Por Manuel Aranibar Luna
Los celestes muchas veces juegan contra equipos a los que les favorece la terrible altura, el sofocante calor, el lamentable estado de las canchas. El domingo pasado, quien impidió el triunfo cervecero no fue ninguno de ellos, sino dos defensores adicionales de la visita: los dos palos. Ah, y otro rival, la terna arbitral.
No lavó la camiseta…
Los cerveceros arrancaron atorando la salida
de los rivales. No los dejaban ni ver quién llamaba a la puerta. Y es que los
que tocaban la puerta, mejor dicho, la jamba (preguntarle a un carpintero) eran
los del Rímac.
Como era de esperar, los titulares de los
diarios chicharrones (con olor a chancho quemado) indicaban que el equipo de
Ate venía a jugarse el todo por el todo, que se iba a imponer la garra y que si
había temblor en Lima iría a ser por la celebración de su hinchada. El mundo les
giró al revés, y todo les salió patas arriba. El equipo de Ate entró a protegerse de una violación,
acurrucándose como anchovetas en aceite y de vez en cuando intentar un
contraataque aprovechando algunas pelotas perdidas en salida. Para decirlo más
claro, los visitantes entraron no a ganar sino a no perder. Jugando así no hacían ni yaya. Alejandro el Flaco
en buena parte del partido tranquilamente podía ver los mensajes de su flaca, al punto que su uniforme no necesitó llevarlo a la
lavandería. Mientras tanto, los armadores celestes se paseaban de una banda a otra para filtrarse por los
huecos de la defensa visitante.
¿A quién querían asustar, a
los celestes?
Al ver que los celestes se adueñaron de la cancha y de la chancha a la que llevaban de paseo de una a otra banda los visitantes imaginaron
que podían frenarlos a punta de patadas. ¿a quiénes, a los celestes? ¡Más pa’
allá! Qué poca imaginación, cuánta inocencia. Creyeron que metiendo taba los
iban a controlar. Fue todo lo contrario. El juego de toque inundó la cancha, los
ataques llegaban por donde menos lo esperaban. Irven se perdió dos, el Hombre
Lobo una, a Calca se le escapó otra, sin contar las de Alejando el Chico como veremos líneas abajo.
Muevan esos postes!!!
El domingo Hohberg se agigantó como un
Alejando el Magno con chimpunes. Desde que entró a la Florida el enano ha visto
muchos videos de Chorri, Periquito Chiroque y otros malabaristas de aquellos que
se escabullen de los defensas en un metro cuadrado. Esa tarde le salió una de las
figuritas más difíciles. Para ello le
pidió prestado un poco del elástico de cintura de Calca, puso el driblin de
Chorri y se quitó de encima a dos defensas contrarios dejándolos
como conos de entrenamiento y disparó pero el tronco le
dijo no. Por desgracia no le pidió un poco de puntería a Jorge “Oreja” Soto.
Fue un saludo a la bandera, mejor dicho, al palo de la bandera. Para variar en
el segundo tiempo la disparó con toda maestría, pero igualmente el poste le
dijo no (habrá que mover el arco diez centímetros más allá). Le hemos visto
jugadas geniales pero ninguna como esta.
No vieron al elefante…
Todos los celestes jugaron de modo aceptable
y mucho mejor que la visita. Decir lo contrario es no saber ver el futbol. Sólo
les faltó el gol, de pura piña rociada con sal. Pero algunos aguafiestas
-imitando a la prensa vendehumo- insisten en decir que Cristal
“le empató a los de Ate”, y el otro titular es aún más cándido: “no pudo con los
de Ate”. Esto ya es ceguera bastante interesada. Bien dicen que no hay peor miope
que el que no quiere ponerse lentes. Ese es el caso del árbitro. Este señor es
ciego por conveniencia. No quiso darse por enterado del tremendo patadón al
Hombre Lobo que quedó aullando de dolor. Le reclamó al juez ¿Y el cuarto hombre
que estaba tan cerca que le salpicaron los restos de sangre del Licántropo? “no
se oye, papá”.
Cuatro tremendos jueces…
Eso no fue lo único. No cobró un penalazo de
Quina a Hohberg (lo jaló con ambos brazos un metro fuera del área y otro metro
adentro), tan claro penal que con seguridad lo podían cobrar Stevie Wonder,
José Feliciano o Andre Bocelli. Ya, pero estaban de testigos los otros jueces turroneros
( que actúan cobrando sus buenas fichas). Supongamos que el juez no la vio,
pero ahí estaba el línea, y de pasadita, el cuarto no estaba mirando películas
porno en su celular. Por desgracia, si los mencionados ciegos fueran árbitros
lo harían mejor y no aceptarían “sospechosos incentivos”. No hay nada que
hacer, hay gente que va a Las Leyendas y no se da cuenta que hay elefantes y jirafas.
Y en esto incluimos algunos, dizque hinchas, que ignoran todo lo bueno. No hay
nada más que añadir, después de una batalla todos son generales. Buenas noches
CODA.
A ver, hinchas cerveceros de
celular, dejen el teclado y por favor vayan al estadio este sábado. Se necesita
todo el apoyo de la hinchada celeste en la tribuna para los próximos partidos
en los que se va a tratar de subir un peldaño en la lucha por el título
nacional. Los precios que han puesto los locales están accesibles.
VAMOS CELESTES, SIEMPRE CON PASO SEGURO Y CON HUMILDAD. NO NOS CONFIEMOS EN EQUIPOS CHICOS. HAY QUE JUGARLES A TODOS DE IGUAL A IGUAL PORQUE AL BOYS LAS KAKAS LE ESTAN DANDO INCENTIVOS, ASI LO DECLARO CHUCHO CHAVES
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