Por Manuel Araníbar
Luna
Desde que el Veneco Argote sopló
su pitagórico, los cerveceros entraron como canes rabiosos con hambre de morder,
de asfixiar, de arrinconar a los santásticos
que no atinaban a nada, que se mareaban ante el toque de Loba, las
triangulaciones de Sanchez, la insistencia del Gabo para pelearlas todas al
estilo yorugua.
Olor a berrinche...
Loba
asustaba a Vladi. Casi convierte uno de sus clásicos goles lobímpicos, que si
entra ese gol de tiro de esquina, hasta la torre del estadio se inclinaba como
su tocaya italiana, la torre de Pisa. Y el DT santista Dorival se sentía
preocupado porque el área de sus pupilos olía berrinche de susto, que el aroma
de gol se propagaba hasta las tribunas que seguían alentando. Y claro el brasileño
es DT y no adivino, y no podía pronosticar cuándo le iban a embarazar a la hija.
Mucho menos podía predecir de quién sería el gol, ¿del artillero Rambo? ¿De
Revoredo, a quién habían visto anotar de cabeza en sus videos? ¿Del joven Ray,
de quien sabía que estaba anotando en los últimos partidos? Bueno, no se hizo
problemas, mandó anular a esos tres.
Piki, luchador de
valetodo…
Por
otra parte ya sabemos que Piki es un jugador hiperactivo. Además, se siente atado
con camisa de fuerza cuando se queda cuidando una sola zona como guachimán de
La Molina. Alto ahí, ¡dijimos jugador? Corregimos, Jugador es el que juega.
Piki no juega, pelea; es un luchador agresivo de valetodo que se compra pleitos en cualquier lugar de la cancha.
Pero
Dorival jamás imaginó que ese pequeño barbudo de mirada penetrante e insolente con
pinta de gladiador de película de Hollywood se metiera a su área sin permiso a
recibir un centro enroscado de Loba. Por ello sus asistentes lo palmoteaban dándole
el pésame porque no podía creer que aquel barbudito que se golpeaba el pecho y
besaba su escudo celeste le había anotado un gol faltándole el respeto a los pergaminos del mismísimo equipo
de Pelé. No hay nada que hacer, siempre hay un uruguayo que le ocasiona jaqueca a un brasileño.
Ahora
bien, del medio campo para adelante la cosa funcionaba como un tren. Pedrito se
agigantaba hasta convertirse en un Pedro
el Grande que mordía y robaba pelotas en asalto a pierna armada a los incautos
creadores santistas. En uno de esas arrebata la bola y habilita a Rambo que se
embarulla y se pierde el segundo plato por preferir tirarse a la pileta ante un
empujoncito del defensa.
Hombre Araña y Hombre
Elástico…
Pero
atrás había dudas, algunas desinteligencias que las supo corregir Mauricio, el
hombre del moñito que saltaba como el Hombre Araña, que se estiraba como el Hombre
Elástico, que se lanzaba a la piscina como campeón de saltos ornamentales para
quitarle pelotas en el césped a los delanteros del Peixe. Era un líbero más que
jugaba al billar en pasecitos con sus defensores, era un alférez que ordenaba a una defensa que en algunos
momentos se abría como mandarina madura y en otros perdía la necesaria línea recta
entre los cuatro cancerberos, que no hacían las cortinas ni los cruces al 100%.
Así se fueron a la pausa que refresca.
Para
el regreso, la presión de los cerveceros ya les había pasado factura con IGV. Ray,
Rambo y Gabo que recibieron patadas arteras, habían perdido velocidad. Loba
caminaba. Y cuando Carlitos camina, el equipo se atortuga. Se pierde claridad,
el medio campo se ahoga por falta de oxígeno, la máquina empieza a chirriar y a
quemar aceite. Los primeros veinte minutos el equipo se desarmó; un caos para
los cerveceros que erraban los pases como jugadores de chacra, perdían bolas en
salida y en entrada, no ataban ni desataban ni siquiera sus chimpunes,
regalaban el medio campo, se asfixiaban en la defensa, atorados como el tráfico
en la Carretera Central . Y si en el primer tiempo la defensa se abría como
mandarina, en el segundo tiempo ya la era una full ensalada de fruta lista para picotear. Así es como se produce
el gol brasileño en la que aprovechan las inseguras salidas a la calle sin DNI
de los celestes. Uno a uno. Recién entonces Chemo saca a Loba y pone a Ballón.
