Por Manuel Araníbar
Luna
Es
bueno ganar. Mucho mejor si es de visita. Pero traerse un punto es un maná del
cielo cusqueño cuando un once está
perdiendo 2 a 0 de visita a los
82, casi caminando en la cancha, con la lengua afuera y pidiendo oxígeno por
señas (porque ni siquiera hay fuerza para gritar).
Como una abuelita en
el semáforo…
Con
esos dos goles recibidos por el cervecero en la primera etapa, dos fallas netas
de defensa, que a unos les parece de la peor torpeza y a otros un regalo, era
como para jalarse los pelos con tenedor. Además los cusqueños pudieron
aumentar. Por supuesto que los celestes también llegaron y un buen cabezazo del
Oso Yogui también fue salvado en la maldita línea blanca con los hilos del
guante por el arquero local. Así y todo nadie confiaba en la defensa cervecera porque
es ya una constante que cuando los de atrás cometen bloopers el equipo se aplasta,
se atamala, se mazamorrea, porque da miedo salir a empatar cuando uno no sabe
si a sus defensores los van a dejar parados como a una abuelita esperando las luces del semáforo. Por lo
menos el larguirucho Diego sacó varias bolas recontra cantadas y achicó un par que ya estaban mandando a
cambiar el 2 por el 3 en el tablero.
Si las piernas no
responden…
Así
se fueron al intermedio. Guapeadas en el camarín, contraórdenes, enmienda de planteamiento, agua mineral, bombeada
de oxígeno con inflador de bicicleta a los asorochados, más rectificaciones y
quince minutos más entran a la cancha a ver qué pasa. El Turco había dejado la
terquedad en el camarín. Sacó a Revorator y metió al chibolo Da Silva, sacó a
Calca y metió a Manicero, por último sacó a Irven y metió a Gonzales. Pero no
pasaba nada. Los imperiales se
replegaron, los cerveceros se apoderaron de la cancha como traficantes de
terrenos y empezaron a llegar con ganas pero sin fuerzas en una altura de 3400
metros que es como atacar con pistolita de fogueo. Manicero y Loba armaban, repartían,
disparaban pero sin suerte ni fuerza pero no bloqueaban, entonces se producían las
embestidas sorpresivas de los locales que
entraban facilito en una defensa de tres puntas. Y era que Piki había bajado a
cuidar la zaga y Barrabarbas, el otro
fuelle del medio campo también acusaba cansancio. Pero el flaco Penny -enmendando su descuido en el primer
gol de los locales- se disfrazó del Hombre
Elástico y sacó un par en las que parecía que sus brazos se habían estirado
tres metros. Ganas habían, repetimos, pero ya lo había dicho el Piki:
“Cuando las piernas no responden hay que poner corazón”.
Dos zumbidos en la
oreja…
Loba,
además de corazón, puso talento, puntería, inspiración. Y tras un mal rechazo del defensa rojo (¡gracias
por el regalo!) la pelota, adicta al empeine de seda de un Maestro, así con mayúsculas,
fue corriendo como atraída por un imán a su chimpún derecho ansiosa de recibir una
caricia. Pero esta no fue caricia ni piquito de tortolito: fue un repentino fogonazo de sicario con mira telescópica de francotirador (algunos creen
que Loba las hace sin pensar, ignorando que Carlitos la calcula una pendejécima
de segundo antes que el resto). El golero, por ejemplo, al ver que el defensa la
rechazaba, se estaba acomodando los guantes cuando sintió que algo zumbó por su oreja despeinándole la
peluca. Un segundo después, al escuchar el rugido de la barra cervecera recién se
dio cuenta que había sido gol.
El aullido de Loba…
Pero
Loba, apurado como estaba por empatar, ni siquiera celebró. Por el contrario,
les dio una guapeada a sus compañeros con un aullido:
“¡Vamos, carajo, no es momento de
celebrar, regresen a acomodarse que tenemos
que empatar!”
Y
se cumple el deseo de la afición porque en el último minuto traban al chibolo
Da Silva en el área y el Diego Haro -que la vio claro como con un faro- señala
el punto G. Pitean fuerte los locales pero Haro pitea más fuerte: penal y
punto. El elegido es Loba (A Carlitos no se la iba a quitar ni el Papa), y con
la frescura y conchudez que tienen los que la conocen desde la fábrica de
pelotas, mira, mide, apunta, desengatilla, infla redes. Y por segunda vez el
pobre guardavallas sintió el terrible zumbido en su oreja seguido de los gritos
de los barristas cerveceros. Ya en el camarín le dijeron que no eran zumbidos de mosquito sino dos lobagolazos.
Total,
2 a 2, y como dijo el cervecero, este empate es celeste, cueste lo que cueste… y
vaya que costó.
LOBA ES LOBA CARAJO AHORA QUE VAN A DECIR QUE FUE DE LECHE?
ResponderBorrarEL MEJOR JUGADOR DEL AÑO ES LOBA POR SU TRAYECTORIA EN EL CAMPEONATO
ASI NO VUELVA A METER OTRO GOL
ojo, pero Loba no es todo el equipo, es el conductor pero cuando se lesiona la salen embarrando porque Seput ya esta en bajada, y manicero esta verde para remplasarlo. ahora el problema va a ser cuando juegue por la seleccion porque va a regresar mal . ojala que la directiva se ´ponga fuerte y hagapostergar los partidos con los cagones.
ResponderBorrarjajajaja el arquero ni la vio acabo de ver la repeticion y tiene razon el cronista. despues lo expulsaron. loba lo mejor del futboll peruano ojala que la foquita le deje patyear los tiros libres en la seleccion porque todas se las agarra el.
ResponderBorrarLO QUE DICE FERNANDO F ES VERDAD CHEPUT NO TIENE EL RECORRIDO EN CANCHA NI EL PANORAMA DE LOBA, ADEMAS NOES JUGADOR DE 90 MINUTOS, ME VAN A DISCULPAR PERO DE QUE NO ESTA NO ESTA. MENCIONAN A MANICERO PERO ESTE NO TIENE CONTINUIDAD SI SE TOMAN EL TRABAJO DE VER NUEVAMENTE EL VIDEO SUS DISPAROS DE MEDIA DISTANCIA ERAN DEBILES Y DESVIADOS. A QUIEN ´PONER ENTONCES? COMO VEMOS LOBA ES IIRREMPPLAZABLE Y ESTE ES SU AÑO CUMBRE PORQUE LE ESTA SALIENDO DE TODO.
ResponderBorrarno seas exagerado, sheput no está al 100% pero vengas a decir que no tiene panorama. a pincel le falta minutos pero el panorama no se lo quita nadie. a manicero tambien le faltan minutos pero mira en que partido lo ponen a reaparecer a mas de 3 mil metros. asi cualquiera se ahoga
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