LA REVANCHA DEL FLACO PENNY

Por Manuel Araníbar Luna

Si bien es cierto que ante el representativo  cusqueño Loba fue el generador, el pivot, el pensador,  el sorpresivo, el repentista, sus compañeros de equipo superaron con creces su rendimiento previa transfusión de desahuevina en el camarín. 

Pero hay recalcar que fue Penny  quien destacó por encima de todos (y no necesariamente por sus casi dos metros de altura). Y es que Loba nos tiene acostumbrados a su magia y cuando nos vuelve a deslumbrar sólo decimos, “Tenía que ser Loba”. Ya hace varios años que Loba se ha ganado  las palmas, los laureles, los cohetones y las bombardas por derecho propio y por su derecha sensacional.

Sí, ¿pero Penny? El flaco era  ya caserito de los malévolos  memes a causa de  algunos desafortunados bloopers.  Penny ha sido atacado sistemáticamente, fecha a fecha, por extraños –lo que no llama la atención- y por hinchas celestes, lo cual es más que doloroso.

Pero uno va a ser piña toda la vida.

Que el flaco Diego Alonso –como sucede con todos los arqueros- puede volver a cometer errores está dentro  de las posibilidades. Y lo contrario, que en una buena tarde ataje hasta las ventosidades de los mosquitos también lo está. Así que sólo queda felicitar a Diego Alonso Roberto Penny Valdez y demás yerbas por este 20 de nota que se ha ganado con toda justicia.

 Súper Libélula...

Con las facilidades que se dan por las redes sociales el hincha tiene la relativa libertad de expresar su opinión sin cortapisas, y cuando el hincha está amargo despotrica e insulta tenga o no la razón. Y uno de los más atacados era precisamente La Libélula. Bien, todos tenemos momentos buenos y malos. Los arqueros son los más expuestos a críticas porque  un error de arquero es 99% gol. No obstante, una salvada de un arquero simplemente no llama la atención puesto que el guardavallas está puesto allí para evitar que pase la redonda. Ayer Diego Alonso Roberto Penny  Valdez, alias la Libélula,  quien muchas veces entra a defender la valla con la camiseta celeste puesta  ayer fue un guachimán irreductible, un parachoques, una puerta con tranca que no dejó pasar ni un ácaro. El flaco sacó bolas por alto volando como cometa, disparos a media altura lanzándose como el Hombre Elástico y sobre todo, petardos rastreros que son los enemigos de los arqueros de talla XJ, es decir extra jirafales. Con esta actuación el flaco tapó la boca a detractores de bandos contrarios.

¡Ta' que echada!

“Claro”, arguyen algunos cojumentaristas desubicados, “la mala puntería de los cusqueños lo ayudó”. Este tipo de opiniones de rivales y comentaristas llenos de mala leche ya no llaman la atención. Es ya una costumbre mediática quemar incienso a jugadores de una sola fecha y quitarle mérito  a quien lo merece. Es cierto que Penny no es actualmente el mejor arquero del medio, pero que fue el mejor arquero de la fecha es otra verdad con mayúsculas.

Otros califican la goleada celeste de Echenique, es decir echada. ¿Quiénes lo dicen?  Los envidiosos de siempre que quieren jalonear de las medias y buscar atenuantes a un equipo que está yendo de menos a más. Sí, lloren nomás, ¿echada con tiros cusqueños al palo y entre diez y doce salvadas suicidas del flaco? ¿Echada? Durante varias décadas desde las tribunas  hemos visto echadas de escándalo, actuaciones de jueces más sospechosas que un motociclista con metralleta, y siempre favoreciendo a las comadres. ¡Echada dicen! Y bien, que se sigan mordiendo la lengua de víbora, porque cuando más fuertes son los ataques a los celestes mayores serán los triunfos cerveceros. Casi sesenta años de gloria corroboran lo que afirmamos.

Ahora faltan dos finales, y que sirva esta actuación para corroborar que la clase de un arquero no se demuestra en un partido sino cuando actuaciones sobresalientes son una constante. ¡Salud Diego y etc.  etc.! (siguen los demás nombres del flaco).