Por Manuel Araníbar
Luna.
Y si se juega ten cuidao.
El
legendario Héctor Lavoe canta estos versos en un tema llamado Rompe Saragüey. Lástima que el Cantante
de los Cantantes no llegó a conocer el estadio Alberto Gallardo. Porque si aún estuviera con nosotros habría
comprobado que con los Santos sí se juega, y se juega bien. Además se golea.
Resistiendo el dolor de
muela...
¿Vieron
cuán diferente es jugar con la moral al tope luego de obtener un triunfo
importante? El desgaste es innegable.
Los golpes recibidos y el cansancio del viaje pasan factura, pero cuando se
regresa triunfante, luego de batir a uno de los grandes de América el ánimo
tapa el cansancio, disimula las hinchazones y cicatriza las abolladuras.
Se
notó la alegría en los jugadores cerveceros, sus ganas de ganar, su actitud positiva
-tal como reza una de las estrofas de los cánticos celestes- les hizo agarrar
confianza. Las proyecciones fueron más rápidas. La defensa, aunque no fue un
dechado de solidez, por lo menos supo resistir sin analgésicos uno que otro hincón
de la Muela.
Un gol, una beca...
El
armado de juego se hizo en armonía y se desplazó el balón con rapidez. Los ataques
eran venenosos y los cambios de banda sorpresivos.
Se llegaba rápido y el peligro rondaba
el área visitante como una moto de raqueteros. Como consecuencia, la zaga
de los santos se vio en problemas cuando un pelotazo al vacío llevaba como destino
la entrada en diagonal del Chorri 2. Sin embargo, la pelota es cacheteada por arquero Miyasato, perdón, Nakamine, y se la
quita de la cabeza. La bola queda dando botecitos en el área y el oportuno Canchita
viene desde su banda a pescar lornas pero es a él quien lo pesca Mark Estrella
de un encontronazo. Penal. La toma Tití y bate como chocolate al arquero
Hiraoka, perdón, Ynamine. Este golcito
le da más ánimo a la escuadra cervecera que quiere cobrar bonos extras por gol
anotado, además cada gol es una beca más para un colegial.
Recontra acelerados...
No
obstante, los rimenses se electrizan, quieren el bono a como dé lugar. Pero se
pasan de revoluciones. Justo tras una serie de toques artísticos en el área
santa, una maniobra de Canchita de lado a lado deja solo a Nando frente al arco pero le pega al
tronco. Otra vez será. Nueva llegada
fulminante en una ola de ataques sucesivos; la pelota viaja a 50 por hora pero los delanteros corren a 100, más acelerados que un angustiado
de Renova.
Llega
el momento en que los arietes rimenses notan que hay que llegar detrás de la pelota y no
delante. Es así como, tras pelotazo en profundidad,
Tití llega antes que Nakashima, perdón, Ynamine que ha salido a tender la ropa
fuera del área pero Titi llega primero. Kawasaki, perdón, Ynamine intenta
corretearlo pero se arrepiente y regresa a su valla. Titi no pierde tiempo y envía
el bombazo justo a la cabeza de Canchita que se le adelanta a los dos centrales,
sacude la mocha y la mete con bote. 2 a
cero.
Ponla a dormir, arrúllala...
Para
el segundo tiempo Vivas hace entrar a Loba indicándole que la duerma, la
arrulle, que baje la velocidad para guardar energías tras la severa jornada en Paraguay.
Pero Loba ha entendido “ponla
a dormir en el fondo de la valla” porque ha entrado hambriento de gol. En una de sus primeras
intervenciones la manda al poste de Nakamura, perdón, Ynamine con un mensaje de
texto:
“Espérame en el fondo
del arco”
No
pasa mucho rato y las cosas se dan tal como estaba escrito en el Onceavo Mandamiento
“La meterás de tiro libre al ángulo”. Loba calcula el panorama con medidor láser y
la clava con curva de plátano palillo en la esquina del movimiento, obedeciendo las Sagradas
Escrituras Cerveceras. Tres a cero, y parece que por fin, la tranquilidad
campea en el ánimo de los cerveceros. No obstante, Nando Pacheco se siente
picón por haber perdido un gol. Con su clásica velocidad, invade el área santa a toda máquina pero se estrella en el pasto trabado por Estrella. Penalazo, y los celestes
le dan la pelota: “métela Nandito, haz tu gol”. Pacheco patea y la desvía el
arquerito. El rebote lo toma el Pato Arce y el arquero la vuelve a sacar.
Mala pata en una tarde piña para Nando pero no
para Loba a quien le falta el postre. Otro tiro libre casi en el mismo lugar.
Toda la hinchada se pone de pie. ¿Y por qué? Por algo será. Es que Loba sigue
con hambre. Y la hinchada quiere justificar el dinero de su entrada.
Loba la vuelve a meter con curva de arco iris pero al otro ángulo. Ahora sí la hinchada sale
del estadio con la alegría de haber compartido una goleada y saboreado dos
veces el postre servido por el chef Monsieur Lobatón, experto en repostería.
Buenas noches.
me habian dicho mis primos que tus textos eran originales. hoy primera vez que leo tu articulo y me ha parecido extraordinario y dejame decirte que no le sobra nada. como hincha celeste te felicito. te has ganado mi admiracion
ResponderBorrarVIERON COMO MEJORA LA DEFENSA CUANDO NO ESTA JUGANDO REVOREDO???? EL CHIBOLO CHAVEZ LA ESTA ROMPIENDO CON SOLO 17 AÑOS. FUERZA CRISTAL CARAJO
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