Por Manuel Araníbar Luna. Síguelo por twitter en @esquinaceleste
Triunfo
difícil. Esto sucede con los jugadores peruanos cada vez que entran a la cancha
pensando que el rival es una gigantesca lorna. Hay que meterles en la cabeza a
punta de cocachos que no hay rival fácil. Ojalá que entiendan, ya no se puede
ni se debe lornear a nadie. En todo caso, duele decirlo pero chequeando las
clasificatorias desde hace treinta años, actualmente los peruanos son las
lornas de América.
GALLESE.
Es bueno si se trata de agilidad, de ubicación porque bastante ha aprendido,
pero el falta salir a cortar. Una en el primer tiempo y otra en esa última que
se perdieron los seleccionados de la tierra del patois. Pedrito tenía que haber
salido unos tres pasos para estorbar al
delantero. Sí ese mismo que terminó llorando, y no por la muerte de Muhammad
Alí sino porque se perdió el del empate.
REVOREDO.
Otra buena actuación. Si no se proyectó en el primer tiempo fue por órdenes de
Garekarián. En el segundo potiem se mandó a forro e hizo mejores centros que su homólogo de la
franja zurda. Tanto se mandó el Renzo a los centros con hambre de gol que se
perdió una recontra facilona frente al arquero Placide. ¿Qué pasó, campeón,
trastabillaste, pateaste pasto?, ¿te hizo un cabe el hombre invisible? Jamás lo
sabremos porque la prensa deportiva casi nunca entrevista a Revoredo y cuando
se le avientan es para criticarle sus bloopers. Para nosotros, no le dio bien
porque estuvo incómodo y a contrapié.
Los
haitianos no irrumpieron por su ala sino por el sector de Trauco. ¿Y por qué no
se asoció con Hohberg? Porque no hubo química de toque en pared, porque no
hablaban el mismo idioma futbolístico, porque recién se están conociendo.
Mientras uno no conoce el juego de toque, el otro tiene más vocación por los
pases en profundidad. Cuando Renzo por fin se animó a incursionar en terreno
enemigo no hubo acercamiento de Nadine, es decir, nadie para hacer el 1-2 y
pase al vacío. Pero para tocar al estilo fulbito (que con ese toque podían
romper esquemas y cinturas) sólo hubo un
acercamiento de Tapia, pero Hohberg estuvo bastante Alejandro y de Neca no hubo
Naka. ¡Ya pe’, causa, así no la juega el
Chorri!
HOHBERG.
Ya lo dijimos. Voluntad tiene, calidad tiene, quite tiene, potencia de disparo
tiene. Lo que le falta desarrollar es juego en conjunto, especialmente con su
carrilero por derecha. Pudo hacer más pero disparó muy poco de media distancia.
TAPIA.
Renato es un 6 nato. Por alto se defiende y es una especie de llanta de
repuesto cuando un sector cojea. Pero jugando tan Solano no iba a bloquear a
tantos haitieanos
RAMOS.
entró a cancha sin tomar su pastilla de
nerviosán Forte y esto le ocasionó vértigos y náuseas de adolescente
embarazada ante la entrada de los haitianos.
Si te digo cuántas pelotas en salida malogró vas a pensar que somos sus
enemigos. ¡Naaah!, nada de eso, odio no hay; somos enemigos de los futbolistas
sin personalidad de selección. Uno puede ser buenazo en un equipo de liga pero en selección la camiseta
pesa más de diez kilos. Y sólo los cancheros la saben llevar con dignidad y
clase internacional.
MUDO.
El mejor de la defensa. Y si no fuera por Guerrero que anotó el gol nos
atreveríamos a decir que fue el mejor de la cancha. Las jugadas peligrosas de
los haitianos fueron más por errores de Ramos. Y si en un par de ocasiones lo
desbordaron fue que lo dejaron solo
frente a dos movedizos haitianos. Esta vez puso más en práctica su gran
capacidad de anticipación. Además de su salto en doble ritmo, como si se
suspendiera en el aire. Buena, Mudo, ya bajaste los rollos de película de la
Watanabe y ahora se te ve saltando más ligerito y lleno de confianza, como
cuando debutaste el 2002 con la celeste,
TRAUCO.
Bien proyectándose pero una puerta falsa abierta en la marcación. Se ganó una
escandalosa huacha de un metro de diámetro. Otra cosa, prefería darle el pase a
sus compañeros de Gremco. Ojo, cuando uno juega por la selección, debe jugar
para todos, no sólo para sus compañeros de club. De lo contrario estaría formando una argolla,
la cual es tan dañina que nos ha costado un par de clasificaciones (ya
escribiremos de ello). Le faltó además
una mirilla telescópica para medir los centros. Si a Paolo los haitianos lo
estaban marcando un par de gigantes que se le pegaban estilo “paleteada en coaster” no se la puedes mandar
por alto sino a media altura. ¿Que cómo es un centro a media caña?,
pregúntaselo a Usaín Advíncula o a Yoshimar,
un zurdo que juega por tu lado.
VILCHEZ.
Unas de azúcar y otras de sal. Trabajó mucho con el overol puesto pero tuvo un
par de fallas en salida. El Neca tiene
gran panorama del campo. Se entiende que Vílchez es la salida, el que habilita a los de
más adelante, la bisagra entre defensa y creación, el que pisa ambas áreas y
patea desde afuera. Un poco tacaño, no disparó casi nada.
CUEVA.
Abusó del juego individual. Le contamos hasta cuatro buenas ocasiones para
habilitar a sus camaradas pero la quiso hacer solo.
FLORES.
El Oreja estuvo empeñoso y punzante pero el poste le negó el gol tras una
pivoteada de Guerrero. Otro que por momentos quería jugar para el Deportivo
Oreja. Hay que darle un jalón, ya se sabe de dónde.
PAOLO.
Como siempre, ambicioso y peligroso, punzante y guerrero como su apellido. No
obstante, para su estilo de ataque no se la jugaron en profundidad, con pases
al vacío. Además durante todo el partido lo marcaron dos defensas que le
soplaban la nuca. ¿Qué le quedó?, jalar marca para que por lo menos la hicieran
sus compañeros. Su gol de palomita fue notable, una característica de él. Con
ese gol, Alondra ya no se atolondra ni lo rezondra.
YOSHIMAR.
No fue su mejor partido pese a que la hace mejor de volante por izquierda que
de marcador carrilero. Perdió un par de bolas que casi nos cuestan un gol.
Después, por su habitual juego impetuoso
y temperamento picón, cometió una
infracción que casi le cuesta un despido intempestivo. Garekarián lo mandó más
que todo a tapar la zona central y tratar de generar fútbol. Debió mandarle a
que la meza, que la arrulle, que la duerma cuando los rivales se
envalentonaban. Pero el guadañazo al haitiano lo ató de manos (y de
chimpunes). Total, se tuvo que guardar el machete en el
bolsillo. Algo hizo, no mucho. Por lo menos armó un par de ataques, pero en tan
pocos minutos no se puede hacer tanto.
DA SILVA.
Muy pocos minutos en cancha como para formar un precisa evaluación de su
rendimiento.
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