Por Manuel Araníbar
Luna.
Si hay necesidad de un gráfico para
explicar el partido del sábado este es el muro impuesto por Trump en la
frontera con México. No había forma de pasar. Desde el inicio vimos que el DT
de la visita tomó todas las providencias del caso para colocar dos líneas de
cinco donde se estrellarían todos los ataques cerveceros. Y pasó lo que viene sucediendo hace muchas
fechas y lo hemos recalcado ya.
Un atolladero de
tránsito…
El
sistema de juego de Cristal, de rápidas transiciones (ya nos acostumbraremos a esta
palabra) ataques veloces, cambios de frente, toque rápido y entradas en
diagonal se presta para canchas amplias, pero no para jugar de local en el
Gallardo contra equipos que vienen a acurrucarse en su área, porque la cancha es
demasiado chica. Es un embudo, un cuello de botella, un atolladero de tránsito.
Los
DTs visitantes ya saben cómo operar en el
Gallardo, cuadran un bus del Metropolitano en su área grande y dejan a
un francotirador a ver si pesca una trucha en un descuido de la zaga celeste.
Es que le tienen tomada la placa a los cerveceros. Ya saben quién sale con
pelota jugada, para dónde va, quién arma juego, quiénes entran en diagonal, y
quiénes anotan. A ellos se les pegan con cola sintética y no los sueltan hasta que llegan a las duchas.
¿Así cómo?
El famoso recorte de
cancha en Ate…
Esta
táctica de arrinconarse en su propia área a veces los DTs rivales la aplican
incluso en su propio local. Recordemos la fantochada en el recinto de Ate,
cuando Challe mandó achicar la cancha para que Cristal no celebre en sus
narices el torneo de apertura. De nada les sirvió porque los celestes
terminaron empatando y de todas maneras celebraron.
Ayer
no hubo variantes, pero con o sin variantes, ayer fue una de esas tardes en que
todo sale mal, cuando falla uno fallan todos; además, los visitantes se jugaron el partido de su vida, en especial,
el ex arquero cervecero Erick Delgado que salvó dos disparos venenosos de Piki
y Yuly. Lamentablemente, para empeorar
las cosas, el juez malogró el partido y desde el saque complicó a los
cerveceros empapelando de amarillo a Gabo y Calca mientras perdonaba la vida
a los visitantes. Miró para otro lado cuando dos visitantes la emprendieron a
codazos nada santos contra los cerveceros, Esto motivó que Ernesto Moreno Ampuero,
el Historiador Celeste, exclamara un aforismo jurídico, válido para la
coyuntura:
—
¡A
igual razón igual derecho!
Y
claro, el tremendo juez de la tremenda terna
no fue equitativo, sus decisiones no fueron nada salomónicas. Tampoco se
amarró bien los pantalones ante las acciones de la visita. En el segundo
tiempo, el Titi Ortiz, le increpó desafiante a dos centímetros de su nariz por
la amonestación, y el mamarracho de árbitro se retiró con el silbato entre las
piernas.
A
pesar de jugar con diez hombres los celestes seguían atacando, y la visita, con
un jugador de más, tampoco hacía nada
por pasar a la arremetida. Tan solo algunas escapadas esporádicas que dieron su
fruto en un gol de contraataque cuando los celestes se habían dedicado a atacar
descuidando la contención.
¿Ahora
qué? No hay tiempo para lamentarse, hay que resanar músculos y tendones mientras
se planifica la estrategia para afrontar
el compromiso en Ate con sensibles bajas como Gabo y Calca. Buenas noches.
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