Por Manuel Araníbar Luna.
“Otro poco de calma, camarada...
(César Vallejo)
Si,
calma, serenidad, mesura, que no cunda el triunfalismo, no cantemos victoria
antes del repechaje. Sí, claro, la luz del túnel se ve un poco
más clara pero es sólo una luz, aún no es la puerta de salida (o de entrada) al éxito.Y
es que aún faltan ciento ochenta minutos contra un rival al que no hay que mirar
por encima del hombro. Por el contrario, sus jugadores son tan altos que son
ellos quienes nos miran así.
Unos timoratos y otros acelerados...
Resumiendo
el partido, no se jugó bien. Una suerte de desesperación se había enquistado entre
los rojiblancos. Cueva hasta las cuevas, Carrillo alocado como un chiquillo,
Paolo siempre solo, Corzo no agarraba el curso, Flores marchito, sin agua en el
florero. Yoshimar se trababa sin poder armar. Los arquitectos de la línea de creación
montaban paredes de cartón y a los segundos las fofas paredes eran demolidas
por los fornidos defensores colombianos, los cuales esperaban serenos las incursiones de los cholos. Pero los norteños tampoco salían y si lo
hacían era sólo por un ratito para ver si llovía. Así las cosas, a los
delanteros visitntes tampoco les iba mejor: Corzo se jamaba a James, Falcao
jugaba desfalcado ante la limpia anticipación del Mudo, y Cuadrado la veía como
su apellido. Sin hacerse daño, salvo una que otra escaramuza de partido de
fulbito, se fueron a descansar.
Gol
de la visita…
¿Descansar,
para qué? ¡La Bruja del 71 tenía que guapearlos jalándoles las orejas! Habían
entrado a la cancha para pelear la clasificación pero caminaban timoratos como
si el partido les importara un guairuro, esperando un milagro en el mes morado.
Quince minutos después entraron a la cancha con otra actitud pero no tanto que
se note. Unos se aceleraban y otros se ovalaban, si cabe el término. Porque
abusaban del pasecito lateral intrascendente, vano, cansino, ahuevante. Además,
el Mudo había salido por lesión y eso creaba preocupación en la zaga porque,
sin desmerecer a los otros, había sido el baluarte defendiendo y anticipándose a
los peligrosos delanteros visitantes.
Pero
todo partido es un enigma. Pese a que
los delanteros colombianos no hacían ni yaya, la defensa se desbarata. Un centro
facilito y manejable es pivoteado por un mastodonte, la recibe un compañero que
quiere quebrar a Araujo, este la pedalea pero se le va, el delantero se la
suelta a James que sin pensarlo manda el zapatazo. Uno a cero y el estadio
queda mudo como Rodríguez en el banco
con hielo en la pierna. Gareca no disimula su jaqueca y Solano se rasca el
anillo. El gol de la visita despierta al elenco cholo que esta vez sí se pone
las baterías recargadas, y empieza adelantar pero como siempre el
intrascendente pasecito seguro para no embarrarla.
Una
espina para Ospina…
Actitud
había, lo que no se veía era orden, ni serenidad, ni obediencia al libreto y ni
mucho menos rebeldía para improvisar. Es entonces que, cuando el panorama se
ponía borroso, un back amarillo rechaza
y la pelota viene dando saltos como conejito a una altura tal que no se sabe si
levantar la pierna o pararla de pecho. Corzo y el back se vienen acercando al
choque y cada uno opta por hacer la contraria, mientras el colombiano levanta
la guadaña, Corzo –vivo él- mete la
mitra y el colombiano casi lo degüella. Ricci levanta el ala para demostrar que
se había echado desodorante a bolita y para indicar que es tiro indirecto.
Paolo es el dueño, piconazo por no haberle anotado a los ches en la última
jugada del partido anterior. “Esta es
mía”, murmura con rabia, “no me la pidan”.
Y lo dice con la mirada tan furiosa que a Cuevita le da miedo pedírsela.
Tampoco el Depredador se la iba a dar porque ya estaba tomando medidas con
teodolito, vista láser y visor telemétrico. Veamos, Ospina ya la había
embarrado la fecha anterior. Estaba frío porque no le había llegado ni una
pequeña canica con la cual calentar el cuerpo.
Paolo, concentrado en meterle el estilete al arquero, no se percata de
que Ricci había levantado la mano como agarrando el pasamanos de un bus
invisible midiendo un par de pasos hacia atrás. El capitán, frunce una ceja, y
entrecierra el ojo de águila. Ospina tiembla de nervios. Paolo con el cuchillo
entre los dientes se da cuenta que la barrera está mal hecha, que por ahí puede
entrar la gorda. Da un pasito para atrás, da el otro y sin tomar vuelo le da a
la gorda con el dedo gordo. La redonda hace una curva de plátano bellaco, le
zumba la mitra al último defensa y, cuando se está metiendo al tono sin permiso,
Ospina la cachetea pero la gorda conchuda, se sigue metiendo al tono para
abrazarse con las piolas. Ospina termina clavado, atorado con una espina. Uno a
uno.
