Por Ernesto Moreno Ampuero. @Ernesto__Moreno
Su
nombre: Irven Beybe Ávila Acero, su apodo: “el Cholito”, su cuna: la ciudad de
Huánuco, sus características: el profesionalismo y, por supuesto, los goles.
Nacido en 1990 y formado en las divisiones menores de la academia Tito Drago, de donde luego sería convocado a formar parte de la selección juvenil, Irven perteneció a la brillante y prometedora generación de jóvenes futbolistas peruanos que destacaron en el Sudamericano sub-17 realizado en Ecuador el 2007, país donde se mostró y al que justamente emigrará, y que por vez primera nos llevó a un mundial de fútbol de menores por méritos propios (Corea Japón) en dicho año. Desde entonces su carrera ha sido creciente a nivel local, por lo que una oportunidad como esta para su lograr su tan buscado despegue internacional en el que demuestre su valía estuvo esperándola hace mucho.
62 goles con la
celeste…
Tras
el recordado mundial asiático ancló en Sport Huancayo de la ciudad
incontrastable buscando la continuidad para consolidarse que no encontró en
Universitario de Lima, equipo en el que solo se mantuvo unos meses. Con el
“Rojo Matador” estuvo tres largas temporadas (2009-2011) del que fuera su
máximo goleador. La valla que dejó en Huancayo fue alta: 43 goles en tres años
hablaban por sí mismo de su enorme potencial. Incluso fue considerado como el
mejor jugador del Descentralizado 2011 tras marcar 14 goles que sirvieron para
que el cuadro huancaíno llegue por primera vez en su historia a la prestigiosa
Copa Libertadores de América. Estos reconocimientos del buen Irven abrieron los
ojos de los dirigentes celestes que vieron en él un futuro prometedor para el
club en lo futbolístico ya que sus goles podían llevar a los celestes a
recuperar el protagonismo perdido por entonces tanto a nivel local como
internacional. Su arribo a Sporting Cristal con 21 años en el 2012 coincidió
con la de su ex entrenador en la altura Roberto Mosquera quien no dudó en
traerlo para conseguir sus objetivos. Y vaya que los consiguió. Ávila en las
cuatro temporadas y media que permaneció en el club rimense con mucho esfuerzo,
entrega, profesionalismo y gratitud se convirtió en la esperanza de gol que los
hinchas celestes veían en él desde su llegada. Fueron 62 las veces que infló
las redes con la camiseta de Sporting Cristal por lo que está considerado
dentro de los diez goleadores históricos del club. Una gran cifra para el
tiempo en el que estuvo donde no solo salió 2 veces campeón (2012 y 2014) y una
vez subcampeón (2015), sino también jugó 4 ediciones de la Copa Libertadores
(2013-2016) y marcó 6 goles.
Sus características
En
Huancayo Irven jugaba de “falso 9”; es decir, un delantero centro con bastantes
goles por su capacidad de definición en el área a pesar de su corta estatura,
pero con la libertad de recogerse por los lados y llegar jugando desde fuera
del área e iniciar el mismo las jugadas debido a que su fútbol, gambeta y
rapidez se lo permitían. En Sporting Cristal gracias a sus desbordes se adaptó
a todas las funciones de ataque y a todos los sistemas en los que fue dirigido
por 5 entrenadores: Mosquera, Melgar, Vivas, Ahmed y Soso en donde ha jugado de
9, 11, 7 y 10, de punta, por izquierda, por derecha y hasta de medio centro a
lo largo de estos años. Aunque Irven aparentemente se siente más cómodo, y
donde más rindió, de extremo recostado por el sector derecho, siempre sin dejar
de pisar el área chica del rival buscando que anotar convirtiéndose así en
buena alternativa en los relevos que tiene con los centro-delanteros que
secunda. La inteligencia de Irven también se manifiesta a la hora de romper la
última línea de las defensas rivales para no caer en la trampa del off-side.
Siempre está en el lugar y momento preciso cuando recibe solo los pases de sus
compañeros para ponerse de cara al arco y patear. Tiene la virtud de manejar
ambos perfiles y pese a su tamaño sabe cabecear bien cuando se anticipa a los
centrales que lo marcan. Fuera del área también sabe asociarse con sus volantes
y cumple funciones de habilitación a sus compañeros cuando las defensas rivales
son cerradas y se repliegan hasta los últimos metros de su área.
Paciencia y humildad...
Irven
Ávila es el futbolista más maduro, el que mejor ha sabido seguir su proceso
futbolístico y el que más lejos iba a llegar de la generación de “jotitas” que
llevó a Perú a un Mundial juvenil por
mérito propio, sin duda alguna. Alejado totalmente de los escándalos deportivos
y de las portadas faranduleras, la motivación de haberse convertido dos veces
en padre ha sido un plus para que el correcto Irven eleve su juego y recupere
su nivel para emigrar tras su última lesión que lo privó más de un mes de las
canchas. Y en ese camino está. Es el claro ejemplo y demuestra que la
perseverancia, el profesionalismo, la paciencia y la humildad son las claves
del éxito y que nunca será tarde para alcanzar metas. A sus 26 años todavía
puede dar más. Desde acá las felicitaciones por este gran y merecido paso en su
carrera, como es el concretarse al fin su partida al extranjero que era algo
que tanto anhelaba en los últimos tiempos. Éxitos, goleador, en el mejor club
de Ecuador.
Tomado de:
http://www.cyberalbos.com/avila-el-caballero-del-gol/
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