martes, 13 de agosto de 2019

LAS DOS ATAJADAS DEL PATO


 Por Manuel Araníbar Luna.
Ya hemos dicho hasta la saciedad que la cancha del Grau es un estadio donde no se puede jugar en pared porque el gramado  es una colcha destendida donde la pelota, en vez de correr, salta como el conejito de la pila. El viento sopla fuerte de sur a norte, de ese modo que, si pateas contra el arco sur la pelota se detiene en el aire o hace morisquetas. Para colmo, la iluminación en la zona del área sur es muy débil. Pero había que jugar y se jugó.

Pelea de pulpos
 Hacía frío en el Llauca y, como nadie tomaba la iniciativa, los espectadores se dormían en este  primer tiempo que era un concierto para ronque y orquesta salsera, pero nadie bailaba, más movimiento había en el Cementerio Británico. Ambos elencos se tenían agarrados como pulpos en definición en Lucha Libre. Los cerveceros no terminaban una sola jugada en área contraria. ¿Qué necesitaba Cristal? Un plan B. ¿Cuál era el plan B? patear desde fuera del área. Mala suerte, olvidaron la puntería en el camarín.
Madrid y Nilson casi no se proyectaban, y las pocas veces que lo intentaron las intenciones se frustraban. Unas veces por una mala salida, otras por el empecinamiento en pasar entre tres jugadores rosados, o por no saber qué hacer con la pelota, si darla en donación a la tribuna o patear al arco. Pero ya hemos dicho que la puntería había faltado a clases. Al centro, Gianfranco "el Vigilante" y Omar, salvo un par de pisadas de Chucho y Manco, no tenían problemas para cortar. Más adelante Piki, con su característica omnipresencia de apóstol, se desdoblaba por toda la cancha.  
Nando, rápido y furioso...
Justo, un pasecillo en callejón del espartano fue la jugada que abrió el marcador. Nando venía acelerando como medallista de 100 metros planos (¿alcanzará los 10 segundos?), Piki lo vio pasar como una flecha y se la puso en callejón para que siga su ruta de tren eléctrico. Nando no tiene tiempo para agradecer, pasa como huracán en medio de dos rosados que intentan convertirlo en pan con chorizo. Mala pata, tendrán que comer pan solo.  El arquero con cola de codorniz en la cabeza se arrodilla suplicando perdón pero la pelota ya es un huevo dentro de su nido. Uno a cero y los celestes han aprovechado la única chance que se les ha presentado en el primer tiempo.
Para el complementario, el empate es un gol de piyamada cuando los pupilos de Vivas Flaco le ganan el vivo a Vivas Gordo. El delantero rosado Sebastián empalma una bola a la carrera y deja colgando al Pato. Muy probable, nos parece, que se deba a la escasa iluminación de esa zona. En todo caso, es un jalón de orejas para que aprenda a ponerse los guantes (y las pilas) desde el vamos.
Sí se pudo jugar de tuya y mía...
A este punto  los porteños se envalentonan y empiezan a tejer jugadas con crochet y con palillo, mientras los celestes contragolpean cuando los dejan. ¿Qué falta? Un repartidor de naipes. Entra Loba y ordena la casa, sacude los muebles y tiende la colcha verde. Los ataques cerveceros empiezan a surtir efecto, empiezan las triangulaciones, los pases al vacío que no son aprovechados. ¿Recuerdan que dijimos que en esa cancha no se podía jugar de tuya y mía? Bueno, sí se pudo, aunque sólo una. Para darnos la contra, los cerveceros hilvanan una jugada de toque corto en un metro cuadrado.  La inicia Piki que sin importar que lo han barrido se la juega a San Martincito que la toca en corto para Tití quien se la devuelve por la huacha de un tronco rosado. Martincito Távara la empuja cruzada y la chancha se mete al nido del arquero con cabeza de ave por obra y toque genial: qué chévere Tavara.
No obstante la historia nos dice que aún hay ciegos que no se sabe cómo  han aprobado el examen de arbitraje. Barren a Piki pero el árbitro no la quiere ver; para colmo le saca la tarjeta. Luego  Manco se tira la piscina por un rocecito sin importancia, y el ciego Andrea Bocelli  decreta penal que convierte Peralta con una serie de movimientos quimbosos. Dos a dos.  Desde ese momento los rosados apuestan por el empate para irse a la tanda. Hay escapadas por ambos bandos pero estaba escrito en los graffitti que esto tenía que definirse frente al paredón de fusilamiento. A los penales se ha dicho.
La Noche del Pato...
Aquí empieza la noche del Pato que se convierte en la esperanza, en el último baluarte para la definición en HD. Merlo manda uno a una cuarta del palo y se lamenta. Los otros tres celestes anotan aunque el tiro de Piki entra con la justa. El Pato ataja dos fogonazos dirigidos al mismo sitio, y en la segunda chance espera a Peralta hasta que la bala sale del chimpún (¿tendrá una libretita como la del viejo Balerio?). Perrrfecto. Ahora falta el turno de Loba que anota en estilo de las dos caras. Mira para acá y dispara para allá. Se termina el clásico Rio Rímac versus la Mar Brava. El río le ha ganado al mar. Buenas noches.




2 comentarios:

  1. el 99 porsiento de la cronica esta muy bien hecha lo que no me ha gustado es que compares al viejo balerio con esa masamorra del pato que no le llega ni a los talones por favor no lo vuelvas haser es un insulto para el idolo cervesero

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  2. ahora recien vivas se da cuenta de la diferencia entre jugar con el chivolo giancarlo chavez en vez de revoredo. estuvo muy seguro no tuvo ninguna falla y el penal que cobro ese arbitro incompetente no fue penal, asi que no le echemos la culpa a chavez
    con respecto al pato ojala que aprenda a cortar y a salir cuando sea nesesario y no dudar como le paso en la libertadores que metieron goles en el area chica y en sus narices
    a loyola hay que darle el benefisio de la duda porque parese que esta fuera de forma pero tampoco podemos estarlo esperando todo el año
    tavara tiene unas buenas pero a veces se esconde ayer probo pateandp desde afuera pero algunas jugadas las malogro por darle pase al contrario
    el que hasta ahora esta subiendo de rendimiento es pacheco aunque a veces se aselera se aselera.

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