Por Aldo David Alvarado
Hinojosa.
El Doctor Celeste.
"sigo cantando porque un barrista de ley es así..." |
No soy de esos hinchas que se
mantienen sentados en la tribuna, mirando las jugadas y aplaudiendo sólo para
celebrar los goles. Para quienes me conocen, yo no voy solamente “a ver al
Cristal”. No, yo no me siento tranquilo si no hago barra en la tribuna al lado
de mis grandes amigos. Y sigo cantando así estemos perdiendo o goleando, porque un barrista de ley es así.
Desde
mi adolescencia fui infaltable en la barra de mi querido equipo cervecero. Salvo
que los celestes jugaran en provincias o en el extranjero, mi asistencia era
más que rutinaria, o-bli-ga-to-ria. Si por alguna razón no podía ir, sea por
enfermedad o por parciales en la facultad de medicina, y si no tenía acceso a
una TV, me acompañaba de un radio a transistores.
Los barristas de mi
juventud…
El
domingo pasado, para el compromiso contra Muni, regresé al Gallardo acompañado de
Manuel Araníbar. Subimos al área de prensa y desde ahí vimos el inicio del
partido. Desde arriba volvía ver a mis viejos compañeros barristas de legendarias
jornadas juveniles.
Ahí
estaba mi viejo amigo el bongocero Freddy Ambía, a quien brindo mis respetos y
todo mi cariño. Siempre ha sido el rey de las tarolas, el que le metía el
ritmo, junto con el loco Galliani que tocaba el bombo (y que luego me lo pasó a
mí), y después la trompeta clásica de Perico Ugaz; luego apareció Tirulero, que
en esa época tendría unos diez años, y que se metía entre los que tocábamos y
uno le decía, “¡hey, chibolo, vete, vete!”, pero el Tirulero se salía de un
lado y se metía por el otro. . Tanto se escabullía dentro del grupo de barristas
que por último le dimos la trompeta, aunque al principio tocaba hasta las
patas. Años después se convirtió en un emblema con la trompeta en el Extremo.
Encontré
también a Sarmiento, el hijo de don Fabián, fallecido hace unos dos meses, un
señor de señores, que ha sido el símbolo de los barristas antiguos, todo un
caballero, un infaltable barrista que luego ha sido responsable de la Guardia
Extrema.
"me sentía como huevo frito en cebiche..." |
Viendo
a todos ellos cantando, saltando, aplaudiendo en la tribuna mientras que en el
área de prensa los periodistas miraban el partido fríamente, me sentía como
huevo frito en el cebiche. Tenía que
estar cantando junto a ellos. Solamente estuve en el área de prensa por diez minutos.
No aguanté más.
-Vamos
con la Vieja Guardia – le dije a Manuel Araníbar-, aquí me siento amordazado y con camisa de
fuerza, tengo que saltar y gritar junto a mi querida barra.
………….
Valió
la pena haber enronquecido por gritar tan fuerte, porque mi querido equipo me
dio una más de las mil y una alegrías que me han hecho la vida feliz. Ganamos con un
contundente 4 a cero, coronado con un gol que menos mal que ha sido grabado,
porque si lo contaba nadie me lo iba a creer.
¡Salud,
querido cuadro cervecero de mis amores!
salud doctor doctor poyi, claro que lo recuerdo, un barrista de los antiguos.
ResponderBorraryo soy del rimac cuando estaba chibolito queria meterme con la barra pero mi viejo no me dejaba subir porque ya habian empezado las broncas con las gayinas me acuerdo que habia un pata que bailaba y al mismo tio que tocaba los tambores despues cuando fui mas grande iba con mi primo que le decian charapita
ResponderBorrarcomo no me voy acordar de esa gentasa
ResponderBorrarahi estaban rolo, rompebanca, peloduro, calavera, payasito, ardilla, murdosh, tirulero,
una gente qeu se mechaba contra gayinas y cagones, sin tenerles miedo y los haciamos correr