Por Manuel Araníbar Luna
Todos
queremos estar presentes en la fecha de inauguración del nuevo Estadio Celeste.
Aunque aún faltan unos tres años que nos parecen siglos, ya nos frotamos las
manos.
Al
igual que los enamorados graban sus nombres en árboles, paredes, pasajes y
hasta en las redes sociales, los verdaderos hinchas quieren demostrar su amor
por la divina celeste.
Todo
hincha celeste que se precie de tal ostenta siempre sus preferencias deportivas
desde las épocas escolares. Somos obsesos con nuestro equipo: pegamos fotos de
figuras celestes en las paredes, calcomanías en los forros de nuestros cuadernos, parches en cartucheras y mochilas. Muchos adolescentes pintan graffittis
ingeniosos, verdaderas obras de arte.
Más
grandes ya, cargamos llaveritos y calcomanías;
adornos que van desde peluches, ceniceros, tomatodos hasta la taza del desayuno
con el distinto y hermoso escudo celeste con su inmensa SC al centro de la
franja y los colores patrios sobre él. Algunos adornan sus salas sólo con
símbolos celestes, como pude ver hace unas horas en una foto que circula por
las redes sociales. Todo esto es una pasión incontrolable que hemos vivido
desde nuestra niñez y que no intentamos disminuir con los años vividos.
Y
hoy una nueva obsesión se está introduciendo en las mentes del hincha celeste. Ver
su estadio cuanto antes, visitar la obra en su día de descanso para ver cómo
avanza. Y como dijimos hace unos meses, hasta dan ganas de chapar la carretilla
y ayudar a pasar los ladrillos para adelantar unos días el plazo de entrega de
la obra.
En toros y en chifas…
Hace
unos años las vimos en unas fotos de Plaza de Acho. Y cuando pasamos por la calle Capón encontramos las losetas en las que
los visitantes ponen sus recuerdos. En la famosa calle de los chifas, uno puede
seleccionar un dibujo en una baldosa, y estampar el nombre de su flaca, escoger
el dibujo que se le ocurra, un corazón, una flecha, una torta de cumpleaños y
por un precio módico compra su baldosa y con esto la verá ahí su pequeño
recuerdo cada vez que vaya a probar sopa rachi o kam-lu wantán.
Entonces
se nos prendió el foquito (celeste, porsu):
¿Y
si el club se anima e implementa esas
baldosas celestes en las veredas del Nuevo Estadio Celeste, tal como en el la
calle Capón? Pasarán los años y el hincha cada domingo llevará ahí a su flaca, a sus hijos y nietos
para contemplar una y otra vez las mil y una ideas que se le ocurrieron: su declaración
de amor a la celeste (o a la flaca), el cumpleaños de los hijos, o simplemente
un “Aquí estuve yo, Perico de los Palotes”.
Ahora
bien, el problema surgirá si te empatas con otra flaca… tendrías que comprar
otra losetita (quizás haya facilidades de 2 x 1).
Más ideas…
Los hinchas con mayores ingresos, suponemos, comprarían las baldosas al por
mayor o en espacios preferenciales, etc. Los ídolos y referentes hasta podrían estampar
sus huellas tipo Hollywood. Además esto puede
contribuir con un ingreso adicional a los gastos de construcción o
mantenimiento.
No
sabemos si algunos equipos famosos del mundo lo suelen usar en sus estadios. Pero
podemos ser los primeros, por lo menos en el Perú.
¿Y
tú qué opinas?
EXTRAORDINARIA IDEA!
ResponderBorrarQUE ME AVISEN CUANDO HAY QUE APORTAR Y CUANTO CUESTA CADA LOSETA. ESE SERA MI MAYOR APORTE A MI EQUIPO. SALUD ESTADIO CELESTE
ESA PLATA SERVIRIA TAMBIEN PARA LOS DEUDOS DE YAIR. SU MADRE NECESITA ESE DINERO.
Borrarel cristal necesita una grutita ahi como en la florida. se lo digo como madre de un chico que juega en la divisiones de menores. espero que lo tengas en cuenta manuel
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