Por Manuel Araníbar Luna
Jueves 29 de setiembre, una de la tarde, hora del almuerzo, hermoso día de sol primaveral que ameritaba un gran partido, aunque le faltaba el ingrediente necesario para completar la fiesta: la hinchada en las tribunas con sus barras, sus cánticos y palmas.
Gol de piyama…
Luego de acomodarse el
microfonito, el árbitro sopla la gaita en momentos en que los jugadores se
amarraban los chimpunes, unos se rascaban las ingles y otros más escupían sus
pollitos para aclararse la garganta y el Hombre Lobo de peinaba las barbas
cuando de pronto se encuentra con la pelota y sin pedir permiso se manda una carrera
de cincuenta metros para dispararla al área chica donde la espera Calca, pero este
no la llega a tocar. La pelota va a los pies de Alejandro el Chato que la
empuja a la canasta. ¿cuántos minutos se llevaban jugados? Ni siquiera un minuto,
¡36 segundos! ¿Tan rápido? Mucho más rápido que un chiquitingo de Usain.
Castigando al Lobo…
Este tanto piyamero auguraba una goleada desde el primer tiempo. No obstante, las cosas no son como uno las predice, sino como las presenta el DT rival, en este caso Franco Navarro que cada día está más bilioso. ¿Qué hizo Franco? Al ver que los celestes se metían hasta su cocina sin pedirle permiso mandó adelantar sus líneas y bloqueó la línea creadora de los celestes que luego del gol ya no la tuvieron tan fácil. Por el contrario, eran los tarmeños quienes llegaban al área de Alejandro el Flaco, pero sin balines ni oxígeno.
Los celestes (hoy de rojo) se limitaban a tocar y tocar para uno u otro lado. De
vez en cuando el chévere Távara lanzaba pelotazos con dron para contragolpear a
las puntas, principalmente por el lado del Licántropo Sosa (ver diccionario) que corre como si tuviera
dos tanques de oxígeno en vez de pulmones. Fuera de ello no hubo otra novedad,
salvo que al Hombre Lobo lo maltrataban a punta de tabazos como si se hubiera comido a la Caperucita.
Menos mal que la barba amortigua los golpes. Quince minutos de descanso.
La uta del guanaco…
Empezando el segundo tiempo y
con la sangre en el ojo por el gol piyamero, los tarmeños cobraron su venganza al
contado y en dólares anotándole a los celestes al primer minuto. 1 a 1. Pero la
alegría le duró poco al asistente de Franco que gritaba como vendedor de paltas
porque poco después Alejandro el Chico vuelve a vacunarlos contra la viruela del
mono y la uta del guanaco tras un cañonazo de Távara al punto G que quema el pasto al
estilo Atila. El Hombre Lobo salta por encima de la chancha y Alejandro el Chico
la empuja, facilito como botando la espuma de la cerveza. 2 a 1 y el partido se
pone de ida y vuelta. Los blancos que quieren empatar y los rimenses que
defienden y rotan la pelota a punta de toques tan simples como un click.
El Lobo rapta a Caperucita…
El tercero llega tras córner
lanzado por Távara directo a la cabeza del flaco Rafa Lutiger que la mete al rincón.
Franco, imitando al Increible Hulk, se pone verde y escupe bilis. Llega el sosiego para los celestes pero no
les dura ni dos minutos porque los tarmeños no se quedan de chimpunes colgados.
Anotan su segundo gol tras una descoordinación de la defensa chelera. 3 a 2. Los
tarmeños se envalentonan y meten todo el carnero a la pachamanca olvidando que
los celestes saben contragolpear. Tarjeta para Lorita por bloquear la salida de
un tarmeño. El profe Mosquera lo reemplaza con Nilsson por siaca le quieran sacar la roja. Otra vez el Hombre
Lobo se escapa de los cazadores y rapta a la Caperucita en complicidad con Jesucito
que ha reemplazado al chaturri Buonanote. Ambos se comen la cancha hasta llegar
al área. El Lobizón dispara pero el arquerito la rechaza con el toperol. El rebote
llega a los chimpunes de Castillo que anota el cuarto gol ¿De fuerte patadón? No,
la coloca suave pero efectiva. Este gol es el definitivo. ¿Algo más? Sí, por
favor denle a Franco unas cápsulas para bajarle la presión, porque está más verde que Shreck. Buenas noches.
NADIE NOS PARA FUERZA CRISTAL!
ResponderBorrarY por favor dejen de joder a los jugadores y al entenador
ResponderBorrarEl que hace el equipo es Mosquera y no los tecleros que solo sirven para joder