Por Manuel Araníbar Luna
En anteriores crónicas hicimos una semblanza de la carrera deportiva de Eloy Campos y Orlando Chito De la Torre, dos de los mejores defensores del Sporting Cristal. Hoy hablaremos de don Fernando Mellan, otro de los referentes cerveceros de todos los tiempos.
El Hombre Araña...
Elías Fernando Mellán
Heredia (Pisco, 30 de mayo de 1942) era el rey de las
alturas, el Hombre Araña Celeste, un
saltador increíble que se impulsaba por los aires como si en los chimpunes tuviera un par de
resortes gigantescos. Si se hubiera dedicado al atletismo sería campeón de
salto alto. Su fútbol no era elegante pero sí eficaz, sobrio y seguro. No se
aventuraba a salir con pelota jugada, sencillamente la reventaba de chalaca o
como viniera. Y jamás iba a la mala. Lo suyo era una que otra rascadita, una
que otra plancha pesada tipo sastre, un roce con la rodilla. Pero era en los
saltos cuando causaba zozobra. Puesto que era quien saltaba más alto, era
lógico que llegara al piso un poco después, y no se sabía dónde iba a caer, ¡y
cómo! Y era frecuente que cayera con
toda su humanidad sobre las costillas de los adversarios. Por ello, los
delanteros rivales se tenían que salir corriendo para no sufrir una chancada de
sus chimpunes número 46 (ver foto).
En
aquellas épocas no era una táctica generalizada que los centrales se
proyectaran a los centros al área contraria. Esto generalmente sucedía cuando
se estaba perdiendo el partido y el tiempo apremiaba. Pero con la llegada de
Fernando Mellán al Cristal, sin importar cómo estuviera el score, se hicieron
constantes las proyecciones a los
centros del área rival para las jugadas con pelota parada.
Fueron
primero Didí y luego don Marcos Calderón, el recordado Chueco, quienes
ordenaban a Fernando que se proyectase cada vez que había una jugada de pelota
parada a favor de los celeste en la área rival. Didí sólo se lo decía en el
camarín con un su español masticado, pero el vozarrón de don Marcos siempre se
escuchaba en todo el estadio:
—¡Suba, Fernando!
El Cóndor levanta la guadaña y casi afeita a su compañero. |
Mellán
era y sigue siendo un hombre de pocas palabras, muy raramente gritaba a sus
compañeros, porque con su arrojo motivaba a sus compañeros. Dejaba el sudor y
la piel en la cancha. Ganaba en los saltos sacando ventaja en altura de medio
cuerpo por encima de los delanteros rivales.
Le ganó pelotas a grandes cabeceadores como Perico León, Casaretto y
Joya. En una entrevista le preguntamos cuál era su secreto para saltar tan
alto.
—Soy
pisqueño, sobrino –nos dijo—. Y desde niño tenía que abrirme paso en las
chacras llenas de barro levantando la pierna bien alto, eso fortalece las
piernas y así uno gana agilidad. Además allá la comida es sana, se come harto
frejol y buen camote. Aparte de ello siempre fui muy disciplinado. Me acuesto
temprano y nunca tuve excesos.
El Cóndor en
Montevideo…
Protagonista
de grandes jornadas cerveceras que marcaron época, se ganó el apodo de ‘Cóndor’
en Uruguay, porque fue allí donde se ganó la fama de gran saltador tras aquel partido en que Peñarol empató al Sporting Cristal en los últimos minutos.
Cristal había adelantado con tempranero gol de Tadeo Risco. Los aurinegros,
heridos en su orgullo, no podían empatar por dribling ni por triangulaciones, mucho menos por labia ni por atarante, porque los tigres celestes de la zaga se las
sabían todas las mañas y paraban pleito aquí y en el infierno. ¿Qué le quedó al
DT charrúa? Mandó bombardear al área peruana a punta de pelotazos para esa letal
delantera integrada por Abbadie, Silva, Rocha, Spencer y el peruano Juan Joya,
pero los cuatro tigres celestes, Chito De la Torre, Eloy Campos, Tito Elías, y
Mellán las ganaron todas.
