Por
Manuel Araníbar Luna
Desde que el árbitro sopló
el vamos, los celeste se mandaron en guerra relámpago contra los poetas, no
dejándoles ni respirar, en una táctica llamada corralito en la que no los dejaban salir ni para ver a cuánto se
dispara el dólar. En cambio los que sí se disparan son los aleros celestes que
atacan como siempre les pedimos: abriendo la cancha para que los poetas dejen el centro sin
escudero y sin cinturón de castidad.
En este acoso Yoshi recibe
un rebote y apremiado por mojar, la shotea con la pata de palo, su derecha, pifia
y la pelota en caprichosa volea llega a
los pies de Maxi, que rastrilla el fusil con la derecha y percuta con la zurda
un bólido rasante que deja un surco de regadío en el área y se mete por la
rendija de los pericotes. Un 1 a cero tan madrugador que algunos tardones le mientan
la madre al árbitro por arrancar a la hora exacta, cosa rara en los peruanos.
De
Fórmula 1 a carretilla de platanero…
Ya se les había recalcado tras
el tremendo susto del anterior partido –con la manoseada frase de doña Florinda-
que para la próxima vez ataquen desde el arranque como si los fueran a premiar con cincuenta lucas
gringas por gol. Y parecía que habían
olvidado la lección de la semana pasada porque desde ese primer gol de Trompita
bajaron la velocidad de fórmula 1 a carretilla de platanero. Con el gol en
contra, los chibolos de la Vallejo se atrevieron a ver qué pasaba en el arco de
Penny que hasta ese momento se había recostado en el poste a echar una siesta.
Ahmed entonces, más amargo
que el café sin azúcar y con su habitual cara de tombo de tránsito, les indica
que vayan por más y que no regresen al camarín sin traer por lo menos unas tres
pepas y que si goleaban les invitaba una parrillada. Esto ya es cosa seria
porque el Turco tiene fama de ser más ajustado que puño de trapecista.
Y vaya que le tomaron la
palabra, en especial el Maxi. Pensando en la tremenda camaroneada al bolsillo
del Turco, los cerveceros deciden nuevamente arrancar en cuarta. Y toman de
sorpresa a todos, Loba se la cruza a Yoshi, este pica y la suelta rapidito para
el Maxi que sólo tiene que empujar con una facilidad de entrenamiento, y todo
esto en dos segundos, al estilo europeo. Dos a cero.
Chicha
mellicera con maca…
Pero ahí nomás, apurados
por el hambre los cerveceros atacan de nuevo; y un
centro de Alexis a media altura como para que la pueda cabecear el más chato
del equipo, llega a la cabeza de Maxi que, entre dos defensas que le llevan
medio metro de altura, le da un mitrazo suave que se convierte en su tercer
hijo reconocido ante el registro civil del campeonato. Trillizos al hilo, ¡como
si hubiera tomado chicha mellicera cabeceada con maca!
Al
fondo hay bastante sitio…
Y para completar el menú, pelota
que viene por la diestra del Dios Gol provoca una fallida chalaca de Da Silva (¡si
la pescabas te consagrabas, Beto!), la bola llega boteando a los chimpunes de
Yoshi, este se la entrega medidita a Loba quien ni la esperaba pero sin perder
tiempo la remata, la bola choca en una pierna y luego choca en el tronco y pasa
suave, desganada y aburrida. No hay nada que hacer, al fondo hay bastante
sitio: cuatro pepas a cero y los jugadores celestes ya se están poniendo la
servilleta al cuello.
El segundo tiempo ya es de
medio trámite, “pelotita para allá, toma tú que recibo yo, dámela a ver si meto
el quinto”, hasta que los poetas meten miedo con un gol facilito ante una
defensa rimense que da demasiada ventaja. 4 a 1 y el silbatero dice que ya se cumplieron
los 90’ y que a los árbitros no les pagan horas extras. Mientras tanto, el
Turco que se quiere escapar a escondidas del Gallardo arrepentido de haberles
ofrecido la parrillada declara que el equipo está llegando a su mejor nivel. Y la
pregunta es, ¿llorará la billetera del Ahmed?
CODA
- Victoria fácil. Algunos declaran que fue por causa de la cantidad de juveniles que pusieron los poetas, dados sus compromisos internacionales. Allá ellos, su problema es; lo que interesaba eran obtener los tres puntos que al final se quedaron en la Florida.
- Algunos jugadores terminaron cojeando. Chapita, por ejemplo, no pudo hacer ninguna; en el primer tiempo fue cambiado por lesión. Ojalá que no sea nada malo porque se vienen compromisos difíciles.
- Otra vez el bochornoso, vergonzoso y deprimente espectáculo de un sector de la tribuna de barristas. Primero, insultándose entre sí y después llenando de insultos racistas a un jugador de los poetas. Esa estúpida actitud nos puede costar un severo castigo. ¿Habrán visto alguna vez la foto de nuestro ídolo máximo Alberto Gallardo? Fíjense nomás en su imagen y se darán cuenta que don Alberto no era rubio, ni el flaco Quesada, Chorri y Uribe tienen rasgos faciales de jugadores suecos. No entendemos por qué razón buscan que darle motivo a la prensa chicha para que nos ataque sin piedad. ¡Con hinchas así, para qué queremos enemigos!
GRANDE MAXI, NOS TAPÓ LA BOCA PORQUE MUCHOS NO ESTABAN DE ACUERDO CON SU CONTRATACION.
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