Ya hemos
dicho hasta la saciedad que la cancha del Grau es un estadio donde no se puede
jugar en pared porque el gramado es una colcha
destendida donde la pelota, en vez de correr, salta como el conejito de la pila. El viento
sopla fuerte de sur a norte, de ese modo que, si pateas contra el arco sur la pelota
se detiene en el aire o hace morisquetas. Para colmo, la iluminación en la zona
del área sur es muy débil. Pero había que jugar y se jugó.
Pelea de pulpos
Hacía frío en el
Llauca y, como nadie tomaba la iniciativa, los espectadores se dormían en este primer tiempo que era un concierto para ronque
y orquesta salsera, pero nadie bailaba, más movimiento había en el Cementerio Británico. Ambos elencos se tenían agarrados como pulpos en definición
en Lucha Libre. Los cerveceros no terminaban una sola jugada en área contraria.
¿Qué necesitaba Cristal? Un plan B. ¿Cuál era el plan B? patear desde fuera del área.
Mala suerte, olvidaron la puntería en el camarín.
Madrid y Nilson casi no se proyectaban, y las pocas
veces que lo intentaron las intenciones se frustraban. Unas veces por una mala
salida, otras por el empecinamiento en pasar entre tres jugadores rosados, o por
no saber qué hacer con la pelota, si darla en donación a la tribuna o patear al
arco. Pero ya hemos dicho que la puntería había faltado a clases. Al centro, Gianfranco "el Vigilante" y Omar, salvo un par de pisadas de Chucho y Manco, no tenían
problemas para cortar. Más adelante Piki, con su característica omnipresencia
de apóstol, se desdoblaba por toda la cancha.
Nando, rápido y furioso...
Justo, un pasecillo en callejón del espartano fue
la jugada que abrió el marcador. Nando venía acelerando como medallista de 100
metros planos (¿alcanzará los 10 segundos?), Piki lo vio pasar como una flecha
y se la puso en callejón para que siga su ruta de tren eléctrico. Nando no
tiene tiempo para agradecer, pasa como huracán en medio de dos rosados que intentan
convertirlo en pan con chorizo. Mala pata, tendrán que comer pan solo. El arquero con cola de codorniz en la cabeza
se arrodilla suplicando perdón pero la pelota ya es un huevo dentro de su nido.
Uno a cero y los celestes han aprovechado la única chance que se les ha presentado
en el primer tiempo.
Para el complementario, el empate es un gol de piyamada
cuando los pupilos de Vivas Flaco le ganan el vivo a Vivas Gordo. El delantero
rosado Sebastián empalma una bola a la carrera y deja colgando al Pato. Muy probable,
nos parece, que se deba a la escasa iluminación de esa zona. En todo caso, es
un jalón de orejas para que aprenda a ponerse los guantes (y las pilas) desde
el vamos.
Sí se pudo jugar de tuya y mía...
A este punto
los porteños se envalentonan y empiezan a tejer jugadas con crochet y
con palillo, mientras los celestes contragolpean cuando los dejan. ¿Qué falta? Un
repartidor de naipes. Entra Loba y ordena la casa, sacude los muebles y tiende
la colcha verde. Los ataques cerveceros empiezan a surtir efecto, empiezan las
triangulaciones, los pases al vacío que no son aprovechados. ¿Recuerdan que dijimos que en esa cancha no se podía jugar de tuya y mía? Bueno, sí se pudo, aunque sólo una. Para darnos la contra, los cerveceros hilvanan una jugada de toque corto en un metro cuadrado. La inicia Piki que sin importar que lo han barrido se la juega a San
Martincito que la toca en corto para Tití quien se la devuelve por la huacha de
un tronco rosado. Martincito Távara la empuja cruzada y la chancha se mete al nido
del arquero con cabeza de ave por obra y toque genial: qué chévere Tavara.
No obstante la historia nos dice que aún hay ciegos
que no se sabe cómo han aprobado el examen
de arbitraje. Barren a Piki pero el árbitro no la quiere ver; para colmo le
saca la tarjeta. Luego Manco se tira la
piscina por un rocecito sin importancia, y el ciego Andrea Bocelli decreta penal que convierte Peralta con una
serie de movimientos quimbosos. Dos a dos. Desde ese momento los rosados apuestan por el
empate para irse a la tanda. Hay escapadas por ambos bandos pero estaba escrito
en los graffitti que esto tenía que definirse frente al paredón de fusilamiento.
A los penales se ha dicho.
La Noche del Pato...
Aquí empieza la noche del Pato que se convierte en la
esperanza, en el último baluarte para la definición en HD. Merlo manda uno a
una cuarta del palo y se lamenta. Los otros tres celestes anotan aunque el tiro
de Piki entra con la justa. El Pato ataja dos fogonazos dirigidos al mismo
sitio, y en la segunda chance espera a Peralta hasta que la bala sale del
chimpún (¿tendrá una libretita como la del viejo Balerio?).
Perrrfecto. Ahora falta el turno de Loba que anota en estilo de las dos caras. Mira
para acá y dispara para allá. Se termina el clásico Rio Rímac versus la Mar
Brava. El río le ha ganado al mar. Buenas noches.
el 99 porsiento de la cronica esta muy bien hecha lo que no me ha gustado es que compares al viejo balerio con esa masamorra del pato que no le llega ni a los talones por favor no lo vuelvas haser es un insulto para el idolo cervesero
ResponderBorrarahora recien vivas se da cuenta de la diferencia entre jugar con el chivolo giancarlo chavez en vez de revoredo. estuvo muy seguro no tuvo ninguna falla y el penal que cobro ese arbitro incompetente no fue penal, asi que no le echemos la culpa a chavez
ResponderBorrarcon respecto al pato ojala que aprenda a cortar y a salir cuando sea nesesario y no dudar como le paso en la libertadores que metieron goles en el area chica y en sus narices
a loyola hay que darle el benefisio de la duda porque parese que esta fuera de forma pero tampoco podemos estarlo esperando todo el año
tavara tiene unas buenas pero a veces se esconde ayer probo pateandp desde afuera pero algunas jugadas las malogro por darle pase al contrario
el que hasta ahora esta subiendo de rendimiento es pacheco aunque a veces se aselera se aselera.