Por Manuel Araníbar Luna
Los hinchas brasileros desde antes del partido ya estaban festejando su ingreso como primero en el grupo y aspirando el aroma de su próxima su copa mundial, la sexta. Ya brindaban con cachaza, una bebida fuerte que en español es una palabra grosera mientras miraban cómo calentaban en la cancha los suplentes del scratch para la pichanguita de entrenamiento contra Camerún.
Arquero
de acero inoxidable
Hoy
el Scratch entró a la cancha con la idea de guardar feijoada para mayo, para
llegar fresquitos y sin lesiones a las siguientes fases. Desde el arranque los canarinhos
dominaban el partido. Llegaban por todos lados, pero siempre había un leoncito que
la sacaba de cabeza, con el chimpun o con una volada del arquero Epassy. Durante
todo el primer tiempo los amarelhos la tuvieron aunque la llegada más peligrosa
fue de los verdes, un cabezazo al piso cuyo rebote sacó Ederson con las uñas,
que si se las hubiera cortado antes del partido la pelota se le metía a al canasta de huevos de gallina con gripe aviar. Por su parte el arquerinho Epassy
soportó codazos, rodillazos y puñetes aunque parece que entró a la cancha con chaleco
de acero inoxidable porque nada le hacía daño. También sacó varias venenosas y
dio algunos rebotes. Uno de los ellos no fue de la pelota sino de su cabeza
contra el poste. Aun así, mareado y maltrecho, no dejó pasar ni el aire.
A propósito, que Coki mande su CV a Europa a ver si lo contratan como entrenador de arqueros: él y sólo él sabe mejor que nadie en el mundo el modo en que hay que atajar: “dio un tonto rebote, no la supo embolsar” y un montón de etcéteras durante 90 minutos más descuentos. Y la del estribo: “la sacó con mano cambiada”. Señores guardavallas, háganle caso a Coki, cámbiense las manos en una operación, la derecha a la izquierda y con las palmas para el lado de los puños para que la próxima vez diga “la sacó de mano operada”. Mejor que no mande ningún CV a nadie porque los extranjeros y los sordos tienen la suerte de no escuchar sus comentarios. Los envidiamos.
A
la cundé cundé…
El
medio campo camerunés tenía una fiera como volante, de todos los leones, él
tenía más melena, aunque la tenía amarrada como coleta. En cada choque dejaba
maltrecho a un carioca. La quitaba con mordedura o con arañazo pero la quitaba
sí o sí. Se apellida Kundé. A él le debemos la canción del Toro Mata, “a la cundé
cundé cundé”. Y no sigo escribiendo los versos del tema porque van a creer que lo
hacemos por racismo, debido a que una de las estrofas dice “hay que matar a ese
negro”. Y es que los torcedores brazicos juraban matarlo ahogándolo en
caipirinha. Naka, al que hay que jalarle la palanca del WC es al entrenador Tite
por creído, por sentirse en las nubes pensando que con tantos partidos invictos
incluso con suplentes ningún equipo del montón les iba cortar el récord.
Se
equivocaron de rival…
¿Equipo
del montón? Los cameruneses tienen un apodo muy singular, “Los Leones
Indomables”, y tienen fama de aguarle la fiesta al rival más pintado. En España
82 lo hizo con Perú empatándonos cuando creíamos que los africanos eran pan
comido, pero al final, si no les anulaban un gol ellos nos comían sancochados
en sopa de chimpunes. En el 90 le ganaron a los argentinos. Más adelante, en ese
mismo certamen lo hicieron con Colombia con gol del legendario Roger Milla (al
robarle la pelota al mismísimo loco Higuita). Además, desde hace décadas casi todos
sus jugadores actúan en ranqueados equipos europeos. Esto no lo tomaron en
cuenta los cariocas. ¿después de esta derrota siguen asegurando que es un equipo
de medio pelo? Por desgracia, Suiza le ganó a Serbia y los dejó fuera del
mundial.
Sólo
se salva el tío Danny…
Los
cariocas llegan por todos lados pero en vano. Armaban juego pero se perdían en
la selva verde. En la zaga, Danny Alves a quien lo querían jubilar cumplió,
pero no del todo. Aun así, la hizo como para un 14 de nota. Lo mejor fue una
salvada de taco volador. Un tiro libre brasileño con curare del Mato Grosso se
lo dejaron para el tío Dany, podía ser su último gol de tiro libre antes de que
lo jubilen. Los afros armaron la barrera y como se ha hecho costumbre un camerunés
se echó para una siesta y soltó un eructo de caimán. Mucha demora y preparación
para que la bola se vaya a la tribuna. Anthony es un malabarista que baila el
samba con la pelota pero de bailarín no pasa. Pongan a otro que baile mal pero
que juegue bien. Ninguna le ligó. Martinelli muy hábil, se hizo un par de
jugadotas pero se ahogó en la playa, y luego, nada de nada.
Por
temor a la macumba…
Tite
se da cuenta de que se equivocó de rival. Sale Gabriel Jesús y lo reemplaza
Pedro, un jugador con mandíbula de Che Copete. Este también se falla un par de
bolas dentro del área. Es que le pesa la mandíbula de burro. Para el próximo
partido tendrá que dejarla en el camarín (si es que lo vuelven a poner). El partido
avanzaba y los verdes se animaron a contragolpear. En un par de toques se
produce el gol del capitán Aboubakar en carrera de velocistas de 4 x 400 metros
. El capitán se va metiendo por el
centro. El alero la centra con curva de plátano palillo y el capitán la mete de
cabezazo que deja al arquero Ederson tieso como estatua. Qué salado. Y es que, andaba
distraído y temeroso de los rezos de ritos macumberos que le mandaban los
hinchas africanos. Aboubakar se quita la camiseta y el arbitro le muestra la
tarjeta color sangre dándole palmaditas, un poco más y lo besa. El delantero
recontra alegre se lleva la tarjeta a casa para ponerle un marco. Si todas las
expulsiones terminaran con sonrisas y abrazos el mundo sería más feliz. Total,
Brasil perdió, pero quedó en primer lugar y Camerún le quitó el invicto pero quedó
fuera. Así es el soccer. Buenas noches.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario