Por Manuel Araníbar Luna.
Por indicaciones de Nunes, los celestes entraron a cancha preocupados en enfrentar un difícil compromiso. Aclaremos, la preocupación era el compromiso contra Emelec por la Líber y no contra el once de Matute. Por ello desde el inicio pisaron el acelerador con pie de seda, la caja de cambios en primera, a media máquina y con un cuartito de tanque de gasolina.
Los mirones son de palo…
Algunos creyeron que el derroche de toda esa
parafernalia de bombardas, fuegos artificiales, niebla, confeti, pica—pica y cohetones
dignos de una procesión iban a intimidar a los celestes sin saber —o no
quisieron enterarse— que los celestes han jugado contra hinchadas mucho más bulleras
y más belicosas. Bah, como ya lo ha dicho Loba, “en la cancha juegan once
contra once y los mirones son de palo”. Cincuenta años antes, Chito De la Torre
dijo lo mismo. “No le temo ni al diablo y menos voy a temer a la Bombonera”.
La idea de Thiago era salir desde la valla tocando para
uno y otro lado y mandar los drones por detrás de la línea del equipo de Abtao.
Así lo hacían hasta que los rivales empezaron a tapar las salidas por las
bandas. El cambio fue por el medio y las cosas cambiaron. El primer paracaídas
lo mandó Jhilmar con un lorazo que el chino Alarcón llegó pero no la entendió.
Más sanos que un jugo surtido…
Con esa soltura, serenidad y autoconfianza, la Máquina
Celeste cedió la iniciativa a los locales para ver qué intentaban hacer contra
la zaga bajopontina. Nada, sólo algunos tímidos avances más sanos que un jugo
surtido que eran hábilmente bloqueados por la zaga bajopontina. En vista de que
los locales no asustaban, los celestes decidieron salir tocando pelota, y vaya que
llegaron.
Promediando la primera etapa, a los matuteros se le
erizaron los pelos. En las narices de Zambrano quien se suponía no lo iba a
dejar ni respirar, Brenner “Caremalo” Marlos lanza un disparo ponzoñoso con
rumbo curvo a la canasta de pan ciabatta tras un taco mejicano de Jostin “Coreano”
Alarcón, pero el misil da en el tronco pintado de blanco.
El partido se convierte en un concierto pogo
de patadas a uno y otro lado. Jesús Castillo (el del equipo de la Vicky, no el bajopontino)
patea en el suelo a Brenner queriendo bajarle las revoluciones. Cuando Lorita
se acerca a reclamar, el Castillo de allá le mete su buen codazo. Aquí entramos
en el el terreno de la comparación. Tardía pero necesaria.
“Abuelito, dime tú¯…”
Algunos cándidos aficionados de las películas de
Harry Potter y el Narrador de Cuentos siguen creyendo que el VAR es un ente infalible
y cuyos fallos y conclusiones son de sabios, que es un Salomón en cabina de TV y que despeja
imparcialmente las dudas en cancha. ¡Pobres ingenuos! Y lo juran con la
candidez de la pequeña Heidi cuando canta “abuelito, dime tú¯¯”, ignorando (u ocultando) que el mundo entero sabe, damas y caballeros, que en la cabina del VAR los mirones
tienen yape.
Comparemos el casual codo de Yotún y su consiguiente tarjeta roja con la pateadura previa del Castillo de allá a
Brenner en el suelo seguido de este criminal y alevoso codazo a Lora. ¿Qué vieron los del
VAR? ¿Por qué no llamaron a Joel Alacrán, tal como en la expulsión de Yoshi? Hasta
donde sabemos, Joelito tenía los audífonos puestos y en sus orejas no había nidos
de golondrinas. Fue doble agresión, contra un jugador caído y contra Lorita. Caray, creo que estamos alucinando ¡Pero, por favor, muchachos, no pensemos mal de los pobres jueces
del VAR, los equivocados somos nosotros! Hay que creer lo que dicen los cojumentaristas
de la TV: lo de Yoshi fue criminal y lo del codo a Lorita fue cariño.
¡Qué manera de perder goles…!
Para el segundo tiempo Costa crea alarma con un
patadón que da al palo de Solís. Por lo menos los locales empatan en tiros al
palo cuando los rimenses ya están pensando de nuevo en el partido del miércoles
contra Emelec. Pero Nunes no piensa así. Se nota que está echando bilis:
—¡Acordem, garotos! —las canas se le ponen verdes a
Thiago— ¡eu sei que vocês estão pensando no Emelec, mais hoje vamos marcar gols
em Matute!
Y los celestes que estaban a media máquina ponen el
chimpún en tercera. Un tiro de esquina con curva de arco iris es cabeceado por
La Manchita. Desviado. Ya antes Joao se había perdido una. Otra más se la
pierde Irven que había ingresado por Brenner, cuando la podía meter papayita con
ojos cerrados. Como vemos, los celestes están más cerca del triunfo y siguen
llegando. Claro que los del otro lado del Zanjón también llegan, aunque con una
diferencia. Apenas un defensa celeste le sopla la nuca a un jugador local, Joel
Alacrán cobra foul. Si un matutero patea a un celeste es casualidad, puesto que
el VAR no dice nada.
Andrea Bocelli en Matute…
Thiago sigue insistiendo que hay que meterla sí o
sí. Se suceden los tiros de esquina. En un centro a su área Zambrano ahorca a
Ignacio dentro del área matutera. Lo ve hasta Andrea Bocelli pero Joel y el VAR
no han traído sus lentes. Mensaje importante: Por favor, no alucinemos, no nos dejemos
llevar por la imaginación: si el VAR no dice nada no es penal. Lo jura y rejura
el árbitro Alacrán.
Los minutos avanzan, los celestes también. Se acerca
el final de la lid. ¿Qué hizo Joelito cuando vio que los celestes se iban
encima de los locales atacando y estos por desesperación la sacan al córner en
la última jugada del encuentro? Pitó el chau y no dejó que lo pateen los
celestes. Nunes y todos los celestes se lanzan a reclamar al popular Jodel.
Su argumento: “ya fue, muchachos, no insistan, mejor cuídense para el partido
del miércoles”.
La hinchada local interrumpe el canto de Heidi a su
abuelito y lo cambia por mentadas de madre a sus jugadores. Ah, y a Jodel Alacrán
y los señores del VAR, que les aproveche el yape. Buenas noches.
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