Pablo Merea es una
leyenda en la hinchada cervecera. Fundador del Extremo Celeste, también puso
las bases para la fundación de la Guardia Extrema, la bulliciosa barra de Occidente.
Esta barra es la que recibe, da su aliento y despide a los celestes en cada
partido. Pero también los defiende de los ataques de inadaptados de la misma
tribuina. Hoy Pablo hace un recordatorio por los 10 años de fundación de esta incansable barra.
Por
Pablo Merea
Recuerdo
aquel 8 de febrero del 2008, allí frente a las canchitas de Limatambo en
Surquillo, tomando unas cervezas con Miguel Canchas, Beto Benza, Jesús Valdez,
y otros hermanos más haciendo un Acta en un cuaderno celeste, donde llevé todas
las estadísticas de cómo salvamos el descenso el 2007 y contactos de todas las
barras a nivel nacional e internacional del Sporting Cristal.
Y
es que allí empieza la historia. Era agosto de ese año y ya retirado muchos
años de la barra, pero siempre activo, yendo a acompañar al equipo, fui con mi
hija la cual iba después de muchos años al estadio a ver un partido contra el
enemigo. El equipo perdió 1 a 0, pero lo que más dolió fue la respuesta del
Extremo Celeste, era una barra sin alma, sin rebeldía, con gente que iba a
robar (algunos) y otros a especular (pocos alentaban) eso fue lo más doloroso.
Cuando salía del Nacional por Sur, mi hija, que ya tenía 13 años, me empezó a
preguntar dónde estaba esa barra que ella creció idolatrando, con todas las
historias que le había contado.
Duelo contra ediles…
Sin
duda que fue un momento doblemente doloroso, pero lo primero que hice al llegar
a casa fue buscar el correo de todos los amigos con los que habíamos fundado el
Extremo Celeste, allá por los 90’, y les mandé un correo (sí, mail, recordemos
que por esos tiempos no había redes sociales) y pedí reunirnos el siguiente
partido contra los ediles.
Ellos
nos llevaban muchos puntos de ventaja, pero que si perdíamos era muy probable
que nos fuéramos al descenso, porque ya solo nos salvaría un milagro. Por
correo debíamos definir a qué tribuna deberíamos ir. Unos decían la popular
para meterle la mística que teníamos en los 90’ a los nuevos barristas; otros,
Oriente porque allí la gente alentaba más, finalmente propuse ir a Occidente porque
recordé un partido de ese mismo año en el Gallardo, cuando me senté casi detrás
de la banca celeste con mi hija, jugábamos contra Melgar, y hubo unos treinta
arequipeños a mi lado que parados durante todo el partido se la pasaron
insultando a nuestra propia banca, en nuestra propia tribuna.
Atrayendo a nuevos
seguidores…
Les
reclamé y traté de hacerles el pare, pero lo único que vi fue muchos hinchas
celestes apagados o asustados y sin capacidad de reacción, por lo mismo pedí
ubicarnos allí y así fue: llego el día en el Nacional y fuimos unos 50 Viejas
Guardias que alentamos con mucha fuerza desde occidente alta hacia el lado de
norte empujando al equipo. Al final el resultado fue 1 a 0 en contra, pero ese
día los jugadores e hinchas de las diferentes tribunas nos notaron y muchos de
los que estaban en occidente, se nos acercaron.
Recuerdo
allí, en el entretiempo, haber hablado y conocido a Beto Benza y Jexu Valdez,
que me preguntaron si podían acompañarnos en la tribuna, y escuchar un cántico
de los hinchas académicos hacia nosotros “a la baja”. Luego de eso vino el
contacto con las barras de oriente y el Extremo y empezamos una ola imparable
que concluyo una fecha antes del final jugando contra el mismo rival, pero
ahora nosotros mandándolos al descenso a ellos.
Días
después, la VG se reunió nuevamente para decidir qué debíamos hacer en
adelante, (muchos de nosotros ya teníamos familia, empresa, profesiones y demás
que no nos permitía llevar una vida en paralelo de barristas la cual requiere
de tiempo para la organización y los viajes a provincias); finalmente decidimos
dar un paso al costado.
La elección del nombre…
No
obstante, cuando me iba con John Pallaroso, él me decía “formemos una barra
oficial en Occidente, pero que ya no sea la Vieja Guardia”. Y empezó a jugar
con nombres y dijo entre risas: “Guardia Extrema” Guardia de vieja Guardia y
Extrema del Extremo, porque de allí vinimos. Se me quedó el nombre hasta que la
semana siguiente (8 de febrero) me reuní con todos los que se habían sumado a
nosotros en todos esos partidos de occidente y en esa mesa llena de cervezas
formamos la Guardia Extrema, luego vino una reunión entre el Chino B. y Yo,
donde le propuse la creación de esta barra, y donde me dijo: “pero en Occidente
están prohibidas las barras”, le respondí desde el alma: “LA
GUARDIA EXTREMA SERÁ DESDE ESTE 2008 LOS QUE CUIDEN y APOYEN A NUESTROS
JUGADORES E HINCHAS SUELTOS Y EMPUJEN AL EQUIPO DESDE OCCIDENTE EN CUALQUIER
CANCHA DONDE LES TOQUE JUGAR”.
El
resto todos lo conocen y así ha sido hasta el día de hoy. Me quito a seguir
trabajando celestes.
¡¡¡¡SALUD
GUARDIA EXTREMA!!!!!
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