Por Manuel Araníbar Luna.
Hay una costumbre despectiva muy peruana al comparar el poderío entre dos cuadros. A diario se escucha en esquinas, en bares y cantinas, en las combis, en las paraditas, “a este equipito no los almorzamos como en buffet, más ná.” Pero ese mismo equipo de la comuna que se debate en los últimos lugares de la tabla, con eternos problemas económicos y jugadores siempre impagos resultó agrandado y respondón.
Desde
hace muchos años todos los cuadros que vienen a jugar de visita en La Fortaleza
Celeste se tiran para atrás dejando adelante a un lauchero, un lancero
solitario, para ver si le liga una robadita de pelota cuando los celestes están
en salida o una escapadita de contragolpe encontrando a los celestes
adelantados (y varias veces les ha ligado). No obstante, Muni, como en el tema de Rubén Blades, sorprende a todo el mundo porque pisa el gramado para jugar de igual a igual.
Apenas comenzando la partida los trabajadores municipales dejaron como conos de
entrenamiento a los backs y casi anotan entrando a puro toque. Por suerte
Renato estaba mosca y la desvió. Desde entonces el partido se puso de toma y daca,
de dame que te doy.
Cojumentaristas
y expertontos…
Encuentro
muy hermoso para los espectadores neutrales, esos que se sientan frente a la
tele con su chela y papitas fritas para ver buen futbol sin hinchaje definido,
pero para Nunes era una tortura vietnamita. Conforme avanzan los minutos empieza
la piñería, la saladera en la que creen muchos supersticiosos, como si las
comadres enemigas hubieran contratado un brujo de las Huaringas para que baile
moviendo su maraca mientras clava un muñeco con uniforme celeste. Anulan un gol
a Gianfranco que la había metido luchando de puro enrazado contra dos jugadores
de la franja. Para todo el mundo fue gol legítimo menos para un par de
cojumentaristas mermeleros. Cosas que soluciona el VAR mientras se sus expertontos
se toman una chela en la cabina discutiendo si Mario Bross pasa al siguiente level
(palabra de moda entre los ludópatas huachafos para decir nivel).
Total
los Varólogos le bajan el pulgar a Gianfranco. Quéchevaché, hay que
seguir jugando. Luego viene el penal que Irven lo falla. Nunes se jala los
pelos y les indica que sigan palante más na. Un disparo de Yoshi da en el
tronco. Para colmo se lesiona Lorita. Más piña no estuvo Job. Bien lo dice el
refrán: “El corazón en la boca, mucha verdad y suerte poca.”
Los
zurdos cierran su semana…
Al
retorno el partido sigue igual de disputado aunque los celestes se adueñan de
las acciones en la bolsa de Wall Street pero no de los goles. La piñería sigue, expulsan a Joao. Y como siempre, siguen
fallando goles. Los minutos avanzan a la velocidad cel tren bala japonés. Llegamos a los 90’.
Y faltando un minuto, el zurdo Távara ve que el capitán zurdo Yoshi se está
metiendo solo en Diagonal y Larco, y le manda el dron kilométrico. El capitán
la baja de pecho y cuando va a disparar lo derriba un defensor de la comuna.
Penal indiscutible menos para los del Muni. Yoshi la agarra. El hincha reza
para que no la pinche, porque varias veces se la han adivinado. Yoshi le lee el
pensamiento a la hinchada y obedece. Yoshi fusila al tocayo de Renato con un
zurdazo y la pelota hincha la canasta de frutas. La tribuna estalla celebrando
el gol por obra y gracia del Espíritu Santo Celeste y por la combinación entre
dos zurdos cerrando la semana su semana triunfal. Yoshi se quita la gloriosa
camiseta, se quita el chaleco GPS, señala su brazalete de capitán, salta,
grita, saca la lengua y hace el baile del perrito. Yoshi se gana la amarilla,
lo cual quiere decir que ya no juega el siguiente partido por acumulación de
tarjetas. Al capi no le importa. Lo que le importa es la alegría que le ha dado
a la hinchada. Buenas noches.
CODA.
Una
pregunta. ¿Habrá forma de convertir la semana del zurdo celeste en el mes del
zurdo celeste? Porque esta semana ha sido monopolio de los zurdos, ¡qué
absurdo!. Ya pe’, diestros rimenses, hay que balancear, háganse unos cuantos
golcitos, porfa, para empatarle a los zurdos. Recuerden que hay más diestros
que zurdos. Por desgracia, esta semana los derechos no la han metido.
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