CRISTAL GANÓ SACANDO PECHO

Por Manuel Araníbar Luna

La seguidilla va minando…

La explicación de este corralito que vivió el once de La Florida ante los santos estriba en que el desgaste va minando de a pocos el físico de un equipo cuya pretemporada fue muy breve, que tuvo que salir casi  de las celebraciones del título obtenido   para someterse a las órdenes del cuerpo técnico con sus tableros, silbatos y cronómetros, ponerse  el buzo y las pesas, y correr, trotar, saltar,  dar vueltas y volantines  y de ahí meterse al avión para el viaje a Paraguay sin darse un respiro como para relajarse con una gaseosa. Así no debe ser pero compromisos son compromisos sean estos de la criminal Copa Inca a 30 grados centígrados o de la Libertadores. Y ahí vemos los resultados, con los celestes terminando los partidos  sin piernas y con la lengua afuera e hidratándose como recién llegados del Sahara. La imagen del cansancio del elenco se vio en el Piki, un luchador de tres pulmones quien por momentos trotaba lentamente hasta ser cambiado por lesión y por agotamiento.

Abram abrió la cuenta.

Hace dos días Luis cumplió los 19 años, y quiso que lo feliciten dos veces, por su diablo y por ese golazo que celebramos con un grito de los mil diablos: ¡Abran cancha que Abram volvió a mojar! Abram es muy joven pero ha anotado goles importantes. Ayer abrió la cuenta con un gol de maestro empalmando la redonda con un cachetazo a lo jugador de jai alai. Honor al mérito, felicitaciones y sigue anotando Abram.

Sacando pecho…

Bajoneado por los últimos resultados, Horacio Martín había estado irregular en la Copa Liber. Hasta ese momento Cristal estaba embotellado. La seguidilla de partidos estaba doblegando al equipo. Las cosas no salían como se esperaba. La hinchada se lo increpaba  a Calca en las redes sociales. ¿Qué tenía que hacer? Lo que hace un jugador que quiere  demostrar que su depósito mensual en el cajero automático es merecido: sacar pecho. A decir verdad, la música de  esa  sinfonía dedicada a las tribunas es de Calca y la letra le pertenece a Irven,  o viceversa, además Calca la gritó dando la  nota do de pecho.  Ávila le rompió la cirunta a un sacamuelas que alcanzó a rascarle la canilla y arrancarle un trozo de media. Luego otro le salió al paso y el Irven lo vuelve a quebrar pero la redonda se le va muy a la raya (de la cancha, aclaremos), muy difícil para su mejor pierna pero le queda zurda con la que pone un centro magistral  digno de las Grandes Ligas. La chancha vuela pero muy alta para meterla de volea  pero muy baja para ponerle la mitra. ¿Qué le quedó a Calaca? Sacar pecho por la celeste. La pecha, la pelota entra masticada y chau. Desde nuestra posición no vi quela tocó Estrada pero algunos se lo adjudican. Pero por favor, ¿no sería una injusticia quitarle el do de pecho a Horacio Martín?

La mano  del jugador Suerte.

Si un aficionado leyera los titulares de los diarios sinhaber visto el encuentro pensaría que el Sporting Cristal se la está llevando fácil por lo menos en la deslucida Copa Inca. Pero para quienes estuvimos allí  la historia la puede narra de modo diferente aunque con el mismo final feliz. Ganaron los celestes y punto. Pero esa no es la pomada.

Atacados por la prensa y los memes a raíz de los últimos empates en la Líber, agotados por la seguidilla de partidos,  acorralados como los 300 espartanos, los celestes sabían que no debía perder el paso y sacaron fuerzas de flaquezas, se defendieron con uñas y dientes,  devolvieron golpe por golpe con las últimas reservas físicas. Se ganó en verdad con el alma en vilo, mordiéndose los dientes en un partido en el que por cada llegada de los celestes había por lo menos tres de los sacamuelas.

En la tribuna los comentaristas radiales y televisivos mecnionaban que el empate era inminente y que quizás el triunfo de los sacamuelas era cosas de tiempo. Pero el tiempo seguía pasando y los esfuerzos de los santos se fue diluyendo mientras en la tribuna muchos cruzaban los dedos esperando el silbatazo salvavidas.  Luego se escucha el sonido esperado: ¡Prrrrr! Uf, ganamos. A veces el jugador Suerte acompaña al once celeste.