Por Manuel Araníbar
Luna.
Al
final de algunos partidos su rostro mostraba la tristeza de un colegial desaprobado, porque pese
a las ganas que ponía nada le salía bien, como si le hubieran pinchado las
piernas un brujo de las Huaringas. Divorciado con la pelota, sus pases iban al
contrario como si jugara con los chimpunes dentro de su caja.
Saltando la línea láser…
Irven Beybe Ávila Acero jugaba con las bisagras oxidadas, parecía haber perdido la elegancia de su clásica vuelta de chalán, sus pases-gol parecían cosa del pasado. Si
bajaba no lograba armar juego, si subía quedaba en ridícula posición adelantada
habiendo sido el jugador peruano que mejor sabía jugar al filo del offside,
saltando la línea láser de los banderilleros y sorprendiendo a las artimañas
del rival en el momento adecuado; perdía goles (y los sigue perdiendo, claro,
Irven es cristiano pero no Ronaldo), no obstante era el jugador cuyo promedio de goles
superaba la docena por temporada.
Sin
embargo, el Fenómeno del Niño Costero le había recalentado la cabeza porque
perdía coordinación, reflejos y serenidad. Desesperado por anotar, se
alborotaba como adolescente, jugaba pensando en las tetas de la iguana y con
ello perdía preciosas milésimas de segundo al tomar la decisión final o, por el
contrario, se aceleraba cuando sólo tenía que empujarla.
La cabeza en el freezer…
No
obstante, las últimas variaciones en La Florida y la llegada de un mentiroso
invierno le refrescaron la nuez y las pecanas, metió todos sus problemas en una
bolsa de desperdicios, y descargó sus frustraciones pateándola con furia. Luego
se cacheteó para despertar de la pesadilla, metió la cabeza en el freezer, se miró al espejo y cayó en cuenta que aún es
el delantero en el que la hinchada nunca desconfió.
El
domingo no anotó, se perdió un par de
claras que parecían yemas, cabeceó al piso pero dejando la puntería en el
camarín y, aunque sin mojar, fue el
mejor jugador del partido. Todo un obrerito con el overol de Piki, llevando
pelota, habilitando al estilo Loba para el Sandogol
de Ray, jalando Markarianes, trocando puestos sin pensar en el Troca, trazando
diagonales, perpendiculares y curvas, distrayendo a los sapos y ganándole el
vivo a las ratas. Le falto el gol, es cierto, sin embargo jugó para una nota de 18 puntos, que si su
mitrazo entraba se llevaba la diploma y medalla de oro con beso de la
secretaria minifaldera de su colegio en Huánuco.
Agradeciendo
a la tribuna…
Hoy
el Irven de Acero se siente feliz por el resultado, agradece el apoyo de la
tribuna:
"Feliz por el
triunfo, nos debíamos un partido así. Por nosotros, por nuestras familias y la
gente que vino a apoyarnos, a alentarnos. Fue un partido sufrido, pero que nos
deja en la lucha todavía"
¿Se
dieron cuenta ya los barristas del mensaje de Irven? Al estadio se va a apoyar
y no a empollar ni a mecharse entre hermanos. Buenas noches.
EL CHOLITO DEBIÓ HABER SALIDO A pORTUGAL HACE UNPAR DE AÑOS PERO LA DIRIGENCIA LO AMARRÓ,ESO LO FRUSTRO. CUANDO NO LAS RATAS DIRIGENCIALES SACANDOLE PROVECHO
ResponderBorrarsalud cholito este año vas a meter de a 15 para arriba y vas a volver goleador a ray. y que ese chivolo sandovaklse cuide que deje la discoteca y la matoneria.
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