Por Manuel Araníbar Luna
Piura es una ciudad donde se come rico, su gente es hospitalaria. Quienes no conocen el estadio Bernal de la tierra de los churres y los piajenos ignoran que la grama es recontra seca, el calor es de candela y corre un viento tan fuerte que tranquilamente se podía llevar por los aires a Calca y Joao quienes pesan 45 kilos cada uno.
Una
transfusión de sopa de frejoles.
Aunque
en el Día del Padre el gringo de arriba no recalentó las cabezas de los jugadores, el problema para los celestes en el primer tiempo fue que tuvieron que jugar
contra el jugador número 12 de los piuranos: el viento.
Entre
el gringo y el viento hicieron que la pelota haga extraños movimientos como si
la hubieran emborrachado con chicha. Aun así los ataques rimenses llegaban al
arco de los churres. El primer susto para Supermán es una que dispara Joao con
kriptonita pero la pelota corre débil. La redonda se le
chorrea al ex superhéroe y de puro piña colada da en el palo de algarrobo. Más
tardecito hay que hacerle una transfusión de sopa de frejoles a Joao a ver si
la dispara más fuerte.
El
Lobito se queda aullando...
Un rato después el chévere Távara lanza un
corner con curva que es peinado por Omar Merlo, y sin proponerlo la manda cruzada
a la olla donde se están metiendo dos celestes con camiseta roja, Nilsson y el
Hombre Lobo. Uno de los dos tenía que empujarla, pero primero llega Nilsson y el
Lobito Feroz se queda aullando de hambre con la servilleta amarrada al cuello peludo.
Supermán levanta el brazo protestando, pero en vano, el banderillero ya se ha
ido corriendo a la Plaza de Acho. Uno a cero y al reclamo de Supermán no
le hace caso ni el Ministerio de Justicia de Metrópolis
Los
blancos se engorilan y confiando en el apoyo del viento empiezan a llegar al
área cervecera. Pero naka, la pelota se la desvía el viento cuyo apoyo hoy
está bien torreja. Más tardecito, Superman rechaza y la chancha le cae con aliño a Calca para que la meta al horno con su par de ajicitos en el hocico. El flaco la mata con su pecho de gato, amaga con la derecha y dispara con la zurda pero la pelota
se va a donde pastan los piajenos. Un churre desde la tribuna no se aguanta.
-¡gua
paisano, pero este flaco la ha mandau lejisisísimos!
No
importa, ya vienen más. Jesusito Castillo que estaba jugando 15 puntos sale lesionado
por tanto machetazo recibido en agasajo. El profe Mosquera hace entrar al
Zancudito por derecha y ordena bajar al Hombre Lobo a contención.
Churrecito pata calata...
Para
el segundo tiempo los celestes (hoy de rojo) se mandan de contragolpe, pero
todos los pases se van fuera de la cancha. No, no culpen a los jugadores. Es el
vien-torreja que ahora está ayudando a sus paisanos. Los churres, aparte
de la natilla y el ojo de uva, también tienen lo suyo y ponen en aprietos a
Gianfranco y Merlo. Contragolpean los bajopontinos y ganan varios lanzamientos
de esquina al estilo Lobatón que ya los han visto quinientas veces Hohberg y
Távara. Este último es sullanero y sabe cómo mandar los tiros de esquina con rosca
de plátano bellaco desde que era un churrecito pata calata. Dos de sus
lanzamientos desde la esquina del movimiento las saca el supermán sin capa con
la punta de los dedos. Luego, una pelota se le pasa a Loyola (falso, el
delantero lo empuja y el árbitro no quiere ver), menos mal que Alejandro el Flaco salva a los celestes del
empate.
De
cucharita con máchica…
Luego
Alejando el Enano se mete en diagonal y suelta pase a la derecha para Zancudito,
este la mete rasante a la candela. Irven de Acero que no se sabe de dónde apareció,
se le adelanta al ex super héroe de la injusticia y pone el marcador 2 a 0 de
suave cucharita con máchica. Desde entonces ya no se mueven los números. Los que
sí se mueven son los churres que quieren empatar a como dé lugar a punta de fouls y codazos. Lo chistoso es que los rimenses se ganan cuatro yellow cards (Gianfranco, Zancudito,
Nilson y Merlo) mientras que de los locales sólo le muestran una a Caballero, un
carnicero afeitaburros que durante todo el partido ha macheteado con
todo menos como su apellido. El árbitro Ureta (que sufre de la uretra) sopla el
pito, dice chau y se va corriendo al ñoba por incontinencia de tarjetas.
Buenas noches.
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