Por
Manuel Araníbar Luna
Quienes jamás han viajado a Sullana
no se imaginan el calor que hace allá. No es una exageración decir que al medio
día se puede freír un huevo en el piso. Ahora
imagínate, si jugando en esa candela con once jugadores un
equipo termina deshidratado, con nueve desaparece. Sin embargo, el
cervecero no desapareció, por el contrario, se multiplicó.
Arrancó el partido como se está haciendo costumbre
entre los rivales de turno para robar las pelotas celestes en salida: ponen un
par de sicarios con las motos encendidas para matar a traición. Y casi desde el
pitazo casi madrugan a Piki, fue un talán que avisaba que no es momento para
chiches innecesarios.
A los 5’ casi anotan los sullaneros en tiro libre. Si
la cancha quema, la pelota debe estar hirviendo porque Viana la suelta y da rebote. Se meten tres
delanteros y uno de ellos la clava. Menos mal que el banderillero levanta el
alacrán y la anula por mala posición. Ya Pablo les había dicho que prueben unos
tiritos desde afuera, una práctica olvidada por los arietes cheleros todo este
año. Tití manda una a rastrón que se la desvía Rivadeneyra. Fue el primer aviso.
Sin embargo, para piña, a los 20’ un rechazo de cabeza del Piki que iba para
Jair se lo agradece un delantero churre que habilita al compañero y define. Esta
vez lo consiguen dentro de la línea roja y en el marco (del arco y de la ley). 1 a 0, y la piconería se le sube a la cabeza a
los cerveceros.
Titigolazo…
Luego Titi ensaya un tititiro libre que choca contra
una pared de carne. Piña al cuadrado: le
aparece la señal de “siga intentando”.
Titi está piconazo porque hace mucho que no le da ni al bull de la tómbola. Cinco litros de sudor más
tarde le toca de nuevo la chance de otro tititiro en el mismo punto de donde
siempre la clava, como si la infracción la hubieran hecho adrede para que siga practicando. Titi agradece
con una venia, se seca el sudor, escupe el chicle, y anota tremendo titigol con
curva de chifle sullanero. La dispara casi igualita a la que le atajaron el
pasado miércoles en el Pepe Díaz pero con más cintura. Y es que al Tití, cuando
está inspirado, le salen del chimpún, más que pezuña, unos mortíferos tiros
libres que terminan enredándose en las
piolas. Algunos desubicados arguyen que al arquero lo cegó el sol, que la capa
de ozono se la puso el Zorro y que el Papa sabe rezar en jerga. Pamplinas, es una tremenda folha seca bananera. Por último,
digan lo que digan, es gol y que escondan la lengua donde no les dé el sol piurano.
El
de Irven…
Cinco grados Celsius más tarde, El Rayo e Irven se
comunican por telepatía. Cuando uno va por la margen derecha del río Chira, el
otro se mete al centro de Lima contra el tráfico, si uno se manda por izquierda
el otro se mete en diagonal. Esta vez el Rayo se escapa al fondo a la derecha, no
a los servicios higiénicos sino para mandársela a rastrón al Irven que le saca
la guaracha un pasito a un marcador que lo había tenido pegado con mocos durante todo el partido. Craso
error, el Irven le gana el vivo hasta al mejor sepulturero y la cucharea por
Arriba (Deneyra). Dos a uno y el cervecero primero transpira, luego se inspira
y al fin respira, y los once se van al camarín. Es la última vez que regresan
juntos los once, ya veremos el porqué.
Vacuna
contra el dengue…
Para el retorno a la lid, el once de la Florida se
convierte en diez cuando el juez pinta de colorete a Jair. La hinchada se preocupa porque el juez está
con cara de seguir mochando al equipo. Así y con la lengua afuera la siguen
peleando sin tirarse atroya, contragolpeando, atropellando, peléandolas todas. Luego,
el once que ya estaba en diez se devalúa a nueve por dólar cuando el arbi-trucho
pinta de rojo a Chavetita. No obstante, el
cervecero no pierde la mentalidad ganadora. La suerte está echada y el arquerito
termina echado cuando el Irven lo vacuna contra el dengue con una ampolleta de Avilagol Forte. 3 a 1 y pareciera que el
tablero se va quedar así. Sin embargo, el árbitro le hace caso a los
cojumentaristas y, arguyendo que es mucha la diferencia, silba un penal que
ejecuta Malingas. 3 a 2. Al borde de la insolación, Garay sopla la flauta y se
mete a tomarse una cerveza. Los celestes regresan a Lima con tres puntos
inmensos como mangos sullaneros. Ya era tiempo, buenas noches.
CODA
1. ¿Qué le ha hecho el Sporting Cristal a los árbitros que casi no hay partido que no echen a un celeste o les cobren un penal en contra? Esta vez Garay echó a dos y cobró un penal más dudoso que un billete de nueve soles. Que si el partido lo estira cinco minutos más Cristal se quedaba con seis puntas. Provecho Garay, te ganaste tu cebiche.
2. Bien, no los vamos a calificar de héroes por haber
ganado un partido con nueve players. Esto será cuando obtengan la estrella 19.
“Claro”, dirán algunos quitagustos, “a los
churres también les expulsaron un jugador”. Pero a los celestes les expulsaron a dos
defensas laterales. Mientras tanto, por lo que ayer lograron, ¡gua paisano!, merecen
celebrarlo al estilo sullanero, con una fuente de seco de chabelo con una buena
damajuana de agua mineral.
Ya lo expuse antes, será que los árbitros son mandados a joder a Cristal? no hay partido que dejen de expulsar a algún jugador y aún peor si de penales se trata ahí está la mano del árbitro para castigarnos, me pregunto tendrán alguna orden de alguien interesado en que campeónen los cagones sí o si?, ahí vemos sus partidos tienen todas las facilidades del caso, ojo dirigentes celestes!
ResponderBorrarEstá visto que este campeonato lo tienen programado para que campeone el equipo preferido del Bocón. En una entrevista por CMD un ex arbitro declaró que en el futbol peruano la mano de los auspiciadores hace el reparto de billetes para modificar a su gusto los campeonatos. La torta es grande y las tajadas se las reparten entre unos cuantos. Hace ya mucho tiempo que no hay casualidades en el arbitraje peruano. No hay ceguera, hay arbitraje digitado. NO hay arbitros, hay títeres.
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