Por
Manuel Araníbar Luna
El once cervecero empezó tranquilo, midiendo al rival para ver
sus propósitos, pero a la visita no se le veía ninguna intención ni plan de
juego. Pero muy temprano se suscita una de las desinteligencias que ningún hincha
celeste quiere ver. La pelota viene por alto. No hay diálogo, ni déjamela ni tómala,
ni nada. Viene un aliancista y la cabecea
facilito. ¿Diez minutos y ya se está perdiendo por uno a cero? No puede ser. Sí puede ser porque estos partidos se afrontan
con los cinco sentidos puestos en la cancha y no pensando en las minas de Potosí.
¿Se conocen los defensas y Platanazo? Pareciera que no porque no conversan
nunca.
La visita temblaba...
Los visitantes con un gol tan
facilito obsequiado por una defensa nerviosa imaginan que ya el partido es pan comido. Pero el Sporting Cristal es un equipo que
siempre ha jugado en todas las canchas, contra todo tipo de árbitros, todo tipo
de público en Lima, en provincias y en el extranjero. Cazulo chapa a la guapa y
con ella en mano le da su guapeada a quienes se están durmiendo. “¡Ya, carajo, despierten que este no es de
solteros y casados, es una final!”. Y el error, en vez de achicarlos se transformó en el
rocoto que hizo saltar a los celestes como toros salvajes. Empezaron a crecer,
a hilvanar filigranas, a tocarla finita, a triangular
por todos lados. Loba repartía, Calca era el mixto que quitaba y salía
con la bola, con entereza, asimilando el golpe. Piki esperaba atrás, bloqueaba al medio y se
iba a la vanguardia. Maxi y Ávila abrían la cancha con bisturí y Yoshi entraba como puñalada bien pegado a la
raya o entrando en diagonal. La visita temblaba.
Loba hacía el fútbol fácil mandando
la pelota donde le daba la gana, pero faltaban unas gotitas de serenol. No
obstante, si los celestitos estaban
acelerados por empatar, los del otro lado del Zanjón tiritaban de miedo, se amontonaron
en su cancha invitando a los bajopontinos a mandarse con todo, esperando lanzar
contragolpes pero sólo rechazaban pelotazos adonde cayera. La visita temblaba.
Así
se compone un gol…
¿Qué haces si te enseñan el
bufet y te dan un tenedor? Tragas como loco, ¿sí o no? Qué más querían los
celestes. Se despacharon a sus anchas. Yoshi con su zurda causaba zozobra,
hasta se atrevió a desengatillar un puntazo al estilo Loba que le sacó astillas
al tronco. La visita temblaba. Y lógico, es que el gol de empate ya estaba a
las puertas del partido. Los celestes jugaban en todo estilo, en corto, en
largo, en fulbito y en cancha grande, triangulando camotitos y soltando pelotas
en callejón oscuro para que por ahí se metan Núñez, Ávila y Yotún que la
centraban a rastrón y bombeadita. La visita temblaba.
Tan nerviosos estaban que ante
una pelota en cortada en la que el Irven se metía con hambre de empatar, el arquero
gringo se le avienta a las piernas. Penal más grande que Piedras Gordas. Loba
la pone en el punto G, prepara, apunta ¡y
fuego! 1 a 1 y el estadio se parte en dos, una mitad callada y rezando como si velara un
cadáver, la otra mitad pintada de celeste que salta, grita, revienta las graderías.
Como lo cantara Ismael Miranda: “Así se compone
un gol”. Es que sólo faltaba ese gol
para ponerle un título al estilo de García Márquez: “Crónica de una victoria anunciada”, porque los dueños del partido
eran los celestes. Y al sopletear la “T”
de los 45, el panetón ya lo tenía el
once rimense para despacharse a gusto. La
visita temblaba.
La
cabeza de un fantasma…
Al retorno, los de la vereda de enfrente se atrevieron a
aventurarse unos metritos más adelante y entonces saltaron de nuevo las
desinteligencias en la línea de fondo cervecera. Los dos del medio no se
entendían ni por señas. Es así que se la regalan a su archipromocionada
figurita del álbum quien se la falla un par de veces de pura emoción. La preocupación
llega nuevamente a la banca rimense. Parecía que todo lo que se había ganado en
la primera etapa se le estaba devolviendo a la visita. El partido se emparejó
hasta que un centro desde la derecha hizo que la zaga visitante paniqueara y
volviera a alborotarse. A retomar entonces el timón del partido. El Turco les pide que se
adelanten, que el equipo no se parta y que la toquen. Calca se agiganta como no
se le veía hace ya muchas fechas y la comienza a repartir, a rotar, a
triangular.
