Por Manuel Araníbar Luna
Al principio todo fue precaución.
Perú temía a los matadores Suarez y Cavani. Uruguay temía a Paolo. Perú a
pasitos de ensayo. Uruguay esperaba. Perú tocaba en corto, Uruguay jugaba en
largo. Se llegaba con pasecitos de gato sobre
la alfombra. Y esto era un una mala
interpretación de las indicaciones del Tigre. .
Espérame que ya vengo…
Los
amantes del buen futbol aconsejaban que se juegue al pase de fulbito con que
siempre se les ha retorcido la cintura a
los charrúas, pero los peruchos empezaron rifando la pelota. Todas por alto
como si los jugadores peruanos midieran en promedio 1.90mts. No pues. Una de
ellas le cae como asteroide a Paolo que la amansa a la carrera y, sin que toque
el pasto, se la manda al muslo derecho
de Muslera. Piña, la bola pasa por la vereda y saluda al tronco diciéndole
“espérame que más tarde vengo”.
Paolo
sabe jugar así, suele jugar así, está acostumbrado a jugar así, solo contra el
mundo, pero no todas las puede ganar, pues. Jugar de Rambo está bien para Hollywood
pero no para la vida real.
El rocotito en el ...
El rocotito en el ...
Atrás,
la defensa quería salir haciendo la de lujo, como si estuvieran enfrentando a
un equipo de barrio. Y esta manera conchuda de salir dribleando casi les cuesta
un buen par de goles. No puedes hacer piruetas de perreo frente a dos tigres que te comen de un buen
zarpazo. Había que romperla, había que jugar al todo o nada. Deseos había (ochenta por ciento), actitud, (sesenta por ciento), sólo les faltaba el rocotito en el asterisco
para que se suelten.
Y
el rocotito llegó con el gol uruguayo, cuando el mordelón Suarez en su entrada la
cubre del Mudo (fue la única que se lo pudo llevar) gritando “si yo no la hago la haces tú”,
se la juega a Sánchez que no hizo más que meterla mordida, maltratada con la canilla. Y ya no interesan los
detalles de ese zafarrancho, la pelota
entró por divoprcio entre defensas, porque a Gallese le faltó ordenar y al Mudo
le faltó gritar. Y ojo, que unos minutos antes los visitantes ya habían llegado
con el mismo libreto: Cavani y Suarez jalaban marca por la izquierda para
cambiarla de banda, por el hueco que dejaba Trauco, y por ahí se aparecía el
peladito que metió el gol. Y esto es
explicable pero no justificable. Sólo en la chacra se juega así, cinco jugadores persiguiendo al que lleva la pelota.
El fulbito, el avión
y la azafata…
¿Y
ahora? Aunque en pleno 2017 a muchos no les gusta jugar fulbito en cancha
grande, a veces el chiche es necesario cuando los rivales son unos leñadores
que si no te la quitan con la guadaña te amputan con la motosierra. ¿Y cómo se les puede
sortear? Jugando al camotito, con
cortísimas paredes de pa’ ti y pa’ mí. Los incaicos (así nos llaman) se acordaron de
jugar la pichanguita de barrio con veredas rotas y dos piedras como arcos, y cortísimas
paredes que sólo los peruanos son capaces de hacer hasta en el pasadizo de un avión
sin arrimarle el piano a la aeromoza.
Un Paolo resbaloso…
Tocaban.
Más que tocar la acariciaban. Yoshimar no pisaba el palito de los yoruguas, disfrazandose
de Lobatón empezó a tocar en one, two, three, mandando pelotazos al estilo
Carlitos. Y en una de esas le liga la encomienda kilométrica a la puerta falsa de los yoruguas. La recibe
el Depre que en el duelo capitán versus
capitán le gana una y otra a vez un
Godín medio jodín que lo quiere jalar del brazo, de la
oreja, de la camiseta, del brazalete, de
lo que pueda agarrar, pero - piña al cuadrado, piña al cubo, piña a la cuarta
potencia- Paolo está resbaloso, la
redonda da un bote, el guerrero se la acomoda con la mitra. ¿Y Muslera? La esperaba adelantado pero da marcha
a Troya cuando ve a Paolo que viene atropellando como una coaster rojiblanca. No, no sale a
cortar, gracias Muslito de pollo por quedarte en la valla. Y vayas donde vayas, así le rezaras a las diez mil
virgenes la pelota tenía que entrar porque ya le habían separado su entrada a
la platea. Y entró nomás sin mostrar su pase al guardián vestido de verde.
Ovación en las tribunas, todos sonrientes, menos el autor de la criatura que
regresa a su cancha con cara de verdugo después de accionar la guillotina. 1 a 1. Y la ilusión embelesa al espectador.
Entra el Caballito,,,
Entra el Caballito,,,
Minutos
después (y minutos antes también) Cuevita recibe rodillazos perfectamente calculados
y asolapados al muslo ¿al bíceps femoral? ¿Al cuádriceps? Esto lo sabe mejor el
doctor Aldo Alvarado, el traumatólogo celeste. Lo cierto es que los orientales
son expertos en lesionar rivales a punta
de leña. Cuevita regresa a su caverna casi
sollozante entre los aplausos de la sufrida tribuna. ¿Quién entra? Otro Paolo,
el chalaco Paolo Hurtado, el pony que también sabe acompañar, armar, tocar,
cubrir, centrar, habilitar. Y lo demuestra. Pero el chileno del pitito dice que hay que descansar.
