Por Manuel Araníbar
Luna
Al llegar el bus cervecero al
Miguel Grau, una lluvia de piedras le
dio la malvenida. Menos mal que la cortina de la ventana protegió a Gabo tras
romperse la luna con un ladrillazo. Gabo Costa, acostumbrado a recibir patadas,
escupitajos y mentadas de madre, bajó del bus como si le hubieran lanzado una
flor. “Gajes del oficio”, pensó.
Pero
la pedrada a su ventana sólo fue el principio de otras agresiones. Ni bien
empezado el partido, al Cabeza de Huevo le empezaron a meter taba
sistemáticamente casi todos los jugadores del equipo porteño. La orden de Bam
Bam Valencia era anular –con taba, codazos o con lo que fuera- al Gabo que es
el surtidor de pases para el goleador Ema que hacía ya tres partidos que no inflaba
las mallas. Pero el objetivo del DT local no sólo era bloquear a Gabo sino a
todo el armado celeste.
Cuatro por Detroit y
cinco por Adelaida…
Como
ya todos los DTs de este campeonato lo saben, el sistema de juego de Condorito es
el mismo desde hace seis meses: atacar con su batería de seis puñaleros, atorar desde el principio, acosar y obstruir
la salida del contrario y con ello asfixiarlo hasta que los paramédicos
dictaminen su muerte oficial. ¿Qué hizo
el Camanejo (jodido y mañoso hasta viejo)? Hacer una fila de cuatro por Detroit
y una de cinco por Adelaida, dejando adelante al Pana solo, triste y abandonado
como Vladimiro; esperando a los celestes y caerles de dos o tres contra uno
para encadenarlos con toda clase de artimañas:
el foul artero y el escupitajo rastrero, buscando una falla en salida para
contragolpear rápido con la velocidad de dos excerveceros, Arroe y Damichón, quienes
se jugaron el partido de su vida.
Más problemas que
Baldor…
Los
celestes no podían penetrar con claridad, y cuando lo hacían los mataba la
desesperación. Esta vez el único encargado de contención era Piki que no se podía
bandear solo contra los dos armadores rosados, que corrían como escaperos inalcanzables. Para colmo,
Calca ya tenía amarilla por obra y gracia de Víctor Hugo. De este modo los
contragolpes porteños traían más problemas que Baldor. Como siempre, los tiros libres, los de
esquina y todos los centros desde cualquier parte eran un dolor de cabeza para
el Pato, quien salvó su valla con un par de buenas atajadas pero no pudo hacer
lo mismo con un ollazo desde la derecha que se lo metieron de peineta con gel
en las narices de toda la defensa cervecera (ya esto se está haciendo
costumbre: cada tiro libre o de córner contra los celestes hay que ponerle una
velita a san Patricio. Uno a cero y así
se fueron al descanso.
Fregando la pita…
Para
el segundo tiempo, Salas jugó a lo mismo: atacar con buena intención pero sin
contención y, peor, perdiendo pelotas en salida, lo cual ocasionaba sustos y
temblores. Las cosas cambiaron cuando entró Pachequito que le quebró la cintura
a sus marcadores y lanzó un par de buenos centros aunque otras las malogró por
querer driblear a los recogebolas, a Victor Hugo y al cuarto hombre, sin contar
al banderín del córner. La pelota iba de arco a arco, Piki se multiplicaba pero
en el uno contra dos siempre perdía,
Jair se metía en diagonal pero siempre haciendo una de más. Loba tenía unas de azúcar
y otras de sal. El que se rompía contra todos era el Gabo quien, pese a recibir
tanta leña, creaba peligro buscándose los frejoles de dónde hubiera, robando
pelotas, cargoseando, fregando la pita. Es así como se logra el empate cuando
le roba la pelota a un jugador rosado, se mete a toda velocidad por el centro,
teniendo a Ema por derecha y a Pacheco por la zurda. Gabi piensa: “Pacheco siempre hace una de más, mientras
Ema remata sin hacerse paltas”. Decide rápido, le da el encargo a Ema, y
este fusila a Martinucci. Uno a uno. Más tarde un tiro libre suyo provoca una
pelotera en área rosada pero la pelota no entra porque los once rosados se
aprietan como sardinas en la puerta de su casa. Así las cosas, Carrillo sopla
el pitillo y dice chau. Buenas noches.
OTRA VEZ EL PATO ALVAREZ MALOGRANDO EL PARTIDO. RECONOSCO QUE LOS DEL BOYS LES DIERON PELEA PERO ESA DEFENSA ESTA DESEQUILIBRADA Y EN LOS CENTROS, COMO DICE EL PERIODISTA, SE SUFRE SEMANA A SEMANA.
ResponderBorrarNo es posible que no haya control para evitar esos ataques de parte de la delincuencia chalaca, eso debiera ser penado, esto es futbol sres. Donde estan las autoridades? Y del partido ni hablar, Boys no esta para asustar a Cristal,pero los celestes dejaron mucho que desear,partido malo.
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