Por
Manuel Araníbar Luna
En el partido contra Liga
no le ligó una. Eso sí, como jugador platense las luchó todos y aguantó los
patadones sin quejarse, como los machos. Ese fue un buen augurio. Pero en el
Perú hay cientos de jugadores que son cargosos, sobre todo los arietes que
también aguantan guadaña y no los inmutan ni los escupitazos ni las mentadas de
madre ni las el rugido de las motos de los sicarios. La pepa de la aceituna está
en la cuota de gol.
El Gaucho de la Ranita…
Un jugador puede ser malo
y salvar partidos con un golcito (y por la celeste han pasado varias mazamorras
que no la metieron ni en entrenamiento).
O puede ser buenazo y no anotar ninguno. Pero El Gaucho de la Ranita hizo tres al hilo como quien juega fulbito
contra un cuadro sin arquero (y nada menos que frente al experimentado y muy
querido Loco Delgado); y su salto de batracio repleto de testosterona opacó a la mismísima Rana René. La Ranita,
digo el Picante, no es un ariete que entre al cajón criollo como un tanque pinochito rompemanifestaciones; tampoco es un
dribleador malabarista de esos que rompen cinturas en un metro cuadrado. Pero tiene
algunas cualidades, todas las cuales son básicas en un goleador.
Terco
y porfiado. En su gol de cabeza que picó dentro de la raya
maldita la siguió peleando. Y si no le avisan que ya era gol apostamos que hubiera
seguido peleándola hasta en el entretiempo.
La
mete en guan. Casi sin
pensarla, al estilo Romario. No se hace paltas ni llama por celular a su abuelita para saber si debe meterla o no.
Ubicación. al igual que el Irven, siempre se
coloca un milímetro antes de la odiosa línea roja que es el pretexto de los
jueces de línea para anular los goles dejando
al anotador en eléctrica pindinga, como cuando separan a los perros de las perras
con un baldazo de agua helada. ¡Brrrrr!
La
suerte de los goleadores.
Está predestinado a meter los goles pescando la pelota como venga como esos
delanteros lecherazos que la meten tanto con la nuca como de nalgazo.
Tres
pepas de rocoto en las mallas...
A ojo de buen tribunero, esta
fue sólo una impresión, la misma con la que la afición se sorprendió cuando el
Chapita anotó en su debut con la sagrada celeste. El Picante ayer embadurnó con
pepas de rocoto las mallas del basurero, llenó la vista de la exigente hinchada
y aprobó el primer parcial. Pero faltan muchos más.
¿Hará olvidar al Maxi?
¿Serán sus saltos de rana una celebración constante en la Copa Inca y sobre
todo en la Libertadores? En estos quince
días lo sabremos.
"el pretexto de los jueces de línea para anular los goles dejando al anotador en eléctrica pindinga, como cuando separan a los perros de las perras con un baldazo de agua helada. ¡Brrrrr!"
ResponderBorrarjajaja, muy buena cronica.
ESTA BIEN PERO HAZ OLVIDADO LOS GOLES DE BALLON QUE FUE A CAUSA DE UNA CHALACA DEL CHOLITO QUE DIO EN EL PALO Y TAMBIEN EL DE JOSUE ESTRADA CON UN SONBRERASO
ResponderBorrarNo canten victoria antes de tiempo, acuérdense de Escalada que lo único que hizo fue un gol al Boys. y después no hizo nada. pero lo mas frustrante fue la contratación de Leguizamon, todo un chasco. asimismo contrataron a Leandro cuando estaba partido y después la quisieron barajar. se ve claramente que les gusta regalar la plata.
ResponderBorrarNo canten victoria antes de tiempo, acuérdense de Escalada que lo único que hizo fue un gol al Boys. y después no hizo nada. pero lo mas frustrante fue la contratación de Leguizamon, todo un chasco. asimismo contrataron a Leandro cuando estaba partido y después la quisieron barajar. se ve claramente que les gusta regalar la plata.
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