Por Manuel Araníbar Luna
No
había que ser adivino para notar el
recelo con que los hinchas cerveceros vieron a los jugadores celestes en la
cancha. Y es que había que ganar sí o sí aprovechando que jugábamos en casa, ¿pero
con pulpines? Muchos ni los conocían. Algunos se imaginaron que iban a ver un partido
del campeonato sub-20.
Mientras tanto, la
confianza en el triunfo abundaba en el hincha rojinegro. Al lado nuestro, un periodista
arequipeño lanzó la pregunta.
—Dígame,
caballero, ¿no juegan Loba, Cazulo,
ni Calcaterra?
—Soso
los ha hecho descansar –respondió un colega—.También descansan Penny, Céspedes,
Aquino y los uruguayos Ifrán, Costa y Silva.
—¿Y
esos que están en la cancha quiénes son, caballero?
—Casi
todos son chibolos: Grados, Chávez, Madrid, Abram, Cossio, Ballón, Ysique,
Távara, Alexis y Ray. De los mayores sólo juegan Ballón y Ramúa.
El
espectador mistiano cuchicheó con su compañero y lleno de optimismo se frotó
las manos.
¿Un tatequieto a los
pulpines?
Los
muchachos que quieren surgir esperan ansiosos una oportunidad en la banca, sea
esta por lesión o expulsión de un titular. Esta vez Mariano decide foguear a
todos de una vez por todas. Y los muchachos no podían perder la ocasión. Desde
que pisan la cancha se les nota una mirada de “¡por fín!”, de matar a quien se le cruce para demostrarle a Soso
que “ya era hora”.
Y
proponen demostrarlo desde el saque. Siempre moscas y proactivos, piden la
pelota con furia; corren como si se les escapara el metropolitano; el pecho a
pecho lo enfrentan con rabia, como si
hubieran apostado todo su sueldo. Con esa hambre de triunfo sorprenden a los
sureños, que al observar que los celestitos de enfrente lucen como colegiales de
cuarto de media en apuesta de a china por mitra, imaginan que se van a dar un
paseíto luego de darles a los celestitos un par de tatequietos por igualados.
Grave
error del Cabezón. No imagina tampoco que los rimenses van a hostigar a sus secuaces
desde el saque, atorando a sus defensores, asfixiando a sus creadores, acosando
a sus delanteros. Y temprano, tal como en el partido en Villa El Salvador, madrugan con la táctica mal llamada de
‘pelota parada’. Centro del Chapu desde la zurda con curva de boomerang, Ray
que la peina con gel y el rebote viene a dar al Alexis que se le adelanta a su marcador y la mitrea al área chica. Un defensor
la va a rechazar y Abram, que no se sabe de dónde salió, le gana el vivo, se
zambulle y la pesca en incómodo halcón (porque en el Cristal no hay palomas),
clavándola en las piolas cuando el arquero está regresando a casa. Como lo manyais,
una jugada de varias sorpresas, de vivezas, de oportunismo. 1 a 0, y los
chibolos ganosos y entusiastas, transpiran adrenalina.
Un patadón a la
chancha…
Tan
ganosos están que se pierden algunas más, y todo por precipitados, por
desesperados, por acelerados. No importa, ya llegarán porque el fantasma del
segundo gol está dando botes en el arco visitante. Y el segundo llega seis minutos después. Se escapa Ray por la banda zurda y al toque se la juega
al Chapu. Este de reojo observa que Llontop está adelantado, y no lo piensa dos
veces, hostigado por el central rojinegro le da un zurdazo con el dedo chico que
suelta un misil con curva de circuito de playas. La chancha se mete en el
ángulo superior y sacude las mallas como capa de torero. 2 a 0, y la hinchada
canta y salta presa de delirio y alegría. Saliendo de su estupor, los rojinegros
adelantan sus líneas, dando a los celestes la oportunidad de contragolpear en
diversas ocasiones. Todo bien, pero no todo es tranquilidad en este once pulpín
que le está pintando la cara al dificil equipo del cabezón. La línea defensiva,
muy bien enderezada por Ballón, aunque un tanto ingenua, pasa aprietos cuando
los rojinegros mandan centros por alto. El melenudo Fernández les gana un par
de veces por alto, y su mala puntería sale en auxilio de la defensa cervecera. Así se van a la pausa que refresca.
Segundo Asalto.
Y
no nos referimos a los precios de asalto de chorizos y gaseosas, sino a la
impunidad de los rojinegros para meter taba a los pulpines celestes ante la
pasividad del árbitro que más actuaba de Figuretti para la TV. Lo malo es que
Soso pierde el sosiego y ordena la retirada, y con esto la volante cervecera retrocede
diez metros y deja de cortar avances. La visita agradece el favor y, como
traficante de terrenos, invade el medio campo. Es así como anotan su gol de
descuento. Ballón, que la hizo bien, metido como stopper reza a Sarita Colonia
que Soso se ponga los anteojos para leer el partido y mande gente de refresco.
Soso le hace caso y luego de echarse colirio y quitarse la legaña se da cuenta que hay que apuntalar el equipo.
Saca a Cossio que está cojeando y mete a Jair.
Luego entra Piki y sale Ray. Por
último, entra Calca por Ysique. Este movimiento de trebejos da un sosiego al once
que se está ahogando. El apóstol Ballón pone las barbas en remojo y agradece prendiendo
una velita a Sarita Colonia por el milagro concedido. Piki y Calca desalojan la
propiedad invadida por los rojos y el once se recompone como si fueran doce
jugadores.
Una levantada de vóley…
Las
opciones de gol aparecen para ambos conjuntos y por una desinteligencia dejan
suelto a un rojo que mete el del descuento. 2 a 1. Soso se saltonea -y con él todo
el estadio- y ordena a los colegiales que
salgan de la cueva unos quince metros más adelante. Con esto empiezan a llegar.
El Piki se multiplica por dos y los empuja a buscar el tercer gol. Calca arma,
reparte y alimenta las puntas. Rojitas crea pánico por la derecha. Céspedes se
anima a proyectarse metiendo centros combados. Uno de estos, más venenoso que
una suegra, va directo a la cabeza de Alexis que estorbado la llega a cabecear un
tanto débil sorprendiendo al arquero que estaba a contrapié. La pelota se mete
bombeadita a la canasta como una levantada de vóley coronando la estupenda
actuación de un jugador joven que estuvo a punto de irse porque no tenía
oportunidades. Y la tribuna estalla por tercera vez. Pero los rojinegros no son
fáciles. Siguen cargoseando hasta conseguir el segundo gracias a otra
desinteligencia de la defensa. 3 a 2. El árbitro Figuretti se peina con un
espejito para salir en TV, dice que ya no hay tiempo y el marcador en el
tablero dice que los celestes han logrado el primer lugar. Buenas noches.
CODA
Palmas
para los pulpines. Hay que elogiar a la juventud emergente del plantel de La
Florida. Quisieron demostrar que merecen más minutos en la cancha y lo
lograron. Merece resaltarse su actitud y
ganas de ganar, sin miedo ni respeto por un visitante que venía a llevarse el
primer puesto. Le han metido tres goles a un equipo que difícilmente recibe
goleadas por el planteo de su entrenador cuya característica es el amarre avariento
en todas las líneas. Y eso tiene su mérito. Claro que no todo fue color de
rosas. Se sufrió con los centros aéreos, pero aun así se dieron maña para
contrarrestar las desesperadas incursiones de los visitantes.
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