Por Manuel Araníbar Luna.
Cristal regresaba de Argentina con el ojo morado, sus jugadores golpeados y arrastrando una dolorosa derrota habiendo tenido la posibilidad de una victoria a un escupitajo de distancia. Mala pata. Pero no hay tiempo para llorar, para lamentarse ni para buscar culpables o golpearse el pecho porque la seguidilla de partidos no lo permite. Si uno se detiene para sobarse el ojo quiñado viene el próximo rival y le quiña el otro.
“Alto
ahí, tío!...”
¿Qué
le quedó al profesor Mosquera? Poner un equipo alterno con jóvenes canteranos ante
un rival de jugadores duchos y dilatada experiencia. Más de un aguafiestas (que esos sabelosaurios abundan en los medios) al ver la nómina celeste que entra a
la cancha empieza a criticar, “¿cómo se le ocurre al señor Mosquera jugar con
muchachitos recién egresados de secundaria contra un rival que siempre toma los
partidos con la escuadra celeste como una guerra a muerte?”
Bien,
Mosquera les tapó la boca: este once de jugadores cuasi adolescentes le hizo el
pare a un equipo más mañoso. Se plantaron frente a frente, mirándolos a los
ojos, sin miedo ni debilidad con un juego de “alto ahí, tío. Seré chibolo pero
tú no vas a pasar”.
No
han terminado de acomodarse las medias cuando se viene un gol de clásico mañanero
entre recién casados. Se la juegan del centro al extremo izquierdo a
Hohberg que la mata con el muslo, le da un bote y manda a la candela un centro
bombeado con curva de plátano bellaco. El Zancudito Chris se mete en
atropellada de mototaxi desde la derecha estorbado por el back y la pelota da
un bote en las narices del arquero y se mete al fondo de la alforja. 1 a cero. Aunque
muchos lo objeten como gol de champa, la jugada está programada en la pizarra: centro
curvado desde uno de los extremos al segundo palo para que la meta a la carrera
el llegue por ese lado. A todo esto, ¿de quién es el gol, del Zancudo o de
Alejandro el Chico? En realidad, es de Alejandrinho, pero por la coyuntura habría
que darle el gol honorario Chris Olivares, quien más tarde se malogra la
rodilla. Que te restablezcas pronto, Zancudito, te lo deseamos de todo corazón.
Reguetón
quinceañero…
Luego
del gol de piyamada, los mañosos y más experimentados jugadores de
Matute no hallaban la fórmula. La línea media cervecera de Castillo, Pretell y Marchán
las cortaban todas y sobre el pucho se divertían tocando de aquí para allá, como reguetón
de quinceañero: mucho toque y poca penetración. Con ese vaivén de chalana de Chorrillos
se tenía controlados a los blanquiazules. Cuando se lesiona Chris, el profe
Mosquera mete a Soto, y el control se acrecienta. La pelota va de acá para allá
y viceversa. La rotación y el toque en pared -para ser justos- desespera a Bustos
que espera un as de bastos. ¿Qué le quedó al equipo de Matute? Mandar pelotazos
que son bien rechazados por Prado, los chibolos Villalta y Lorita acompañando
al Alicate Gonzales que se pone el cintillo al brazo. Claro que hubo
algunas desatenciones y resquebrajaduras, justamente porque los que están jugando
son los chibolos. En una de esas, al final del primer tiempo se filtra un pase
por alto que define el Zorrito de cabeza.
Iniciándose
el segundo tiempo, los celestes vuelven a madrugar. Esto de los clásicos
mañaneros está dando resultados. La culpa es del marcador que dentro de la caja
china le mete un guadañazo a Hohberg. El mismo Alejandro el Chico define con
disparo a la derecha. 2 a 1.}
Aunque
su padrino sea Trump…
Bustos
se rasca la cabeza con el gancho del Pirata Barcos. ¿Cómo es posible que unos
muchachitos con pinta de fanáticos de play station y reguetón les paren
el macho, el mocho y el mucho? La respuesta es simple. Estos chibolos son disciplinados
y muy ordenados. Se rigen por normas muy estrictas. En el equipo celeste al que
se va a trasnochar y romper protocolos de pandemia se le rescinde el contrato
en guan, se llame como se llame, aunque su padrino sea Trump. No pasa lo mismo
en otros equipos, tampoco nos importa. Lo que nos interesa es el Sporting
Cristal.
Bustos
cambia medio equipo. Mosquera saca a los que han recibido su tarjeta Visa. Bustos manda
atacar con todo. Mosquera manda contragolpear. Hohberg casi mete un gol olímpico,
pero Rivadeneyra la saca con las uñas. Entra Corozo y con sus contragolpes desbarata
al equipo matutero adelantado. Alejandro de pierde su tercer Polaroid por no
definir él mismo (después declara que quiso dárselo a Percy). Más tarde se
falla otro gol por querer driblear al arquero. Como vemos, los celestes
pudieron meter dos goles más. Pero lo que importa es que siguen
invictos y se llevan otro triunfo a La Florida. 3 puntos más y ya van 18. Buenas
noches.
HOY POR HOY YA LOS MUCHACHOS CANTERANOS HAN DEMOSTRADO Q MERECEN JUGAR DE TITULARES EN LOS SIGUIENTES PARTIDOS. Y EN CUANTO AL CHOLITO ESTA EN MALA RACHA SOLO FALTA Q LE FALTA UN GOL PARA Q AGARRE CONFIANZA DE NUEVO.
ResponderBorrarCristal es Cristal. Hay una idea de juego que pese a q aun no nos de los resultados internacionales, augura un buen futuro. Asi no pasemos de ronda, Mosquera tiene que quedarse y preparar una mejor ofensiva para el siguiente año
ResponderBorrarTienes razon Sergio pero muchos hinchas somos impacientes. queremos resultados ya ya como si tuviéramos equipo para campeonar en la Libertadores
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