Por Manuel Araníbar
Luna
La situación estaba color rata. Ya se
había perdido demasiados puntos. Desde la previa la consigna era no claudicar. El
compromiso era difícil. No se podía regalar ni el aire sabiendo que a altura y la
adrenalina pasan factura con IGV. Había que templar los nervios con serenol forte,
guardar energías y soltarlas sólo en los momentos precisos.
Árbitros con camiseta
de club...
Había
que tener cuidado con las faltas porque las
actuaciones sospechosas de los árbitros dejaron de serlo para convertirse en reales,
rochosas, escandalosas, inmorales, asquerosas. Algunos árbitros habían sido ampayados con la camiseta del equipo de
sus sueños más íntimos. Otros escondían su hinchada para no hacer tanto roche. Otros más, aunque sin hinchaje definido
por un equipo, mostraban marcadas preferencias según la propina del patrón para
obedecer consignas nadita santas.
Gol de sobremesa...
Lo
scelestes entraron a la cancha más concentrados que un caldo de cangrejo, con
la orden de madrugar a los locales. Y vaya que lo consiguieron al arrancar el
partido tras un centro bien medido de Kevin, que está aprendiendo a elaborar con
la zurda lo que hace Loba con la derecha. La curva sobra a todos y la pesca un
cazador como Cristian Chorri Segundo
que no hace más que empujarla para darle chamba al encargado del tablero
electrónico. Uno a cero con gol de sobremesa tras el chupe de camarones.
¿Y
luego que sigue? Aguantar, aguantar que
el campeonato se nos va a escapar si nos llegan a empatar. Así bien
concentrados y aguantando las acometidas,
sin faltas cometidas, y energías desmedidas, los celestes terminan el primer
periodo con la lengua afuera. Quince minutos de oxigeno son el paliativo
necesario. Espérense sentaditos nomás, que el segundo tiempo será peor.
Para
el retorno se confirma que jugar de visita en la altura no es chiste. Habían guardado
lo poco que les quedaba de avena con maca para los siguientes 45’. Pero midiendo
demasiado las fuerzas, almacenando tanto las energías que hasta les daba
flojera saltar. De eso se aprovechan los rojinegros (o negrirrojos). Ganan el
salto en el área y la pivotean para Cuesta que con un quite de torero (¡fue en
offside, Alarcón!) se saca de encima a su marcador y anota el empate. Barreto
se frunce, Soto se jala las orejas, Panadero se pellizca los cachetes pero lo
que están viendo es verdad: los celestes se están durmiendo en los centros. Aun
así los rimenses se siguen defendiendo con un Solís que salva un par de pelotas
ponzoñosas. Los contragolpes se alternan en ambas áreas. Tras un tiro libre, el Tíbiri Távara que ya aprendió a centrar estilo Loba, ahora quiere doctorarse en tiros
libres. La zurdea con curva, Piki agacha la peluca, la chancha da bote y se infla
la canasta. 2 a 1. ¡Qué chévere, Távara! Los rojinegros (o negrirrojos) se mandan con todo con una
ensalada de centros a la olla y siguen ganando los saltos. Otro pivoteo, Cuesta
define en el área chica ante las narices de todo el mundo y empata. Por culpa
de Cuesta (y Alarcón) el partido se nos pone cuesta arriba
Hola, hola, hola...!
Cuando
Papá Loyola metía gol en los ochentas, el canto de la barra celeste era “¡hola, hola , hola, golazo de Loyola!” Esta
vez el turno le toca a su hijo Nilsson. Se sabe que ante la defensa cerrada de
los locales hay que entrar en pared. Loyola júnior se proyecta en diagonal, se la
toca a Loba, y este se la devuelve de taco. Nilsson agradece y le mete un zurdazo
de contrabote que rompe la canasta de huevos. Tres a dos. Y esto es definitivo.
Cristal le gana el partido a Joel Alarcón que había entrado a jodel
a los celestes. Buenas noches.
CODA.
¿Por
qué se ganó? Por varios factores. Por la
actitud de no claudicar, de no bajar los brazos. De ahí la frase de Piki: “si
las piernas no responden hay que poner corazón”. Pusieron, además, osadía, bravura,
raza, coraje. A estos se les unió otro factor
no menos importante llamado rebeldía. Sí, los celestes hicieron un
levantamiento, una rebelión ante un seudo juez que favorecía escandalosamente a
los locales. ¿Los hechos? Sanciona un gol de Cuesta en clara posición
adelantada. No cobra a los celestes un penal más grande que Piedras Gordas.
Anula un gol de Cristal más claro que teta de monja. Un poco más y se pone en
la barrera para impedir el gol de tiro libre.
buena buena cronica aranibal pero olvidas que ganaron pero no jugaron bien. la defensa dio mucha inseguridad todos los saltos los perdian, piqui no quitaba una sola pelota, calca se envarullaba
ResponderBorrarel unico que la rompio fue tavara que corono su actuasion con un golaso de la champion
mencion honrosa para solis que salvo dos goles cantados.
CRISTAL DEBE EXIGIR QUE ARBITREN JUECES EXTRANJEROS. NO SE QUE ESTA HACIENDO GARCIA MIRO. LA LABOR DE UN DIRECTIVO DE ALTO RANGO ES SACAR LA CARA POR SU EQUIPO, PONER EL PECHO, RECLAMAR, DAR CONFERENCIAS A LOS MEDIOS PARA ALZAR SU VOZ DE PROTESTA.
ResponderBorrarDiste en el clavo, anónimo. el compromiso de un directivo no es sólo manejar cuentas, pagar a los jugadores o participar en cócteles con directivos de la Federación. un alto directivo debe poner pecho y reclamar en todas las instancias. de los contrario se convierte en una figura para las fotos.
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