Tras la vergonzosa y
aplastante goleada en Ecuador , los cerveceros habían
pasado tres días rumiando su desastrosa actuación. Querían dar
vuelta a la página pero la afición no lo olvidaba tan fácilmente y se los recordaba
con abucheos que les retumbaban los tímpanos. Tan pronto el árbitro sopleteó el vamos, se les quitó la depre. A unos días de San Valentín tenían que ganarse un repechaje con la hinchada. No les quedaba otra.
¡Atorar, que el mundo
se va a acabar!
Arrancaron
el partido tal como lo hacía Salas hace 14 meses, atorando, asfixiando,
maniatando al equipo cusqueño. Y vaya que les daba resultado. Tanto desconcertaron
a los visitantes que los hicieron errar en todo, en el armado, en los pases, en
las salidas. En resumen, ahogaron a los sureños tal como lo habían sufrido ante
el Barza de Ecuador (esto lo comentaremos más adelante).
Si
en el partido por la Líber les faltó
actitud, hoy les sobró por lo menos en el primer tiempo. Se atacaba por todo
lado en modo blitzkrieg. Salidas rápidas
con las bandas bien abiertas. Herrera, que pisó cancha desde el pitito inicial,
jalaba marca hacia los lados. Kevin por la derecha y Nilsson por la zurda hacían un subibaja que no se les había visto antes,
bajaban y armaban con ganas, salían triangulando, arrancaban con la palanca en tercera para sacar centros a rastrón. El director
de orquesta, Chévere Távara, vestido de smoking y batuta en mano, desde el centro organizaba a la gente a uno y
otro lado. El Tití, como sus tocayos
primates entró de 11 pero se ponía a la
espalda todos los números del bingo. Piki, con un hambre de pitbull que asustaba
a los cusqueños, volvía a morder traseros en el medio.
Aló, ¿Leonardo Di Caprio?
Con
ese modo de jugar de todo pa’ dentro
llega el primer tanto. Kevin arranca
desde el primer cuarto de cancha jugándosela a la Calavera Calca que no pierde
tiempo y la manda sobre el pucho en Callejón de Huaylas para un Emanuel que ha entrado
en diagonal con ganas de mojar la brocha
aunque llega una pendecécima de segundo
tarde. Sin embargo el arquerito Pretell –al igual que todos los arqueros de la Liga – le tiene pánico al goleador y la patalea desde el piso para salir del
paso. La chancha llega a los pies de Sando
que la percute de zurda y la pelota queda anclada como el Titanic en el fondo
del mar. Uno a huevo. Kevin llama a Leonardo Di Caprio para decirle que su barco ha naufragado. Qué bien, Kevin, qué bien!
¡Una costurera por
favor!...
Los
celestes, como en los añorados buenos tiempos, siguen fregándole la pita a la
visita. No los dejan armar ni una carpa en la playa. De puro empeñoso, el Tití
le roba la pelota a un back, corre por la izquierda y se la juega al Emagol. La Maquinaria, no hace más que disparar con furia asesina. El pelotazo
destroza las redes y van a tener que mandar llamar a la costurera de la
paradita de Caquetá para que la remiende porque al poco rato, Johan “Real” Madrid
(¡por fin!) se hace una. Quita una pelota y se la pasa al Tanque. Este no la
piensa mucho y le manda el delivery en bandeja de plata al Tití que está
entrando en Diagonal y Larco. Ortiz la cucharea para que la chancha entre
saltando como conejito a la valla y listo el 3 al hilo. Barreto, cubierto del
sol, suspira tranquilo. El partido está fácil.
¡Último paradero!...
¿Fácil?
Espérate que no te he contado el resto del rollo. Adormecidos y displicentes, de
ahí en adelante los rimenses se dedican
a regalar goles como en chocolatada navideña cantando “la mar estaba serena, serena estaba la mar”. Para el segundo tiempo
el mismo tallarín de siete colores. Se pierden goles de todos los tipos y
tamaños. Pero bien dice el antiguo refrán
“si al rival vas goleando no te duermas que te pueden salir empatando”. Arce ordena a sus cusqueños a mandar
pelotas por detrás de la defensa cervecera ¡TAL Y CONFORME HICIERON LOS DEL
BARCELONA HACE UNOS DÍAS!”. Total, se mete Carando ganando, encarando y
anotando mientras el arquero y los defensas se quedan mirando. 3 a 1. Para terminar el partido un visitante la
cabecea en un tiro libre en medio de cuatro celestes y hace el 3 a 2. Menos mal que ahí nomás el referí silba “último paradero” porque si juegan cinco
minutos más les voltean la tortilla. Buenas noches.
CODA
El
jueves los delanteros barcelonenses se metieron como les dio la gana mandando
pelotazos a la espalda de los cerveceros. Hoy se repitió el mismo tacu tacu
calentao del jueves. Barreto, vas a tener que parchar esa deficiencia porque
esta semana se van a mirar las caras nuevamente. Arce, conociendo ese defecto
de la defensa bajopontina, con un par de contragolpes casi empata.
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