Por Manuel Araníbar Luna
Un
DT experimentado puede planificar las tácticas y formaciones que va a
presentar. Y esa idea que le han ocasionado noches en vela la puede plasmar en
la pizarra acrílica y en las prácticas con conos, pero la verdadera
prueba no está en partidos de mentirita entre titulares y suplentes sino enfrentar
a rivales de la misma categoría en la Liga.
Afinamiento y ajuste de tuercas…
Cuando se juega pichanguitas
entre titulares y suplentes no hay zancadillas ni patadas arteras. No hay
atarantes ni escupitajos. No hay nada de ello, o por lo menos no es lo
acostumbrado, salvo rencillas personales o rudeza mal aplicada. Estos partidos sirven para ajustar tornillos y
tuercas, engrasar la caja de cambios y alinear las llantas. En otras palabras,
es la afinación luego de la bajada de motor antes de mandar el auto a la carretera.
Pero cuando se juega un partido pre-Liga la cosa es diferente. Los rivales del elenco
de enfrente también están en el mismo afinamiento, pero en otro taller.
Por obvias razones, el
profesor Mosquera no ha revelado todos sus naipes en este póker a reanudarse el
viernes 7 de agosto. Sólo pudimos seguir los tuits que subía el club cada
cierto tiempo. No nos sorprendimos cuando fueron llegando la andanada de goles.
Primero: “Gol de Marchán”. Luego la canasteada hasta llegar a cinco goles, al
estilo de Mosquera, que ya habíamos visto varias en los primeros encuentros del
Sporting Cristal a inicios del 2012.
Guitarra llama a cajón…
Tampoco sacamos conclusiones
cuando vimos solo dos minutos de los ciento veinte jugados y de los cuales sólo
pudimos ver los goles, el ataque masivo con cinco o seis jugadores. Contragolpes
rápidos (ahora se les llama transiciones). Toques y paredes de inconfundible
tinte celeste. Y de la misma manera que,
como decía Nicomedes, “guitarra llama a cajón”, habría que decir “ataques
llaman gol”, los tuits de los goles fueron apareciendo. Luego del gol de
Marchán (Jhon Lorens Marchán Cordero) nacieron los mellizos de Christopher Olivares y Washington
Corozo, como una sala de partos en La Florida. Es claro que una goleada en partido
de práctica no pronostica lo que va a ser el campeonato. Una golondrina no hace
verano ni una goleada hace un collar.
La caja china…
A sólo un día después de la
pichanguita ya hemos leído a los dardos venenosos de los pesimistas de siempre,
de los que no sólo ven el vaso vacío y de los que ni siquiera ven el vaso,
diciendo que se está reventando ratas
blancas y bombardas a una pichanguita.
Un 5 a 2 en una pichanguita es sólo un termómetro, nada más. Sabedor de que
siempre hay francotiradores agazapados en las redes, Mosquera se ha despojado
de todo aire de triunfalismo manifestando que “acá no hay vanidad ni soberbia. Hemos
venido a sembrar la sensatez”. Así que serenos nomás, no intenten encender la caja
china con fósforos mojados. Este es un tanteo, no un examen final, el cual se
verá a fin de temporada y tenemos fe en su aprobación. No obstante, los jugadores
tienen que ganarse el puesto. Ya lo ha dicho el profesor Mosquera en voz alta: “No
podemos jugar menos de lo que hemos jugado ahora”
QUE POR LOS RESERVISTAS JUEGUEN AUNQUE CEA UNOS MINUTOS POR EJEMPLO EL ARQUERITO Y EL HERMANO DE LOVA. ESTE AÑO A CAMPEONAR¡¡¡¡¡¡¡¡¡
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