Toño Cisneros (1942 -2012), además
de poeta fue periodista, cronista, guionista, catedrático y traductor. Ganador de
diversos premios internacionales por su fina prosa y sus elegantes poemas, Toño
siempre se jactó de su amor por la divisa celeste. Aquí un artículo de su
cosecha donde nos relata esta hermosa
historia de amor.
Por Antonio Cisneros
Campoy
Yo
vine al mundo, es decir al gramado, con la celeste puesta. Una década después
nació Cristal. Mi padre, sus hermanos y todas las dinastías de mi casa eran
hinchas del Sporting Tabaco.
Y
en el poblado santoral de mi más tierna infancia, tenían un sitial de
privilegio Eugenio Zapata, Germán Colunga, Alfredo Cavero, Ernesto Villamares,
Faustino Delgado, Vicente Villanueva, Leonidas Mendoza, alias “Tundete”, y el
gran Condemarín. Ángeles y demonios a la vez.
La
felicidad de los domingos eran esas tribunas de madera y color terracota en el
Estadio Inglés. Siempre con mi padre y mi tío Paco y mi primo Nicolás. Por
entonces sólo se jugaba con la luz del día. En el 52 se inauguró el Estadio
Nacional. El mejor iluminado de Sudamérica, según decían.
El equipo que nació
campeón…
Aún
recuerdo la primera noche del Sporting Cristal. Era mi equipo de siempre y no era
el mismo. Usaban unas camisas de satén en vez de camisetas y el celeste había
cedido al azulino. Para mi tranquilidad, la mayoría de los tabacaleros seguían
en la escuadra. Allí estaban gloriosos bajo los reflectores y el confeti. La
novedad era la terna de uruguayos Sacco, Zunino y Acuña. Un equipo poderoso
había nacido y ese mismo año campeonó. Fue en 1956.
El
Tabaco nunca tuvo gran hinchada. Tampoco en sus orígenes el Cristal. Aunque, a
diferencia de sus modestos predecesores, los cerveceros y sus recursos
millonarios despertaron muy pronto las envidias de los eternos intocables, el
Alianza y la U. Era natural. Por lo demás, la popularidad de la celeste me
tenía sin mayores cuidados. Al fin y al cabo, el Cristal (como antes Tabaco)
era casi una tribu familiar. (Dicho sea de paso, creo que mi primo Nicolás
guardó esa soledad toda su vida. Marino mercante entre el Callao y Yokohama,
murió a los cuarenta años en un pueblo de Texas apartado del mar).
Nadie
en el barrio o el colegio codiciaba la casaquilla del Cristal. De modo que
entre los dos asumimos la gloria del equipo completo. Ismael Soria que venía de
triunfar en Millonarios, el diablo Gallardo, Del Solar, Asca por supuesto, el
granítico Chumpitaz y hasta el watusi Arizaga, que con su sola presencia
levantaba los abucheos del estadio. Cuando Alberto Gallardo, con un salto
felino, le rompió el alma a un par de matones de Boca en la misma Bombonera,
Nicolás y yo nos consagramos para siempre. O todo el verano por lo menos.
Creo
que mi amor por las buenas bodegas de italianos tiene que ver con el fútbol.
Esas noches nubladas, a la salida del estadio, con frecuencia acompañaba a mi
papá y a su grupo de amigos al viejo Malatesta. Cervezas heladas y queso
gorgonzola. Una coca-cola para mí. Animoso al principio, terminaba dulcemente
aburrido entre charlas y risas que casi no entendía.
Recordando al
Sporting en Europa…
A
lo largo de mi viajera vida, el corazón celeste me ha acompañado por varias
latitudes. Ahí, donde sentaba mis reales, solía procurarme algún equipo que de
alguna manera recordara al Cristal. A la camiseta del Cristal. Celeste era, por
ejemplo, la del MTK de Hungría, representante de las fuerzas armadas y colero
perpetuo. Celeste era también la del Southampton Regal en Inglaterra, un bodrio
de excepción. Cosas del fútbol como dicen.
Aunque
ahora voy poco al estadio hay un hincha maravillado que siempre vive en mí. No
he perdido la costumbre de empezar la lectura de los diarios por la última
página y los programas deportivos, junto con las películas de terror inglesas,
son mis favoritos en la televisión. Hasta hace pocos años, solía toparme con el
gran Rafael Asca por los alrededores de la calle Shell en Miraflores. Qué
placer saludarlo, agradecido, con un ceremonioso “Buenas, don Rafael”, en nombre de ese niño solitario y feliz.
salud poeta cervecero
ResponderBorrarhabra escrito algun poema dedicado al equipo de mis amores?