Segundo Paul McCartney.
En
el camarín reciben un café cargado del Tigre que, sacudiendo su melena de
bruja, les increpa que hay que tocar en guan, cambiar de puesto y pedirla
nuevamente. Los de la franja entienden, por fin, que tienen que
jugar como en la pista. Y arrancan a jugar fulbito desde el saque y –como en el
primer tiempo- uno que otro pelotazo sorpresa para el Depredador a espaldas de
los charrúas. Pero estos tienen adelante dos
colmillos peligrosos que se dan sus buenas escapadas creando peligro entre los defensas cholos que de vez
en cuando se desconcentran.
Afanando a la mujer
del Vecino…
Desde
el medio, Yoshi, es un timonel de bolichera que sigue abriendo panorama tocando,
repartiendo, lanzando, cortando,
cerrando la cortina mientras Renato es una Tapia que no se deja trepar. Y las
paredes se hacen más desconcertantes. La
Culebra cambia de punta y cada vez que se la entregan la esconde, la muestra y la vuelve a cubrir,
la pisa, la enjabona, saca centros. El Oreja se junta con Caballito y arman un solo
de fulbito que marea a Tabárez, convierte a Cebolla en ensalada, jodiendo a Godín y afanando a la mujer del Vecino que con ese
toque de Mundialito del Porvenir no se
atreve a salir ni a botar la basura mientras los rojiblancos se pachamanquean
con la gorda. Los toques cada vez son más rápidos. Y los cambios de frente
magistrales.
Carrillo
la sigue jalando y pisando, se la suelta al Oreja que ipso pucho la bombea a la
candela. Salta el Mudo y como acostumbra a quedar parado en el aire la mitrea
bombeada. La bola cae como globo de carnaval, y Muslera se estiiiiiiiira como
chicle y la saca, no nos explicamos cómo. ¿No será el hombre elástico? Porque
para sacarla tuvo que haberse estirado como liga de honda.
Dame que te doy...
Dame que te doy...
Y
con tanto toque, tanto chiche, tantas cinturas
quebradas la tribuna pide gol, pero este
se ahoga cuando tras una serie de toques
cortos el Oreja la remata de zurda. Naka, no quiere entrar. Damas y caballeros,
el Perú no va a ser piña toda la vida.
Los celestes sufren en su área pero también hacen sufrir a los peruchos. Esto
se convierte en un dame que te doy. En cada choque saltan chispas. Peru sigue
tocando, la defensa de Uruguay –no le queda otra- esperando porque no sabe a quién marcar.
Culebra la toca para Caballito (esto parece las Leyendas), este se la devuelve
con los cascos, Culebra quiebra con la derecha y la centra de zurda para el
Depredador que se la juega de chope al Oreja que no lo piensa y la remata de
zurda. Y por fin, señores, gol de Perú. 2 a 1 y la tribuna enloquece. Gareca hace el salto del tigre. Ahora a
aguantar. Si antes del gol saltaban chispas, ahora esto ya es una candela.
Llamen a los bomberos.
Los
celeste se mandan con todo y los peruchos aguantan. ¿Leyeron que Perú no iba a
ser piña toda la vida? Bueno, es verdad, porque la pelota de los visitantes se
pasea por el arco pero no entra, porque en el área peruana hay tanta lucha que
ya parece zona de emergencia, y aquí no pasa ni el Escuadrón Verde con asu comba y su cincel. Los
charrúas insisten pero la suerte está echada, la suerte es el ángel de la
guarda de Gallese, la suerte se ha puesto la camiseta de la franja. Los minutos
no pasan, se quedan para joder la paciencia. Dos semanas después el árbitro
sopla la ocarina, y el suspiro de alivio es apagado por los rugidos de la afición.
Buenas noches.
CODA
Este
triunfo es sólo un paliativo. Es una pequeña batalla que se ha ganado aplicando
las únicas armas con la que cuenta este equipito que nos hace pasar de las
penas a las risas. No esperemos más, porque cuando uno vive de esperanzas
termina muriéndose de hambre.
Hemos
tenido tres meses piñas, pero uno no va a ser piñoso toda la vida, alguna vez tiene
que ganar. Si ante Venezuela el partido se les fue de la mano, hoy les tocó ganar.
El triunfo no nos va a dar la clasificación, ni
va a solucionar el problema del hambre,
la sed y las condiciones sanitarias, huaycos,
inundaciones y desigualdades
económicas. Imposible. Pero entre tantas desgracias, un partido ganado es un
caramelo, una pizca de alegría para un corazón golpeado. Ya lo escribió mi tocayo Manuel Acosta Ojeda en
su vals:
Y qué importa mañana la condena
Si estuvo un rato el corazón
contento...
estupenda cronica causa. si alguein escribe con personalidad y orihinalidad ese eres tu. yo te sigo desde que escribias en el portal celeste. salud celeste
ResponderBorrarbien ahi lo houston los celestes que descoyaron yotun aquino y mudo que solo perdio dos jugadas con suares
ResponderBorrarel unico celeste actual es aquino. yotun esta en el estranjero y el mudo ya ni lo mensiones por que se quito la celeste para irse con los kabros
BorrarY por qué no dijiste nada cuando Rodriguez se fue al Melgar? Los mistianos también se burlaron de los celestes cuando nos golearon hace casi veinte años, los mistianos se burlaron con crueles memes cuando nos ganaron el campeonato el 2015, los mistianos se burlaron de CAzulo. Eso demuestra que no tienes personalidad.
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