Los
caudillos no celebran empates…
Salta
el estadio, como si hubiera temblor, estalla la tribuna, dos peruchos corren a
sacarla del arco. Todos contentos abrazan a Paolo pero el Depredador sigue
molesto. Grita “Gol carajo”, mienta
la madre y besa su camiseta pero siempre fruncido, como si al águila aún le faltara
carne cruda, porque sigue pensando
siempre en el triunfo, no en el empate. Porque para un guerrero no hay
empate que valga. ¿Acaso los soldados van a la guerra pensando en empatar, me mataste uno yo también te mato uno?
¡Nooo!, un Guerrero de raza entra siempre a la cancha para ganar la batalla y
no para equilibrar la balanza.
Los
peruanos siguen apurando pero falta muy poco y ya no piensan en dársela a Paolo
sino en que cada uno haga su jugadita para lucirse ante las cámaras pero no
para buscar el segundo después de la sopa y antes del postre. Por ahí les pasan
el bocinazo de que los llaneros venezolanos le están ganando a los guaraníes y
que los cariocas está destrozando a los rotos.
La Bruja les da las últimas instrucciones en idioma rioplatense.
-Che,
pibes, parenlá, tenganlá, arrullenlá, aguantenlá, que sha tamo en repechaje, sha
tamo, ¿viste?.
Y
los peruchos la empiezan adormecer, de acá para allá, cantando la mar estaba serena, serena estaba la
mar♫♫♫. Los colombianos ídem, satisfechos porque ya clasificaron, también la
duermen y se meten a su guarida a esperar ataques de los peruchos. Pero los cholos
han guardado las armas, han hecho tregua, ya no quieren hacer nada por la vida
ni por el cuarto puesto. Como les han dicho que no hay quinto malo prefieren el
quinto ¿A nada? (No le digan esto a
Guerrero porque el capitán odia esta frase)
Al
ver el partido tan aburrido, Ricci sopla la vuvuzela para meterse un richi con sus
banderilleros Carvalho (¿cuñado de Julinho?) y Van Gasse que está soltando mil
gases. Todos saltan, gritan y lloran. ¿Y saben quién es el único que no
celebra? Paolo. Es que el capitán, el general de mil batallas, el adalid de la
franja, jamás va estar contento si no gana los tres puntos. Y lo dice al final cuando
todos lo abrazan:
-Pudimos
haber hecho un poco más, lo más importante es el sacrificio de todos y hay que
pensar en el repechaje
En
fin. Sirve el empate, pero por favor, díganle a Guerrero que no siga fruncido,
que por favor sonría, que el partido ya terminó. Buenas noches.
CODA.
- La polémica: ¿roza o no roza la pelota mantecosa en un back cuando el Paolo le mete la curva de Pasamayo? Para nosotros no, pero para Ospina sí. Bah, no importa, la cosa es que entró.
- No piensen que Nueva Zelanda los jugadores son kiwis, esas aves más raras que gallina con colmillos. Tienen jugadores en el extranjero y su centro delantero juega en la Premier League y mide más de 1.90mts.
muy buena cronica pero no tiene que ver nada con el equipo celeste. se supone que cuando entramos a esta pagina vamos a leer noticias y cronicas del sporting cristal. amo a la seleccion pero si quiero leer algo de ella lo hare en otras paginas de la internet pero el lector que entre a paginas celestes debe encontrar solo lo que tenga que ver con el equipo del rimac
ResponderBorrarY A ESTE QUE LE PASA? LA SELECCION ES DE TODOS, ADEMAS LA CRONICA ESTA DE PTM. FELICITACIONES ARANIBAR, TU SIEMPRE ESCRIBES DE MANERA ORIGINAL, TE SALES DE LO COMUN Y ESO ME GUSTA PORQUE LE PONES GRACIA Y PIMIENTA.
Borraruna verguenza los últimos minutos del partido. Paolo tuvo razón en molestarse. Los chilenos se agarran de esa payasada para alegar que peruanos y colombianos se pusieron de acuerdo. Por último que los chilenos fracasados que ni reclamen porque todos saben que su última copa America la arreglaron para ganar.
ResponderBorrarLa cronica de Aranibar esta bien,estamos al dia,hablando de la seleccion se puede decir que ese "pacto" no es tal por lo que quedaba de tiempo para final del partido,pero... Peru debio jugar para ganar y asegurar directo,ahora la moneda sigue en el aire, aunque se diga que los Neozelandeces son basquebolistas, nunca se sabe, los colochos corrieron la bola del empate porque Peru los estaba arrinconando y sabian que el gol los dejaba afuera a ellos,nos trabajaron al susto y Peru se la comio
ResponderBorrarExcelente crónica primo,para que todos los jóvenes que hoy no leen, puedan disfrutar de su sabrosa prosa.Soy su hincha
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