Por Manuel Araníbar Luna
Los números de la tabla dicen que en la carrera por el título hay varios cuadros compartiendo la punta, pero uno de los equipos lidera la carrera por diferencia de goles y no por un pescuezo ni por una nariz, por ello es necesario golear para volver a encender la maquina celeste, meterle gasolina premium, aceite con aditivos para avión y mucho ají.
La resurrección de Lázaro…
La idea es fertilizar varios
óvulos en cada choque y fuga. Pero una cosa es decirlo, que es como soñar
despierto, y otra es anotar varias veces. De nada sirve tener a la mano una metralleta
sin municiones. Así andaba la máquina…hasta hoy que Lázaro resucitó.
Los juliaqueños tienen
jugadores hábiles, rápidos cimbreantes, escurridizos y de toque fino. Por
momentos prendieron avisos de alerta. Uno de ellos, el Chorri Junior envió una
curva difícil que Renato desvió con las uñas y algunas más que no tuvieron
tanto peligro. Los celestes tienen lo suyo pero hay que demostrarlo y la
oportunidad se presenta envuelta en papel de regalo cuando faulean al
pericotito Joao al filo derecho del cajón criollo.
Colmillo de elefante…
La lógica del pelotero dice
que un tiro libre desde la derecha pinta para que la dispare un zurdo con chimpun
de cuero de guante. El tema es que el cervecero no tiene un pistolero zurdo,
sino dos. Un chalaco -Yoshi- y un sullanero, el Chévere. “Hazlo tú”, dice
Yoshi, “que el siguiente es mío”. Y vaya que el piurano aprovecha. Ya Sao Nacho
se metía por el segundo poste a ver si le llegaba a la mitra, Martín lanza
la bomba y todo el mundo cree que vuela hacia el central carioca pero la pelota- caprichosa ella- hace una curva de colmillo de elefante y se mete bien pegadita
al ángulo. Golazo que abre el marcador como una mandarina.
“¡oiga, mire, vea…!”
Los rimenses se siguen filtrando
como contrabandistas por Tumbes, lanzando centros pasados pero se siguen
perdiendo excelentes ofertas por fiestas patrias. Lo que no se han perdido son
las entradas de 2x1 al Gallardo, un adulto con un niño menor de 12 años. (“oiga, caballero, mire, vea y aproveche”). Un éxito en la tribuna, pero en cancha hay
que aumentar la cuenta para chapar el primer lugar.
A la franca, se llegaba,
pero no se vacunaba. Franco, franco, merecían otro gol. Y es Franco Medina
quien manda un centro pasado por agua tibia que llega a los pies de Yoshi, este
se acomoda y la mete con tranquilidad como si los rivales no lo hubieran visto.
2 a cero.
La barra pide un parcito más…
Para el segundo Paul McCartney los puneños se
achoran, elaboran y llegan varias veces al área cervecera pero la defensa
rimense se bate con huevos, azúcar, harina, mantequilla y los convierte en
queque. Mientras tanto, la barra tribunera se pone exigente, tiene sed (no sean
malpensados, se entiende que es sed de goles) y pide un parcito más, aunque sea
por 28. El escurridizo Joao Speedy también quiere el suyo, y vaya que se lo
merece porque ha sido el soldado de avanzada que más ha hincado con la bayoneta
aunque sin puntería. Es el chino Jostin quien le sirve un té jazmín filtrante
en callejón de un solo caño y a Speedy sólo le queda empujarla al hostal sin
que ella se oponga. 3 a huevo, y el dominio cervecero se consolida.
Se busca cuarto amoblado…
Nunes y la afición piden el
cuarto. Hablando de cuarto, el Lobo se la pasa a Chévere en los tres cuartos de
cancha. Este Martín, que durante la semana ha practicado tiro al blanco en el club
Revólver, levanta la mitra, ve al arquerito adelantado y le mete un disparo con
curva de cachito de mantequilla (que los huachafos llaman croissant) y consigue
el cuarto amoblado, TV de 55” y frigobar repleto. Lleno de fervor patriótico, Martín
salta y lanza su proclama al igual que su tocayo el Libertador en 1821, pero no
en Huaura sino aquí en el Gallardo, cerquita al Trébol.
Cinco al hilo…
Hoy parece que los tiros con
curva están de moda. Ya cuando el partido está terminando y algunos hinchas se
retiran satisfechos por los cuatrillizos, llega un centro (curvo, por supuesto)
desde el medio campo que la conecta el chibolo Leo Díaz con cabezazo al piso y
anota el cinco al hilo. Quintillizos en el Gallardo sin tomar la chicha
mellicera.
Esta victoria merece, por supuesto, una felicitación por 28 con unas palmadita al hombro, un “van bien, muchachos, van bien”, y más ná. No debe llevar a los celestes a creerse los próximos campeones del torneo. Ni lo alucinemos porque conocemos a los jugadores peruanos, uno les revienta cohetes y al siguiente partido juegan como si los goles llegan con sólo apretar la tecla del cajero automático. Se ha ganado una batalla, pero no la guerra. Por algo está muy bien puesta la frase del camarín: “otros equipos disputan partidos, los celestes peleamos campeonatos”.
Bien, Lázaro resucitó, esperamos que siga inflando
barrigas. Buenas noches, patriotas cerveceros.
ojala que los jovensitos que ha puesto nunes sean los que forme la nueva maquina celeste. mis felistaciones a Tavara que se jugo un partidaso. tal parece que ha retomado el camino de la seriedad. fuerza cristal
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