Entre tanta embestida rimense, La pelota viene a media altura y un defensa de los matuteros se
dispone a despejar con toda tranquilidad porque no hay moros en la costa. Pero entonces
aparece la cabeza de un fantasma. La cabeza
de un chibolo. Un chibolo que había estado picón por unas fallas de
descoordinación y que quiere sacarse el clavo, la sal y el jugo de piña. Un fantasma que les grita“¡Abram paso!”. Y ese fantasma la mete de mitra hasta inflar los
cáñamos. El modelo gringo y el defensa se rascan la cabeza preguntándose de dónde había salido ese fantasma. Le responden
llorando que se apellida Abram. Vuelve a
estallar la mitad del estadio con el 2 a 1. La visita ya no tiembla, se resigna.
Y esto porque los de Abajo el Puente
volvían a entrar por donde les daba la gana.
El conejito de Trompita...
Cinco minutos después una inocente
pelota en callejón, como llegaron muchas, llega a los pies de Maxi. El gringo
con miedo al penal espera que Maxi lo intente driblear, pero el Trompita se la cruza
a contrapié. Y la pelota salta inocente como un conejito y se mete a su
madriguera dando botes. Tercer gol bajopontino y la mitad del estadio es un
manicomio celeste. ¿Algo más? Sí, terminando el
partido, la defensa celeste se vuelve a dormir y los de la vereda de enfrente
anotan el segundo. Tan derrotados se encuentran que ni ellos se la creen. La llevan
al centro del campo sin ganas de jugar. ¿Qué les quedaba si la derrota se les
leía en la cara? El indefinible Santibáñez la pide, se persigna y sopletea su
turrón suplicando perdón por sus pecados cometidos en esos noventa minutos.
Perdónalo, afición, porque
sí supo lo que hacía cuando no cobró dos penales cometidos a los celestes.
Chau.
CODA.
- ¿Qué te pasó, Beto Da Silva?
- Ojo hinchada, pareciera que algunos no esperaban ganarle a los victorianos. Porque no se explica por qué no se llenó la popular. Es que muchos siguen creyendo las fábulas de la prensa chicha y algunos locutorpes mermeleros que describían a los matuteros como una especie de Barza de azul y blanco. ¿Ya vieron que más fue el humo que la parrillada? Esperamos que el domingo se replete el Gallardo de bote a bote. Los muchachos se están rajando como nunca y se merecen un marco de fiesta en su propia cancha.
PIKI EL MEJOR, LE SIGUEN CALCA, NUÑEZ, LOBA Y YOSHIMAR. PARECE QUE A YOSHI LE HAN DADO SU JALON PORQUE NO CAYO EN PROVOCACIONES DE LOS GONKAS.
ResponderBorrarla defensa es una masamora y no ofrese confiansa para nada hay que jugar con cinco atras de lo contrario nos pueden malograr toa la campaña
ResponderBorrardespues todo bien salud celestes desde ferreñafe
Eso que dice el hermano celeste ferreñafano es cierto y lo venimos soslayando. Los triunfos nos nublan la razón. No entendemos cómo han podido rescindirle el contrato al flaco Delgado que se jugó un partidazo contra Garcilaso en los playoff del 2012. para mi es mucho mejor que Revoredo y Balbín. Además salvó su noche porque Abram hizo su gol pero por su culpa casi nos ganan, menos mal que el armenio no estuvo fino. Por alto nos ganaban a cada rato. ya es momento que tengamos gente que domina las alturas como Ayr a quien también lo despidieron. Es que la dirigencia está ciega o los contratos los tramita el enemigo?.
ResponderBorrarPORQUE CARAJO LOS HINCHAS DE OFICINA NO SE ASERCAN AL NACIONAL CARAJO
ResponderBorrarLOS MUCHACHOS NECESITAN MAS QUE NUNCA DEL ALIENTO DE SU HINCHADA.