lunes, 4 de junio de 2018

PERÚ GOLEA 3 A 0: DOS DE PAOLO


Por Manuel Araníbar Luna
La afición esperaba al capitán. El Perú entero esperaba al capitán. Sudamérica esperaba al capitán. El mundo esperaba al capitán. Sólo en tres países no se le extrañaba: Dinamarca, Australia, Francia. Ah, y uno más: Chile (también los políticos lo necesitaban con ansias, pero de eso hablaremos más adelante).

El equipo arrancó sin el Mudo. Gallese al arco. Lucho Advincula, Ramos, Santamaría por el Mudo y Trauco. Al medio Tapia y Yotún, Cuevita cinco metros más arriba.  A la derecha André y a la izquierda el Oreja. Y bien de punta, con el cañón siempre cargado, el tirabuzón listo para descorchar, y el lanzallamas para arrojar fuego, el capitán Paolo con el nueve tatuado en el dorso.
Fulbito y full vaso…
El once peruano empezó con toques de la volante, proyecciones por la derecha y lanzamientos teledirigidos para Paolo de  parte de Yoshi, algunos muy cortos y otros recontra  pasados. Algunos quiebres innecesarios y triangulaciones demasiado previsibles. Es decir, como suelen jugar los peruchos, aunque añadiéndole el estilo de Gareca que es presionar a los rivales en salida. Luego los blanquirrojos se percataron que los árabes eran sólo correlones y  que para lo único que eran buenos era para hacer cosquillitas con las barbas en el cuerpo a cuerpo. De tal  modo que los blanquirrojos  se fueron asentando, sus pases fueron más precisos (y  preciosos), sus centros más eficaces.  Es ahí donde fueron apareciendo sus cabriolas y regateos. Aparecieron los chiches de fulbito, y en la tribuna full vaso (como se vio al final del encuentro cuando se metió a la cancha un perucho barrigon con la pipa llena de chela para obtener su camiseta sudada y estrujada que la va a guardar en urna de cristal.
El primero
Tan fácil era el partido que la goleada se inicia casi sin querer queriendo cuando Lucho Advincula corta una salida de los fedayines, André la recoge y empieza sus piruetas de pichanguita en pista, quiebra a Muhammad, y pisa la bola pero se resbala con una cáscara de plátano, aunque no la pierde,  da la media vuelta y casi cayéndose mete un derechazo que le da en el diente de oro a Manzur. Nocaut. La pelota sale volando y la pelea Tapia con Hussaín (el árabe, no el peruano) que le hace banquito. Renato cae feo pero la llega a cabecear. La redonda llega a la cabeza de otro moro que rechaza mal, y el encargo va a refugiarse donde André que la  mata de pecho y sin que toque el suelo la empalma de zurda. El petardo se mete hasta el fondo de la canasta del pan. Uno a cero y el partido está más fácil que la tabla del 1.
¿Pedirle clemencia al verdugo?
En la segunda, Yoshi recibe un saque de banda y habilita desde su cancha a Cuevita que se la suelta a Renato entrando en diagonal y jalando marca hacia la izquierda, Tapia recibe de espaldas y se la da en prima y con bote al Oreja que la mata de zurda y la remata de derecha. El fedayín rechaza y  la chancha viene dando botes de conejito a pedirle clemencia a Guerrero. ¡Bah, pedirle perdón a Paolo es como suicidarse! Paolo, que no perdona ni a san Púchica, la mete hasta inflar las mallas. Dos a cero y el arquero talibán, más amargo que un té jazmín sin azúcar, guapea a sus defensas:
والله ، كيف يحدث لهم أن يطلقوا سراح المفترس؟
Traducción: con la cara de cachaco que ha puesto, lo mínimo que ha expresado es una mentada de madre a su defensa y, de pasadita, a Donald Trump.
Así se van al camarín a refrescarse un poco y a escuchar el sermón del Tigre:
Macanudo, che, ‘tan jugando pal mundial, pero quiero má gole, quiero! ¡Ah, y se me cuidan la pierna, se me cuidan!
Al regreso, salen más sueltos aunque empieza a correr la patada.  Los árabes son una perita en almíbar para jugarla pero cuando los hincan son recontra picones (pregúntenselo a Trump). El partido está papaya porque los dirigidos por Pizzi no inquietan a Gallese con su  pinta de marroquí. La defensa tiene un par de salidas falsas pero las saben corregir corriendo la cortina y haciendo el cruce. Los delanteros siguen la presión adelante secundados por los pitbulls de la volante que están mordiendo hasta al árbitro. Y ojo que es peligroso porque los árabes responden golpe por golpe y  pueden lesionarlos antes de llegar a Moscú.
Pero ahí nomás viene el tercero por obra y gracia del espíritu peruano. Loyola (hijo del puntero derecho celeste de los ochenta) se la juega a Carrillo que amaga con la derecha para adentro y quiebra a Mustafá, vuelve a enganchar para afuera y le vuelve a destrozar la columna vertebral (¡pobre Mustafá!) lanzando un centro milimétrico justo a  la mitra del capitán que la clava al piso, y con esto Paolo hace su segundo de la noche y el tercero de los blanquirrojos.
Y todavía hay espacio y tiempo. Se siguen rompiendo cinturas al punto que los fedayines ya echan espuma por la boca haciendo que salgan chispas de cada choque. Modérense muchachos, que ya ganaron. Gallese saca una pelota de arco a arco que para Jefferson que levanta la cabeza y ve llegar Sergio Peña llegando solo y que apunta solo, y que  dispara solo … y  que se la pierde solo.
Y no habiendo más goles que sopletear, el árbitro dice chau. Buenas noches.
ALARGUE.
¡CUIDADO, PAOLO! Cada vez que los deportistas peruchos han tenido algún resonante triunfo, los políticos se les han colgado para sacar provecho. Cada vez que había triunfos peruanos en cualquier deporte, los ministros de economía han lanzado sus paquetazos de alzas, o bien los políticos se han pegado  al costado con su camiseta para salir bien peinaditos en la foto. Mucho cuidado, Paolo, que ya te están utilizando sin que te des cuenta.

1 comentario:

  1. jajaja, me habian dicho que eras muy buen comentarista pero no me imaginé que tus coemmntarios fueran tan divertidos. me he reido como loco por esta columna de hace casi un año antes del mundial. ademas eres celeste. te has ganado un lector mas. saludos desde okinawa salud cristal y salud seleccion

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