Por
Manuel Araníbar Luna
El rocotito...
En anteriores
crónicas habíamos dicho que al elenco celeste hay que ponerle a veces un
rocotito para que pise el acelerador. Esta
tarde el rocotito fue un gol de espectacular chalaca. En el playoff del 2014 al
Sporting también le habían hecho un gol así, que lejos de achicarlo lo agigantó.
Y si en una final se sobrepusieron a un gol así, esta tarde en Ayacucho no iba
ser una excepción. Entonces los celestes tomaron el partido en serio.
Y es que había que
seguir por el sendero del triunfo, había que recuperarse de los tontos empates
de partidos anteriores, había que recuperar, en suma, la actitud ganadora que
tantas satisfacciones había dado a la hinchada. No obstante, al frente se tenía varios escollos difíciles,
el calcinante sol del medio día, la altura y la cancha. Y los celestes no se
iban a quedar de chimpunes amarrados al arco, por tanto se lanzaron a correr como liebres y a pelear
como pumas.
Hacía buen tiempo
que no veíamos en canchas andinas un Sporting tan agresivo, tan pugnaz, tan cargoso
para atacar en oleadas continuas desde todos los ángulos. Fue un solo de ataque
y defensa, un acoso, un corralito a los locales que nadie dudaba que el gol de los celestes era cosa de minutos. Pero las agujas se
movían y el gol no llegaba.
Tanto
va el cántaro al agua…
Mejor dicho, tanto llega la pelota al arco que al final termina por inflar los cáñamos. Ahora bien, hay que reconocer que en estos bombardeos por cohetes rasantes, no todo fue mala suerte de los artilleros rimenses. Mérito hubo del arquero local que chapó toda pelota que zumbaba con dirección a su valla.
Hay que agradecer al elenco de casa porque los dos goles rimenses llegaron por fallas de los jugadores albos. Un mal rechazo de un ayacuchano llega a los pies de Chaveta. Este no lo piensa dos veces, le mete un tremendo petardo rasante que deja al arquero sin chance. Empate. ¿suficiente? No, por favor, 1 a 1 no es nada, ¡hay que ganar!
Hay que agradecer al elenco de casa porque los dos goles rimenses llegaron por fallas de los jugadores albos. Un mal rechazo de un ayacuchano llega a los pies de Chaveta. Este no lo piensa dos veces, le mete un tremendo petardo rasante que deja al arquero sin chance. Empate. ¿suficiente? No, por favor, 1 a 1 no es nada, ¡hay que ganar!
Cortar
y reventar
Cuando se juega de
visita en la serranía lo simple y sencillo es más eficaz que los adornos. Hacía
muchas fechas no veíamos una defensa celeste haciendo lo que pide la afición, la
más simple: cortar y reventarla a cualquier lado. Claro que algunas llegaban a
los pies del enemigo pero no hay otro modo de defenderse cuando se corre en una
cancha cuya altura sobre el nivel del mar es superior a los 2700 metros y para colmo
en un corral lleno de surcos, ichu, maleza, y algunas hojas de llantén. Y si quienes
objetan estos reventones son costeños que
jamás han jugado en canchas andinas que primero se hagan una carrerita de cien
metros planos a ver si el soroche no les pone el semblante verde palta y después
que vengan a criticar.
En el segundo tiempo
el bombardeo celeste fue incesante, inclemente, y desde todos los ángulos. Y no
solo por jugadas elaboradas por Maní Confitao, Calca y Loba. Justamente, hablando de Carlitos, en un tiro libre perpendicular a la valla que le
caía como betún de Persia al mágico chimpún de Loba, este le metió un dinamitazo
seco que astilló el tronco. El rebote fue a dar a los pies de dos celestes que
se enredaron como siameses matándose las pulgas y la bola se les chorreó como
la plata de la quincena.
Como alma que lleva el diablo...
Pero el arquero local
estaba en su tarde y atajaba de todo. Los minutos corrían y los celestes ya
empezaban a sacar la lengua. El Turco sacó a Calca a los 90’ por haberse ganado una amarilla por lanzarse a
la chacra y además porque su lengua era un papel cometa también amarillo. Entra
Paolo de la Haza, un local hace un mal saque de banda, Paolo le dice “¡así se saca,
oye huevera de pato!”, la agarra y se la pone al Irven. El número 11 la recibe , le hace pasar vergüenza con un escandaloso sombrero huanuqueño, y se lanza a una carrera desenfrenada. El marcador cree que lo va a
chapar, pero ignora que el Irven es huanuqueño y no conoce el soroche. Cuando
por fin se da cuenta que no lo va a alcanzar trata de agarrarlo con garfio, con
lazo de vaquero o con boleadora pero el Irven se escabulle y corre por la banda
como alma que lleva el diablo. Pero este diablo llamado Irven no sólo se lleva
el alma sino la bola. El Irven de acero la manda al centro del área y no se
sabe de dónde aparece Loba, le mete la mitra con dirección al pasto y la
canasta se revienta perforada en Ayacucho como anticucho.
Y todo se junta en
milésimas de segundo: gol del triunfo, árbitro que señala el centro del campo,
abrazos, felicitaciones por su partido 500 y pitazo final. Después hablamos de
esa media luca gringa en la trayectoria de Loba. Chaufa.
SALUD LOBA POR TUS 500 PARTIDOS QUE SEAN 500 MAS!!!
ResponderBorrarHasta la defensa jugó bien. pero hay un detalle que debe ser tomado encuenta. si observan el video del gol ayacuchano, Penny resbala cuando está reetrocediendo. si el flaco no se cae la pelota no entra.
ResponderBorrarMencion aparte deberia ser la gran actuacion de Manicero, este le ha dado velocidad al cuadro.
SE RESBALE O NO SE RESBALE SIEMPRE PENNY COMETE BLOOPERS. YA ES TIEMPO DE QUE REGRESE EL LOCO QUE SIEMPRE HA GUAPEADO A SU DEFENSA. TU CREES QUE EL LOCO ERICK VA A PERMITIR ESOS ENGREIMIENTOS DE JAIRZINHO GONZALEZ???? LA VEZ PASADA EN ESTA PAGINA SE PUBLICO LA ARENGA DE ERICK DELGADO A LOS JUGADORES EN EL TUNEL ANTES DE SALIR A JUGAR. ESTE DETALLE DEBE SER PUBLICADO NUEVAMENTE EN ESQUINA CELESTE PARA QUE VEA TODA LA AFICION LA TRASCENDENCIA DE DELGADO EN EL EQUIPO. PERDONAME LOBATON PERO EL LOCO ERA EL VERDADERO CAUDILLO
Borrarno se hagan iluciones a ahmet le hacen el equipo lombardi debakey y cuneo.
ResponderBorrarno se hagan iluciones a ahmet le hacen el equipo lombardi debakey y cuneo.
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