en lo cascarrabias
y en los almanaques a cuestas. Tercero, tanto Apolo Creed como el Nono necesitaban
un rival de poca monta para levantar su fama y credibilidad pero el tiro casi les sale por el anillo de Linterna
Verde. ¿Algo más? sí, Stallone y el Nono tienen ascendencia italiana. Más ná.
Bien,
mejor dicho mal, ese equipo peruano que ganó a El Salvador no mostró lo que Stallone
grabó en su película. No hubo armonía en sus movimientos, ni rapidez en los
reflejos, ni fuerza para para ascender, mucho menos fuerza ni ganas de ganar.
El
gol salvador…
Porque en el primer tiempo el equipo no armaba ni un rompecabezas de cuatro piezas. Se abusaba del pasecito lateral, de acá para allá, de allá para acá, ¿pero palante? Ni michi. Los guanacos (porsiaca no es insulto, así les llaman a los salvadoreños) sabían que a los peruchos bastaba con taparles las salidas, replegarse cuando los sobrepasaban y contragolpear con un pelotazo. Tal cual lo hicieron. Se llegaba más por acciones individuales. Marquitos López (nota 16) se escapaba de vez en cuando. Tras un misilazo con curva de Cartagena (nota 14) que rebotó en el pecho de lata del arquero, sobre el pucho se creó el contragolpe que mencionamos, el cual menos mal cortó López con las justas. El equipo no ataba ni desataba. Entonces llega el gol salvador a los salvadoreños. Tras un centro de Marquito la empalma Cartagena de volea y la chancha rebota en el pecho de Lapa, pero se le escapa. La gorda llega al chimpún de Orejas (16) que la mete de media vuelta.
La
defensa. No anduvo bien alineada. Parecía que uno hablaba en
polaco y el otro le escuchaba mandarín. En el segundo tiempo un salvadoreño les
ganó por alto y metió un cabezazo que menos mal que a Gallese (15) lo encontró
bien ubicado.
En
el armado. Quispe (11) quien debía conducir, armar y repartir
se enredó como cabello de loco. Anduvo más perdido que mazamorra morada en
leche de tigre. Sólo le ligó un parcito. Recién cuando entró Joao Grimaldo (16)
el equipo recobró algo de ganas y alegría. Rompió cinturas por su banda y creó
buenos ataques metiéndose en diagonal. Si comparamos a estos dos jugadores, damas
y caballeros, digan quién de estos fue el jugador de pecho frío. Obvio, el más
promocionado.
Delantera.
Flores (16) metió su gol y un par de cozinhas, más ná. Lapa (13). no hizo más
porque se la pasaban dividida o para otro lado. Para colmo falló el penal. No
obstante, rescatamos sus ganas de pelearlas todas. Cuánta falta hizo Yoshi,
quien le mandaba los pelotazos al vacío. Entró Paolo (11) y nada cambió. Entró
la Culebra y no pasó naka la pirinaka. Fue el jugador invisible. Falta un
lanzador de drones, y si no lo hay, por favor Gepetto, haz algo porque sólo nos
queda una semana para practicar lanzamientos teledirigidos al vacío. Lo que sí
estuvo bien fueron los remates desde afuera al ver que los guanacos se apretaron
en su área como anchovetas en conserva. En ello la hicieron bien Ussain,
Cartagena y Peña.
A
este budín de partido quien termina de empeorarlo fue el juez (¿?) Williams que
no veía nada, y no por ceguera sino por mala calidad.
La
pirámide de keops…
Las
notas van de arriba abajo:
20:
nadie
18:
la hinchada peruana en las tribunas.
16:
Marquitos López, Orejas, Joao Grimaldo y Advíncula
14:
Peña, Araujo, Abram, Cartagena y el arquero salvadoreño del segundo tiempo
13:
Lapadula, el Vikingo Sonne, Santamaría
11:
Zambrano, Paolo, La Culebra, Quispe, Zanelatto
09:
El resto del equipo salvadoreño.
02.
Kwinsi Williams, árbitro (¿?) de Trinidad y Tobago.
Algunos
huachafos les llaman a los árbitros colegiados. A este Williams hay que
llamarlo Kinderado porque no llegó ni a la primaria. Comparándolos con
este Don Nadie, los árbitros peruanos han salido del último lugar del ranking
de árbitros en el mundo para quedar penúltimos (algo es algo).
Antes
de proseguir, dejamos en claro que queremos que nuestra selección mejore y gane.
Queremos pensar que estos últimos compromisos han sido sólo una pesadilla. La
Copa América, ya sabemos que no la vamos a ganar. Decir lo contrario sería una
ingenuidad. Tan sólo debe ser un escalón para el principal objetivo: clasificar
al Mundial. Buenas noches
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