Por Manuel Aranibar
Luna
Entró
el elenco celeste a la alfombra verde con sus vivos dorados como reflejo de un
sol tan fuerte que ya parecía un sol cincuenta. Y fuertes los barristas,
fuertes y valientes porque sin importarles para nada los 29 grados a la sombra
(que sólo cubre un sector de occidente) no dejaron de alentar, deshidratados
como estaban.
Los
celestes arrancaron un poco apáticos y con una pesadez de desayuno muy cargado
al pan con chicharrón. Parecían esperar lo que iría a hacer la visita. Pero no
había mucho que imaginar porque siempre los visitantes llegan a lo mismo: a
poblar el medio campo y a bloquear la salida del mariscal Lobatón. Las fuerzas
estaban medio equilibradas. Los leones seguían las instrucciones de su domador
Bam Bam que había ordenado poner obstáculos, postes, troncos, tachuelas y mil
de triquiñuelas para maniatar a los creadores celestes. No había cómo traspasar
(y vayan acostumbrándose a ello) a esos palitroques que ponen en los pinballs
que no dejan correr juntos a la bola y al que la lleva.
Jugadaza digna de la
Fox.
Y
fue la inspiración individual la que
hizo probar el aguante de las redes nuevas del arco sur, cuando el Yoshi se
hizo el jugadón de la fecha quebrando a dos troncazos huanuqueños y se coronó
con un gol de antología. Quebró a uno que se quedó petrificado, vino el otro en su ayuda y el Yoshi lo dejó surcando el pasto.
Apuntó y fusiló, todo con la zurda.
El
Yoshi es así. Cuando se le da por entrar en diagonal, logra sacar del cuadro a quienes lo
esperan por la banda para cerrarle el paso con un simple cabe por el angosto pasadizo.
Así han logrado anular muchas veces sus avances, pero cuando amanece inspirado
se le da por anotar. Y vaya que se hizo una jugadaza digna de aparecer en el
resumen de la Fox. Es que ya había anotado en casa (su mujer está gestando) y
quería repetir el plato en el Gallardo embarazando las redes del arco sur.
Aun
así los visitantes inquietaron a la zaga donde el Chasqui cometió un chasco
medio chusco. Menos mal que en la tremenda pelotera que se armó en la línea
prohibida, la bola no pasó la raya de cal. Hubiera sido una falta de respeto en
un templo dedicado a la devoción a los apóstoles celestes y su feligresía.
Los
bloopers los cometen todos y esta vez le toca al arquero Rivera que traba al
Irven. Este nadita gil se avienta a la piscina. Penal indiscutible que
resuelve Loba. Patadón arrastrado que
nos hizo dar un respingo porque el colocho casi la manotea. Dos a cero y así se
puede uno ir tranquilo a los vestuarios. A tomarse una gaseosa y a desocupar la
vejiga se ha dicho.
Ya
en el segundo periodo el poderío se acentuó. La máquina celeste, vigorosa como
un ponche de la Polar con clara de huevo y canela, derrochó ganas mientras la hinchada,
sedienta de triunfo, pedía gloria (y una gaseosa). Advincula se vinculaba más a
los ataques. De la Haza no la hizo, al menos no como se esperaba; medio que se
chupó con la amarilla que le puso bien temprano el bigotón Santiváñez y tuvo
que medirse. Ya no pudo rascar ni poner lo que pone Cazulo que estaba en lo
suyo y acompañando a los suyos por los cuatro suyos, bloqueando a los otros y alegrándonos
a todos con esas armas que ya le conocemos hace un par de años: el vigor
brotándole de los poros y la hombría charrúa reflejándose en su mirada fiera y
en su pierna fuerte.
Loba,
que arrancó desorientado, recuperó la brújula, el GPS y los binoculares y
empezó a guiar, coordinar, repartir. Y así los ataques se multiplicaron como
por seis. Legui ponía ganas y cargosería. El Leandro Luján Leguizamón entraba
por todos lados ganando por fuerza, la misma fuerza de tigre que puso cuando
jugando por Tigre se sacó a Chasqui de un empujón con el hombro. Esta vez con
el Chasqui en el mismo batallón celeste ganó varias de esas en campo contrario hasta que lo frenaron con un
penalazo. Advíncula se la pide a Loba. Carlitos, con la boca reseca por el
trajín se la entrega de puro bondadoso que es. Y la Sombra Celeste nadita delicado
resuelve el marcador con un patadón que rompe las redes del arco norte. No seas
abusivo, pues Usain, estaban nuevecitas.
Domingo de Carnaval.
Recién
entonces apareció la alegría de celebrar el último domingo de carnaval aunque
sin agua, ganas de ganar jugando bonito, atacando en bloque y trinchando con
velocidad. Ya para entonces las bayonetas celestes hincaban por todos lados. Y
no era que la canoa de los visitantes hiciera agua sino que cuando los trinches
están afilados y bien al temple son capaces de perforar hasta las paredes del Pentágono.
A estos delanteros no los podía detener ni la Interpol pero sí los palos. Pelota
al palo por derecha, pelota al palo por la izquierda; una chalaca de Ross que
vuelve a rechazar el palo. ¿Habría que mover la valla un poquitico? Pifia el
señor Bigotes y a tomarse una gaseosa.
POR PERSCY BARRIOS. buena crónica Manuel. un amigomme recomendó esta página y no quedé defraudado. le pones mucha pimienta y sales de lo comun. felictaciones.
ResponderBorraren tu cronica no has mencionado a calcaterra que fue tambien un peoncito, tampoco el chibolo cossio que la hizo bien. penny se consagro en todas las que patearon a rastron. y para que un arquero de su talla las agarre hay que ser buenazo. salud celestes y el 15 todos al nacional contra los cagones. ojo que a la tribuna sur.
ResponderBorrarSe ganó bien pero las contrataciones hasta ahora no dan fuego. Leguizamón tiene ya casi ocho meses en el equipo y no se comprende con nadie. Fijense que cada vez que entra Ross la hace mejor que él. Ojalá me equivoque pero me parece que el turco le está dando más oportunidad a los argentinos porque son sus paisanos.
ResponderBorrarLa defensa no está lo ensamblada que se necesita. sobre todo en la central. No tengo nada contra el flaco Delgado pero a este le falta maña. Balbín sabe un poco más pero no es la solución. La pregunta es, por qué se fue Ayr, que tampoco era un dechado de virtudes y un poco tronco pero era una garantía en los centros. A De la Haza le doy el beneficio de la duda, esa tarjeta amarilla lo condicionó. Esperemos que sea el apoyo necesario para el Piqui. Mejoraron las puntas con un Advincula más mosca y Yotún que como dice Aranibar cuando se mete en diagonal crea peligro. sólo les falta retorno. La línea de tres atrás no me gustaría de visitante. Todo se le dejamos al Turco.