Por Manuel Araníbar
Luna
LA
MAQUINA CELESTE había arrancado bien aceitada, con el motor a punto y la caja de cambios bien calibrada
mientras que en la banca de recambios el Pincel esperaba su turno por su
bendita costumbre de agarrar de lorna al Loco Erick.
Y la tarde se prestaba
como para llevarse los puntos al Rimac. Todo auguraba que se iba a finalizar
con un buen resultado. Cristal empezaba dominando, bloqueando las peligrosas
entradas de sus delanteros, llegando por todos lados, copando el medio campo , con
sus arietes metiéndose en callejón a las espaldas los defensores ediles.
Un reloj que
desespera.
Se
llegaba a la puerta, tocaban el timbre pero se entercaban por meterse por la
ventana. Claro que había presión, y mucha. Pero la presión era además para los
celestes que querían ganar y tenían que ganar o ganar, en sus pupilas sólo se
leía el verbo ganar. Con ese apuro por
tomar un taxi sin revisar si hay sencillo en la cartera uno se ciega, se
alborota. No se puede meter gol si desde el silbatazo inicial estás pensando
que faltan 89 minutos para acabar el partido. El que juega apurado termina
mirando el reloj y sin fijarse que al frente hay once jugadores y no once
relojes.
Ahmed
puso el Mudo como central acompañado por el Oso Yogi, el Pitbull por la derecha
y Alexis por la zurda. Ambos laterales se proyectaban muy bien pero dejaban
tremendos cráteres por su banda, lo que ocasionaba que Mudo y Oso se abrieran.
El centro era apuntalado por sus dos habituales contenciones, Piki y Barrabás que
estaban en lo suyo. Loba acusaba las consecuencias del trajín con la selección.
Aun así se daba maña para enviar sus habituales encomiendas para los de arriba
y de pasadita acompañar al ataque.
Como Robocop enyesado...
Es
así como se genera el primer gol cuando se la lanza al Irven bombeadita como
granada de guerra. Pero no se queda estático al ver que a Irven la bola se le
cruza por el cuello como chalina . Así y todo, Irven que no esperaba ver a
Carlitos metiéndose como media punta no la piensa mucho y copiándose el estilo
de Loba se la pone en paila. Y Carlitos que no es de mucho chiche ni adorno, la
mete arrastrada dejando al Loco Erick tieso como Robocop enyesado.
Explosión en las gradas y alegría general.
Pero
las risas duran poco. Muni empata a raíz de una jugada de Damichón que da en el
palo y de rebote la pesca el delantero. Diego Alonso la manotea pero la bola se
mete. 1 a 1, y la piconería hace que los celestes reaccionen mandándose con
todo. Llegan a cada rato pero Ávila y la Rana habían entrado a la cancha con
sayonaras de ladrillo, no les salía una ni para muestra gratis.
Monalisa en acuarela
celeste…
Para el retorno a la cancha luego de una
refrescada y una que otra requintada, ya Loba rengueaba acusando sus padecimientos
de manera más notoria. Sin embargo Ahmed quería ganar en casa y quemó sus naves
metiendo a Pincel y a Da Silva. Con ello se ganaba en generación de ataques. Pincel
se acordó que lo tiene de hijo al Loco y en un córner ejecutado por Loba, la pesca
en botecito, y rompe las redes de un zurdazo antes de que el Erick se percate
de la obra de arte que había hecho Renzo. Dos a uno. El hincha salta, celebra y
canta. Y no era para menos, Renzo está un tanto olvidado pero de cuando en vez
agarra el pincel y se manda un cuadro de la Monalisa calata en acuarela
celeste.
Pero
se había perdido contención. El turco hace entrar a Revoredo para sustituir a
Loba que hacía rato pedía su cambio. Total,
se recupera contención pero se pierde peso. Los ediles se mandan con todo.
Los celestes también llegan pero Picante la desinflaba por definir con chimpunes
de clavos mientras que el Irven lo hacía con scooters. El partido moría, ya se
cantaba el triunfo. Y sucede la increíble. Centro al arco rimense. Todos cuidan
a Bulos pero es otro el que la mete de cabeza. 2 A 2, y la gente se retira del
Gallardo masticando pan con hígado crudo.
Moraleja:
Goles que no haces, empate en tu cancha.
CODA
¿Y
así me dicen que esta seguidilla de partidos no hace estragos y que tenemos
plantel de sobra para todos los encuentros? A ver, menciónenme un par de
nombres. Díganme si a los treintañeros no los afectan estos compromisos. Parece
que se ha olvidado que hay varios que pasan de los treinta. Y son jugadores
imprescindibles.
La
agenda está bien apretada y con rivales
difíciles. No obstante, las esperanzas no se pierden. Esperamos que los puntos
tampoco. Vamos celestes, a lucharlas todas. A practicar tiro al blanco, no al Chapita sino a las redes rivales.
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