Saca a Ray y mete a Tití. Saca a Rambo y mete al Toro. Y el equipo toma un
nuevo aire con la sensación de que las fuerzas son iguales, que se les puede
ganar, y que se les debe ganar sí o sí.
Satisfecho
con el empate, el DT del alvinegro
praiano manda a su gente a enfriar el partido pero vuelve a comerse las
uñas cuando un defensa barre a un celeste al filo del cajón. La pelota la toma
Titi y Dorival tirita. Y el tititiro del Titimán de un derechazo de curva
platanar hace saltar a las graderías porque era un Titigolazo virtual, pero
Vladi la saca con el filo del guante. Luego el buen arquero carioca salva otro mitrazo
del Toro, y con ello evita el triunfo cervecero. Argote sopla su pitito y dice
que par gusto ya está bueno. Será bueno para él, pero a los celestes el empate les
deja un sabor a té jazmín con limón porque la victoria estuvo a milímetros, sin
embargo Vladi dijo que no. Buenas noches.
CODA
·
Más que un tiempo para cada uno, diríamos
que tiempo y medio fue celeste y el resto fue del Santos. Ambos porteros salvaron
a sus equipos.
·
¿Cuál fue el truco cervecero? No jugarle
al rival como si un David limeño luchara contra un gigantesco Goliat, como si el
once brasileño fuera el dream team sino
enfrentarlos de igual a igual sin bajar la mirada. Mordiendo en el medio campo,
asfixiando a sus creadores, arrinconando a sus defensas, dándoles de su propia
medicina, tocando la bola como en cancha de fulbito.
·
¿Qué le faltó al cervecero para
llevarse los tres puntos? Estado físico. Es difícil mantener durante noventa
minutos la presión asfixiante como la que se tuvo en los primeros treinta del
partido.
Buena cronica. Aranibar dio en el punto: el estado fisico. hay que dejar en claro que Loba ya no esta para 90 minutos. demosle 55 y es mucho. pero hay otro punto , cuando un arquero destaca es porque su defensa no camina bien. y ese fue el punto algido. Garces tiene buenas intenciones pero no es un central de oficio, le falta vivesa. cazulo se defiende a voluntad con la valentia que le conocemos pero tampoco es central. Revoredo? mejor no lo mencionemos. Y cespedes se proyecta bien pero termina mal. el resto hacia delante bien, pero a Sandoval le ganaron los nervios. la jugada de la bicicleta ya no distrae a nadie .
ResponderBorrarse vio motivacion en el equipo. ganas de ganar hasta el ultimo. comparemos el juego de soso y ahmed, eran cobardes para plantera partidos asi. si este es el sistema que va a emplear chemo en el campeonato bienvenido sea pero queremos ver resultados. no me atrevoa calificarlo mal o bien. solo recuerdo que ahora se juega hacia adelante.
ResponderBorrarmira si eres hincha de esa gayina coquera de chemo es tu problema
Borrarpero a los verdaderos hicnhas celestes no nos gusta ni nos gustara sumodo de jugar
y si te das cuenta que soso lo hase jugar a piqui de central y chemo hase lo mismo entonces chemo sigue siendo imitador de soso
en lo unico que te doy razon es en el juego cobarde de Ahmed y de Soso, pero Chemo no hace nada por mandar a Piqui al medio campo que es el lugar desde donde él distribuye su juego. como dice el comentarista, si Piqui metió gol fue porque le gusta mandarse al ataque y porque ha sido volante ofensivo pero no por ordenes de Chemo.
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