Por Manuel Araníbar
Luna
Sol resplandeciente sobre esa
inmensa batea llamada Estadio Nacional pintado por dentro de distintos tonos de
celeste. La multitud, adivinando que la estrella 19 estaba al alcance de la
mano, esperaba impaciente. Se esperaba también que los visitantes atacaran desde el saque . pero sólo lo hicieron un par de veces forzando dos tiros libres en las cercanías del área rimense, pero sin novedad, la zaga
celeste aguantaba tranquila.
El bivirí de Víctor
Hugo...
Y
luego de ese par de sobresaltos , los cerveceros se fueron componiendo, armando
su rompecabezas, recargando sus baterías para apoderarse del partido, como ya
lo habían hecho en las tribunas en una estrategia del Comanche en que los
alfiles celestes de Abajo el Puente se comían con ajicito y limón a los peones
del otro lado del Zanjón. Y desde ahí todo el ambiente se llenaba de color
celeste: el cielo, las tribunas, la cancha, la pelota. Lo único blanquiazul eran
los once peloteros rivales y el bivirí de Víctor Hugo.
Una pirámide celeste...
Y
el primer relámpago que incendia la cancha revienta a los 15’ cuando un tiro
libre ejecutado por Gabo con curva de bataclana llega como imán a la cabeza de
Piki que la golpetea para desflorar la valla del equipo del otro lado del
zanjón. Tiemblan las tribunas y no es un sismo, es el clamor, el baile, los
saltos de una muchedumbre que con este empuje está hoy más segura que nunca de que este gol significa la primera chispa
de la estrella 19. Una pirámide se yergue en la cancha pero el color celeste
nos dice que no estamos en Egipto sino al lado del Zanjón. Una vez que se
desarma el poliedro, asoma el Piki con su rostro de Jesucristo resucitado y señala
a su familia y a todos los hinchas celestes.
La adoración al niño...
Ya
los cerveceros sienten en sus manos el título de propiedad de la Orejona. El
dominio se acentúa y los celestes se meten
por esa coladera llamada zaga visitante. Calca que lleva la batuta de la
orquesta hace una pared con ‘Real’ Madrid que se la taquea hacia su banda
derecha. Horacio con su clásica finta de torero, engancha y manda una papaya que vuela como dron al ala zurda donde
Marquitos la espera como burro en primavera y la vuelve a bombear para que la
pesque Ema-9 pero la historia dice que todavía no, que se espere un ratito; la chancha resentida regresa al chimpún de
Calca que la envía al fogón con botecitos de conejo como regalo de navidad para
Gabo que desde el filo del área chica la cachetea por malcriada mandándola al
fondo de la canasta junto a las verduras y los plátanos. Gabo corre a la pista
de ceniza de ese volcán llamado estadio, levanta los brazos y la gente lo adora
como los Reyes Magos al niño con cabeza de huevo. Gabo agradece, se golpea el
antebrazo como lo ha hecho este año veintiséis veces. Ovación, alaridos y toda la hinchada salta como si el
piso estuviera caliente. Y en verdad lo está porque el estadio es un volcán que
erupciona lanzando lava celeste por
todas partes...
Dos
a cero y el partido está más fácil que la tabla del 1. López por un lado y Gabo
por el otro abren la cancha como panetón y se despachan en seco nomás, sin
chocolate. La volante matutera quiere armar algo pero Piki y Ballón están
batalladores, mientras que diez metros más atrasito, Jair y Omar por la zurda
cortan todo avance y contragolpean saliendo en mancha. A su vez, por la derecha,
“Real” Madrid y Renzo son dos escuderos impasables. Los visitantes mandan sus característicos
centros a la candela pero el Patito apaga los amagos de incendio.
El escopetazo de Ema-9...
Para
el segundo tiempo, Bengo, al ver a su equipo rengo, cambia a tres jugadores
pero la rutina es la misma. ¿Para qué vas a cambiar jugadores si en la cara se te ve el rostro de
la derrota? Empiezan los oles pero demasiado
tempraneros, algunos descuidos en la defensa y los visitantes llegan un par de
veces pero el Pato tiene alas de cóndor y sofoca los sobresaltos. Luego las llaves
del partido vuelven a su verdadero propietario. Siguen los toques, las paredes,
puertas y ventanas para construir la estrella 19. Calca, al ver que Ema-9 está
entrando en diagonal se la envía para que se despache y se empache. Ema-9
recibe, agradece, da media vuelta, toma impulso y suelta tremendo escopetazo
que encuentra a Leao a contrapié. La chancha pasa zumbando por su lao pero ya Leao está buitreao.
Tres a huevo.
Los
rimenses, con la entrada de Loba sieguen tocándola, durmiéndola y de vez en
cuando se lanzan para buscar otro hijo. Loba hace sus clásicos pases en
callejón de Malambo para que el chibolo López se meta como una pantera pero el
poste le dice que no, luego otra más donde le cometen penal, pero Victor Hugo
no quiere que los celestes goleen a su querido equipo. Matute sufre, Matute se
entrega, Matute reconoce que así jueguen cinco horas seguidas los goles que van
a llegar sólo arribarán a su valla. Hasta el mismo Victor Hugo dice que ya no
hay nada que hacer y dice adiós. Hay mucho más que añadir pero no se puede
escribir cantando y saltando a la vez. Bienvenida estrella 19. Buenas noches.
ese es mi equipo sceleste carajo por la ptm. se le ganó a todos. lejos el mejor equipo del peru merecimos recibir la copa al terminar el apertura, el clausuira fue por las webas
ResponderBorrarese es nuestro equipo celeste ganador como en la decada de los 90. todo el accionar del anduvo impecable la tactica que menciona el Aranibar era esperar a la visita pero la visita se desinflo con los dos primeros goles. da risa esscuchar como algunos fanaticos se ciegan ante la verdad. Aqui en San Marcos los hinchas de U y Alianza en su mayoria reconocen como inobjetable el trinfo de los cerveceros, pero en mi barrio algunos dicen que si Carrillo cobraba penal el partido iba a ser otro. jajajaja
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