Por Manuel Araníbar
Luna
Dos noticias de dos referentes para
la historia cervecera. Dos estilos diferentes. Dos puestos diferentes,. Dos
épocas diferentes. Vistieron la camiseta celeste con dos tonos diferentes. El cumpleaños
de uno y el anuncio del retiro del otro. Orlando Chito de La Torre se retiró hace más de cuarenta años.
Renzo Sheput anuncia su retiro hoy día.
Ambos,
en su dilatada trayectoria, cambiaron de camiseta contra su voluntad pero por
sus venas siempre ha corrido sangre cervecera. Y no lo han ocultado. Quienes
vimos jugar a ambos no olvidamos las hazañas de uno y otro.
Orlando el Furioso...
Protagonista
de mil batallas defendiendo la celeste y la blanquirroja, Orlando de la Torre,
el Chito, era un fiero back centro, un líder de armas tomar. Un mechador que se
compraba todos los pleitos en los que intervinieran sus compañeros. El
protomacho que imponía respeto, primero con la mirada desafiante, luego con la advertencia
verbal y al final con la definitiva guadaña, ha cumplido 76 años. Si parece que
fuera ayer cuando vimos pararle pleito a los seleccionados argentinos hace cincuenta
años cuando los locales creyeron que con
el seudo cuco de la Bombonera podían atarantarlo. Falsa ilusión. Sueños de opio. Chito se los
comió con peluca y todo a punta de cabezazos y chalacas. Dos años después, los
celestes, bajo su mando, se batieron contra veintidós futbolistas argentinos
apoyados por cerca de cien matones. Hasta ahora recordamos lo que le dijo a sus
compañeros antes del partido definitorio contra el representativo argentino.
—¡Aquí
nadie se acobarda, carajo! ¡Y al primero
que se acobarde yo mismo me encargo de sacarle la...!
El fabricante de
fantasías...
Renzo,
a su vez, anuncia su retiro. Renzo, el artista. Renzo, el pintor de filigranas
con una sola pierna. Renzo, el de la zurda mágica. Renzo, el creador de huachas
y el fabricante de tacos en un metro cuadrado. Su estilo de juego, en esta
época de futbol a 100 por hora y de futbolistas superatletas que corren 15
kilómetros por partido, es de una especie en extinción. A diferencia de los
partidos que jugara Chito cuando no se televisaban los encuentros, en su favor juega
esta época de tantos adelantos donde se pueden ver una y otra vez sus jugadas increíbles,
sus arabescos y fantasías con la zurda, sus pases de taco, sus jugadas
en corto, sus increíbles pases en callejón, sus mortíferos tiros libres y sus
goles imposibles con la camiseta celeste. En fin, y sencillamente, su arte.
¿Qué
nos queda decirles? Gracias un millón.
¿Qué
podemos lamentar? Que ambos no se han retirado con la celeste, aunque la llevan
puesta en el corazón, debajo de la divisa del club que los cobijó tras su
salida.
Palmas
y laureles celestes para ambos. Gracias por los momentos felices que nos dieron
a los tribuneros.
¡Feliz
cumpleaños, inolvidable Chito! ¡Feliz retiro, genio Pincel!
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