Manuel
Araníbar Luna
¿Qué
pasó con el Sporting Cristal el año pasado por estos candentes meses
veraniegos?
La
escuadra celeste se había desprendido de varios jugadores que fueron claves en
la obtención de la Copa Movistar 2012. Pese a tan lamentable pérdida, el elenco
de La Florida obtuvo la Copa Antel ante dos gigantes uruguayos como Peñarol y
Nacional. También aplastó a Danubio con una contundente goleada de 6 x1. Los hinchas
se frotaban las manos. La satisfacción cundía entre los sufridos seguidores. Todos
soñábamos con el bi-campeonato.
El Papi Riqui…
Se
dice que para mantener dos hogares a la vez hay que tener valentía y billete. En
el cajero automático de La Florida, para afrontar dos campeonatos paralelos,
había ya poco billete pero la valentía sobraba. Sobraba también el optimismo. Sobraba
todo, hasta la enceguecedora sobradera. Y
muchos fueron ganados por esta. Algunos vaticinaban que el equipo se iba para
el bi, porque el plantel en el medio local era el Papi Riqui, el “Ya no, ya”. Y
aquellos primeros triunfos hicieron creer a la hinchada que era verdad. Los
celestes se enceguecieron con tamaña neblina.
“Más salsa que Pescao”
La
plantilla de alrededor de 30 jugadores era amplia. Pero entonces, al constatar
que en el equipo celeste había –como decía Cheo Feliciano- “más salsa que pescao”,
mucho hueso y poca carne, los comentaristas más lúcidos opinaron que el equipo
debía pedir postergación de algunos partidos del Descentralizado. Sin embargo la
hinchada celeste seguía ilusionada, ensoberbecida, sumergida en sueños de opio.
“Hay
plantel para enfrentar ambos campeonatos”, decían. Y contra esa corriente
nadie se atrevió ya a nadar.
Sin
embargo, los problemas empezaron ni bien arrancó el Descentralizado y la Copa Libertadores.
Llegaron las lesiones y se comprobó desgraciadamente que había jugadores de
sobra pero no todos llegaron a estar al 100% en estos compromisos. Irregularidad
en el Descentralizado y estrepitosas caídas en los encuentros internacionales. En
resumen, en el 2013 se avanzó de tumbo en tumbo. En unas tardes se triunfaba y en
las siguientes llegaban los desastres.
Hoy
vemos una plantilla cervecera del 2014
que hierve de deseos de lograr un buen desempeño en la pre-Libertadores y
seguir avanzando. Igualmente volvemos a
soñar con el título. No han llegado todos los que la hinchada pedía, pero ya el
caballo está en carrera y no va a regresar al partidor.
Es
el momento de empujar al equipo pero hacia adelante.
¡Salud,
gladiadores cerveceros!
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