Por
Manuel Araníbar Luna
Veinte
minutos para el olvido…
Todos
hemos tenido alguna vez nuestros cinco minutos de oscuridad total, en los que
nada nos sale bien, como víctimas de una maldición gitana. Para los rimenses (y
en especial para el Mudo) no fueron cinco minutos, fueron veinte. Los más
terribles del año. Los celestes deambulaban en el gramado como zombis. Desconectados,
groguis, hinchados, como esos boxeadores a los que sólo les falta un empujoncito para derrumbarse.
No armaban una sola pared, ningún pase era bueno y si por ahí les salía uno, de
inmediato les caían por lo menos tres jugadores para quitársela más fácil que la
tabla del uno.
¿A
qué se debía esto? Unos dicen que por los 38 grados de calor. Otros alegan que por
la cancha sintética. Otros más arguyen que por la seguidilla de compromisos. Y
el resto apuesta por el aburguesamiento. Para esta esquina fue un poquito de
toda ese sancochado, quizás pensando en que el rival era papayita porque se estaba
yendo a la baja, y además que los celestes ya han ganado en canchas más
rompepiernas y en sartenes más calientes.
Lo
cierto es que el equipo no sobrepasaba la línea central, como si estuviera
cercada por un alambre de púas. Total, llegó lo que se veía venir. Autogol del
Mudo en un momento en que Cristal ya ni siquiera salía de la cuarta parte de la
cancha, un verdadero corralito. Y luego llega el segundo de cabezazo en el que
el delantero la mitrea ante las narices del Mudo y la parálisis de Platanazo. Y para colmo, los locales se perdieron tres
más. Se venía la goleada, y a Cristal se
le caía el techo, el altillo y hasta la ropa del cordel. Un
idiota dijo que el equipo estaba sin alma. Yo diría que estaba sin agua. Sin aire.
Deshidratado como paciente en cólera morbus.
No
hay sobradera que valga…
Menos
mal que después del gol se recompusieron. Y no por calidad sino que ese
acoso, ese pressing del elenco de casa también los cansó a ellos mismos. Además,
ahora los locales se sentían confiados, seguros de golear a “del Rímac su equipo”. Y es que después de esos dos terribles goles
les entró la panudez y soltaron el acelerador. Ese fue un error del cual se
arrepintieron después de los noventa. Y es que cuando se juega contra Cristal no hay sobradera que valga.
Entonces
empezaron los celestes a armar su rompecabezas. Los mediocampistas cerveceros ya
la tocaban en pared, los marcadores subían por las bandas. Un disparo de los celestes dio
en el palo, primer campanazo. Y así se fueron al entretiempo, deshidratados
pero con la consigna de no regalar la cancha ni la pelota como en el primer
tiempo y la convicción de sentirse
capaces de por lo menos empatar.
Con
el trasero hinchado…
Cuando
volvieron a esa parrilla caliente llamada cancha lo hicieron de arranque a
meter la pierna con actitud y a elaborar jugadas. Entró Manicero con hambre de gol, y Loba lo hizo para demostrar su ascendencia, su dominio del
panorama, su toque mágico y sorprendente. Y tempranito nomás Diego Ariel Franco
Manicero (Rosario, Argentina,
24 de mayo de 1985, 30 años), picón y con el trasero hinchado por su
prolongada estadía en el banco, recibió una pelota que sobró a todos y rompió
las redes de un tremendo patadón del cual el arquero Rivera sólo sintió el
zumbido. Recogió la bola sin celebrar (una treta psicológica), y corrió a todo
cuete a poner la bola al centro. Así se les ganó la moral (y casi se les gana
el partido).
De
Loba su gol…
El
hambre de empate entonces se hacía más evidente y los ataques -como los sismos
en Japón- se sucedían uno tras otro. Hasta que faltando sólo 10’ para el final,
el soplapitos señala una falta por la
banda izquierda. En la selección las pelotas paradas son de Foquita, pero en el
Cristal el dueño es Loba, como suele suceder. El capitán retrocede cinco pasos,
como suele hacer. Mide la distancia, como suele hacer. Ordena a su gente que
salga del offside, como suele hacer. El arquero tiembla de miedo al ver a Loba,
como suele suceder. Loba la mete en curva de plátano bellaco, como suele hacer.
Y la pelota se mete por el rinconcito, como suele suceder. ¿Algo más? Sí, la
hinchada celeste hace temblar las graderías, como suele suceder. Celebra Loba,
molesto, y con el puño en alto. Al centro nuevamente. A matar la res, en este
caso, el cebú.
Y
lo malo es que Loba sólo maneja con la derecha, su preferida, porque de lo
contrario hubiera metido un golazo de zurda para decretar el 3 a 2, pero piña, el
tiro le salió más chueco que un billete
de nueve dólares. No obstante, estaba escrito que Blanco, el tocayo de Chapita
tenía que pitar el “ya nos vamos” porque
si se jugaba un minuto más iba a morir deshidratado. Y sopleteó nomás antes de
desmayarse. Que si no, los celestes volteaban el partido.
CODA.
Ya
dejen de hinchar los riñones por las redes sociales, porque un autogol lo
comete cualquiera. Ahora no estamos para recriminar a los jugadores porque es tiempo
de alentar y no de jalonear orejas. Se vienen tres batallas, cada una más
difícil que la otra. ¿Qué se le pide al hincha? Que acompañe, que salte y cante,
que los haga sentir que no son sólo once jugadores en el estadio, que se
escuche en la tribuna al jugador número 12.
GOLAZO DE LOBA. LO MALO QUE FOQUITA SE AGARRA TODAS LAS PELOTAS PARADAS EN LA SELECCIÓN. SALUD LOBA
ResponderBorrares capricho de la foca porque el huevonaso de gareca se lo permite. no hay que negar que la foca es un jugadoraso pero debe reconoser que loba es mejor definidor en pelota parada.
BorrarMe alegra el triunfo porque soy celeste de toda la vida si no que lo diga toda la bateria de Pizarro , pero con esta defensa no le veo futuro en la LIbertadores. Tampoco la veo facil en los playof. perdoname Aranibar pero no me puedo callar. Ayer el Mudo estuvo irreconocible. Quiero creer en tus frases que refieren ese horrible primer tiempo culpando al clima y a la cancha ademas del aburquesamiento pero estas fallas en la defensa vienen desde hace buen tiempo y los errores se cometen fecha a fecha hasta en el mismo Gallardo. por lo demas espero que no lo tomen a mal , quiero que campeone mi equipo celeste
ResponderBorraracaba de terminar el partido con melgar y hemos visto que manicero rinde mucho que le falta asentarse un poco y que baje las reboluciones porque por momentos se acelera. el que debe tener mas minutos en cancha es el chivolo dasiolva que se ha metido un tremendo golaso de tijera. y el mudo ya esta violviendo a su seguridat
ResponderBorrares tiempo de darle las gracias a revoredo y chau.