Por Manuel Araníbar Luna.
Como
estaba ya descrito en notas anteriores, el Legui es un cazador de goles que se
las busca como puede. En este gol contra Vélez, Leandro se abre por la
izquierda para recibir la encomienda. Cuando la tiene en pie, empieza a meterse
en cortada. Es que cuando un derecho la recibe por la zurda le rompe el cerebro
a los marcadores que esperan que se vaya por la banda.
Se
abre paso a zarpazos como quien camina entre la maleza de la selva peruana elude
piernas a punta de vigor. Se lleva a tres siempre volteándole el tablero a los
defensores de Vélez. Y, cuando ya está a tiro de francotirador, desengatilla un
dinamitazo con la derecha que rompe las piolas como las Mamarrata navideñas de
acá.
Los
celestes esperan goles así.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario