miércoles, 15 de abril de 2020

EL GRITO QUE LLEGÓ A BUENOS AIRES


Por Aldo Alvarado Hinojosa – El Doctor Celeste
Esa semana había empezado bien. Habíamos ganado en Barranquilla a Colombia 1 a 0 por las eliminatorias con gol de Chino Pereda. Una semana antes, Cristal había empatado 0 a 0 con el poderoso Vélez Sarsfield, equipo armado por el virrey Carlos Bianchi:  campeón de todo, campeón de Copa Libertadores, campeón de la Copa Intercontinental. El partido de ida jugado en el Estadio Nacional, en un match complicado habíamos empatado 0 a 0. Bien plantado el Vélez, ahora lo dirigía Piazza, que logro su resultado empatando de visita.

El partido de vuelta a jugarse en Buenos Aires en el estadio de Liniers, era esperado por los hinchas del Cristal con esperanza de ver un resultado favorable, y los celestes radicados en Bs As acudieron en un número no menor a dos mil al estadio José Amalfitani, ubicándose en Oriente Alta, pegado a Sur, donde jugaba de local el Vélez Sarsfield, en el barrio de Liniers, que es el primer barrio al que uno llega saliendo del aeropuerto de Ezeiza.
Lo que dijo el Príncipe…
Ya teníamos un recuerdo grato con equipos argentinos un año antes, cuando pudimos hacer buena presentación ante River Plate campeón de Copa libertadores de 1996. A River Plate le jugamos en Lima y le ganamos 2 a 1. Enzo Francescoli, “El Príncipe”, declaró que si habían podido eliminar a Cristal -al cual consideraba el mejor equipo en este momento, añadiendo que Cristal le pegó un baile a River aquella noche-, entonces ya podían ser campeones de la Copa Libertadores. Algo pasaba con el Sporting Cristal, algo tenía ese equipo al cual Francescoli ya lo había catalogado como un grande.  Llegó esa hermosa noche.  Me recuerdo sentado en la cocina de mi casa viendo el partido con mucha emoción, con mucha paciencia y con mucha fe.
El primer tiempo muy parejo, Cristal controlando a Vélez, manteniendo el resultado y pensando quizás en llegar a la definición de penales.  Al inicio del segundo tiempo ya no tenía uñas de tanto nerviosismo por esperar que el encuentro se defina. Entonces vino la transformación. Cristal comenzó a jugar y jugar , vio que su contención al Vélez Sarsfield había dado resultado.
“No conozco a ese tal Soto…”
Los celestes empezaron a ofertar fútbol y a llegar al arco del bocón de Chilavert, arquero paraguayo del Vélez, quién había dicho que Jorge Soto no existía y no lo conocía. Aquí hago un paréntesis, en 1993 en una funesta eliminatoria con Vladimir Popovic para el mundial de Estados Unidos 94, hicimos una eliminatoria muy mala, pero en el último partido jugado con Paraguay, los guaraníes sólo tenían que ganarnos para clasificar al Mundial. Entonces Jorge Soto metió un gol para Perú empatando el partido y eliminando a Paraguay de Estados Unidos 94. Sin embargo, Chilavert -burlándose del gran extremo izquierdo peruano- dijo que nunca había oído hablar de Jorge Soto. Y llegó lo inolvidable:
Minuto 41 del segundo tiempo, hay un contragolpe peruano y Erick Torres mete un pase en profundidad a Czornomás. Jorge Soto empieza a correr por el medio y recibe el pase de Czornomás  por la banda derecha dirigido al borde del área a la cual el Camello ya había llegado, y de un solo toque logra meterla junto al parante izquierdo derrotando el arco argentino y sorprendiendo a Chilavert por lo rápido de la jugada,  y haciendo estallar de emoción a los emocionados hinchas del Cristal que seguíamos la transmisión acá en Lima. Dos mil peruanos en las tribunas del Amalfitani de Liniers estallaron en júbilo, gritaron y se abrazaron festejando ese épico gol del ‘Camello’ Jorge Soto, y yo gritando solo en mi cocina ¡Gooool !!!. Ese gol fue el que yo más he gritado de mi Sporting Cristal, estábamos eliminando al más triunfador de América, al poderoso e inigualable Vélez Sarsfield.
El mejor partido del Sporting en la Libertadores…
Pasaron cinco minutos más, con expulsión de Manuel Marengo incluida, y pudimos hacer otro gol de contragolpe que el back argentino la sacó milagrosamente y en eso pita el árbitro. El 1 a 0 se consuma evitando así que el fútbol argentino pueda acceder y logrando que el fútbol peruano representado por el Sporting Cristal pueda continuar en esa Copa libertadores del 97 a la cual pudimos llegar a la final.
En este momento sólo quiero recordar la sensación de emoción y alegría al final de ese partido, sentado en la cocina de mi casa en silencio lleno de lágrimas deslizando por mis mejillas, pero con el corazón henchido de emoción y orgulloso de ver a mi Celeste gloriosa triunfando en el estadio argentino.
El mejor partido de Sporting Cristal en la historia de la Copa Libertadores y yo fui testigo de ello. volverán épocas hermosas, volverán épocas lindas y el fútbol no podrá ser derrotado por esta pandemia. El fútbol es alegría y pasión. El fútbol es emoción. El fútbol es el mejor deporte.
 Salud Cristal por siempre mi equipo querido. Muero por volverte a ver.

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