Por
Manuel Araníbar Luna
Dado
el estilo de ambos estrategas, se esperaba
la aplicación del pressing a los zagueros rivales para impedirlos salir con
pelota jugada. Se esperaba el ataque masivo con llegada al área rival en la
mínima cantidad de toques. Se esperaban este juego recíproco durante para los noventa
minutos y un sencillito. Se esperaba
todo eso, y de veras sucedió, pero sólo por los primeros veinte minutos. De ahí en
adelante el único atacante fue el once cervecero mientras el rival se acurrucó.
Gol
de piyamada…
Los
matuteros madrugan a la guardia celeste anotando un gol de camarín cuando los
celestes aún están botando su chanchito por el sudado de mero. El gol los despierta.
Tenían que levantar juego y al fin logran adueñarse de la llaves de la cancha
luego de unos veinte minutos de juego parejo. Aunque hay fallas individuales y desinteligencias,
se nota que ya está cuajando el juego característico de Mosquera. Toques
rápidos, ataques por las bandas cambios de frente, pases al vacío aprovechados
por el carrilero.
El
empujón y el árbitro ciego…
Las
oportunidades llegan, aunque no se pueden cosechar en esos improductivos
minutos. Zafarrancho en el medio campo. Távara dispara de lejos pero con escopeta de perdigones.
Sólo un centro rasante de Emanuel en que la pelota pasa entre la muralla de
piernas y a punto de que la empuje Calca, pero no. Mas bien lo empujan a Calca.
¿Y el árbitro? Bien gracias, no la vio porque se había puesto el tapabocas en
los ojos. El juego se pone brusco. Cabezazos de colegial primarioso entre Merlo
y Leao. Mucha patada y poca creación. Mucho nervio y poca paciencia. Mucho
juego en medio campo y poca definición. Pocas llegadas de los celestes y
ninguna llegada desde el otro lado del zanjón. Para colmo el Chamo se lesiona y
sale de la cancha cojeando a raíz de un pierna contra pierna con Duclós. ¿A
quién llama el profe Mosquera? A Kevin que también juega por esa zona. Sopla el
juez que no vio el penal y se van al descanso.
¿Y
Para el retorno qué vemos? Un Cristal que manda en la cancha haciendo lo que
quiere menos goles. Bolas perdidas en salida, pases a la apurada. Pasan los
minutos y la pelota no entra. Canchita se pierde dos goles que tranquilamente
los hacía Robocop con una pierna. Siguen las faltas. Siguen las amarillas. Los
celestes siguen acercándose y no sólo se adueñan del campo sino también de la
pelota, de los banderines y los de los tiros libres. De lo que no se logran
apropiar es del arco.
El
enema…
Y
es que los rivales se siguen arrinconando y fauleando. Los rimenses la siguen
tocando y los azules fauleando. Los celestes siguen triangulando y los rivales siguen
fauleando. Varios tiros libres. Dos de las faltas las ejecuta Martin Távara.
(¡Vamos Chévere Távara que tú la metes!). Nada. Se le ha quedado la puntería en
el camarín. Otra falta más. Esta vez la chapa Emanuel y no deja que Martin la
mire ni de reojo. Ema quiere poner enema. Leao teme que se la ponga. Y es que
hace un par de años lo vacunó gratis.
Ema mira. Leao tiembla porque sabe que Ema lo tiene de hijo. Ema apunta.
Leao es una gelatina. Ema toma viada. Leao toma Serenol Forte. Ema dispara con
curva de arco iris. Leao vuela pero la bola vuela más alto. La pelota se clava
en la red. Leao se queda colgao. Gol de Ema. Gol no, Golazo. El gol de la fecha
actual y de tres fechas más.
A
comprar puntería…
Bueno
muchachos, ya empataron. Ahora a voltear la tortilla que la mesa está servida. Ahí
está la comida. Ahí están los cubiertos, las servilletas y el buffet. Lo que
falta es puntería. Digamos medio kilito aunque sea fiado. Qué lástima, no hay
puntería porque todas las tiendas están cerradas. Los celestes siguen teniendo
la pelota a punta de toques y variantes. Pero ya se cansaron. Entra Olivares
por Emanuel. Leao agradece el favor. Christofer quiere hacerle un gol, pero ya
es muy tarde. El juez sopletea y dice chau. Se ha jugado bien, pero se ha
definido mal. El propio Comanche Condorito lo reconoce. Buenas noches.
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