—Esa tarde saqué de cabeza más de noventa
pelotazos —cuenta Mellán–… y hasta ahora me dan jaquecas.
Loa
aurinegros sólo pudieron empatar –y con ello eliminaron al Cristal— gracias a
la ayuda del referí que no quiso ver un escandaloso gol cometido con infracción
de Spencer. El elenco celeste quedó eliminado pese a no haber perdido un solo
encuentro.
En la Bombonera…
Años
después, en La Bombonera, la bronca se desató a raíz de una cobarde patada que
recibió estando tirado en el suelo. Un famoso comentarista lo culpó de la
bronca. Fue una calumnia porque él había quedado desmayado. El resentimiento le
duró poco tiempo, porque don Fernando es un pisqueño bien criado al estilo
provinciano, sereno y campechano, que no guarda rencores, porque los pisqueños
son gente risueña y apacible.
Ya
retirado, don Fernando Mellán, animado por su inseparable compadre don Alberto
Gallardo (+), desde 1981 se dedicó a formar las canteras de jugadores celestes
quienes lo reverencian como un padre por el respeto que se ha ganado por su
dedicación, por su paciencia para enseñar, su seriedad para corregir, además de
su buen ojo para descubrir talentos.
Un apodo.
Por
aquellas épocas su primera chapa fue “Leñador”.
Y vaya que lo era, en el chimpún derecho tenía un hacha y en el
izquierdo un filudo machete.
Un back central.
“El
Chito era el rey de anticipación. Además tenía un temperamento indomable, y no
se rendía jamás. Cuando juntaba las cejas hasta los pitbull se le corrían”.
Un amigo
“Alberto
Gallardo, mi compadre, qué gran tipo, era la humildad en persona. De él aprendí
muchas cosas”.
Una anécdota.
En
un partido de entrenamiento en La Florida, el habilidoso delantero Orlando
“Velita” Aquije pisó la pelota y le hizo dos consecutivas huachas de ida y
vuelta que provocaron las carcajadas de todos sus compañeros. Mellán, herido en
su orgullo, le lanzó un desafío: “Te apuesto cien soles a que no me haces
otra”. Pero Velita le leyó la venganza en la mirada, fingió lesionarse y se
fue a las duchas. Las carcajadas se prolongaron toda la tarde.
Una frase
—
Antes de los partidos Eloy Campos me decía: “compadre,
yo se lo preparo, Ud. lo sazona y Orlando De la Torre se lo come”.
BUENA NOTA, AMIGO ARANIBAR. SALUD CONDOR!
ResponderBorrarYo estuve en las inferiores con el profe mellan. el me enseño muchas cosas que las estoy aplicando en la vida. mala suerte que por un accidente de moto no pude seguir practicando. ahora que se esta hablando de la humildad con jorge soto aporvecho para darle un homenaje al profe porque el nos enseño a ser humildes y disiplinados
ResponderBorrarNada como el comentario lleno de sazón de Manuel Aranibar Luna. Es hacer docencia deportiva con estilo propio y en base a conocer el campo de acción. lo del "Condor" Mellán en su escrito, un regalo para el recuerdo. Gracias.
ResponderBorrarGracias, mi estimado José Carlos. Sólo sigo el ejemplo de ustedes mis maestros, Gracias a Roberto Salinas, don Eduardo San Román, Óscar Artacho, el maestro Varleiva, el maestro Toribio Gol Grados Bertorini, y la gentaza de Ultima Hora como los tíos Paco del Busto y Alberto Best a quienes les soplaba las últimas jergas del Llauca..
BorrarSALUD PROFESOR MELLAN USTED FORMO A MI HIJO EN DISCIPLINA Y RESPETO EN EL FUTBOL,. HOY MI HIJO NO SIGUE LA CARRERA DE FUTBOLISTA PERO SI LO RECUERDA SIEMPRE COMO SU MAESTRO QUE SOLO LE ENSEÑABA COSAS BUENAS
ResponderBorrarExcelente reseña de Don Fernando Mellán. Un ejemplo como futbolista y persona. Me encantó la reseña.
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