Por Manuel Araníbar
Luna.
Apretadera
de Metropolitano...
Porque lo que entró a la canasta no
era una pelota. Era una piñata disputada entre amarillos y celestes. Todo ello
en la misma raya del arco, con la angurria por reventarla y encaletarse el billete de una
luca gringa. La arranchadera comenzó con
un centro rasante y venenoso de Calca para que la meta el primero que le
pusiera la pierna. Aunque no había sólo una pierna, eran dieciocho piernas, y
la bailarina mofletuda pasó de chimpún a rodilla, de canilla a tobillo, entre nueve desesperados jugadores –cuatro celestes
y cinco amarillos- apretados como anchovetas. La pelota quería salir de aquella
paleteadera de Metropolitano pero no la dejaban salir ni entrar. Por último
Josepmir la engancha mascada y la chancha va saltando como conejito a los pies
de Gabo que venía un paso atrás para ver con qué se ganaba. Y se ganó empujándola
al fondo de la canasta del pan. Gol cervecero madrugador.
Y todo esto a los seis minutos. Un minuto
antes Marquitos López ya se había perdido uno entrando como cuchillada por el
centro ante pase en corte de jamonada de Emanuel, que si se la sombrea a
Nicosia y la entierra, la iban a sacar en procesión los muertos del Baquíjano. Pero se la entregó
mansita, para otro entierro será.
Periquito
Chiroque por los aires…
Así, con este gol de noche ventosa de
emoliente y pan con palta empezaba el partido en una cancha difícil donde,
además de la irregularidad del suelo, la iluminación es débil, sobre todo en el
sector Sur donde hace varios años se han robado los reflectores y han puesto focos que
parecen de 50 vatios. Y tercero, lo más traicionero, el viento es fuerte y siempre cambia de
dirección, con remolinos mayormente en dirección sur-norte que con toda
seguridad se lo podría llevar por los aires a Periquito Chiroque con sus 45 kilos. Por tanto ningún equipo
juega bien en esa cancha. ¿Se habrá contabilizado cuántas pelotas se fallaron
en salida ambos equipos? No fue por mediocridad, fue por esta cancha tan veleta y saltaperico, como decían las abuelas..
Ahora bien, el hecho de ir ganando
no quiere decir que se está jugando bien. Y cuando decimos jugar bien nos referimos al modo en que juegan los cerveceros, a 90
por hora, toque rápido al pie o al vacío. Claro, dirán algunos, en esa cancha Cristal ha goleado varias veces,
incluso hemos gritado un golazo de media cancha del Pincel Sheput. Esto es lo
que pasaba en el primer tiempo, se metió el gol de zafarrancho pero luego todo
cayó en una lucha de patadas, algunas irresponsables, que el juez Blanco dejó
pasar como en el caso Lavajato, pero que hicieron salir de a varios magullados.
En ese primer tiempo los celestes
se salvaron del empate cuando un tóxico tiro libre con remolino dio en el poste
ayudado por el viento mencionado. Después
un par de escapadas y todos al camarín.
El
Arquero sin Cabeza…
Para el retorno, también a los 6’, Jair la centra pasada y cuando la va a
empalmar el Gabo, lo engancha un amarillo y Blanco señala el punto del color de
su apellido. Nadie se la quita al Taladro Herrera que no moja y tiene sed. Toma
viada, raspando las champas como si hubiera pisado guano, clara señal de que va
a cañonear con dinamita. Nicosia tiembla. Nicosia espera, Nicosia se lanza a su
izquierda. Y la bombarda rompe las mallas entrando por el medio, que si el arquero
se queda parado la pelota le arranca la mitra de cuajo, como para filmar la
película “El Fantasma del Arquero sin
Cabeza”. 2 a huevo y la zozobra no termina para el pobre Nicosia porque un
minuto después, un pase de Ballón por el centro se la pone en callejón
oscuro para la Máquina que la empuja casi sin mirarla. 3 a huevo.
Parece suave pero no lo es. Ha corrido
mucha patada, mucho golpe bajo. Sale Calca maltratado y entra Loba. Los
celestes quitan el pie del acelerador. Sale Costa magullado y entra “Real”
Madrid, y casi al último entra el Zancudito Chris Olivares por el Tanque cuando ya no pasa nada. No hay que exigirse porque la seguidilla de
partidos no termina. Para terminar este juego de colores, Blanco, vestido de
rojo, dice chau a al cuadro amarillo ahogado en esta noche celeste. Buenas
noches.
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