Por Manuel Araníbar
Luna
En el cumpleaños de Renzo Sheput, uno de los referentes celestes con su maravillosa zurda de PIncel, hoy lo felicitamos publicando una de sus crónicas. Uno de los momentos inolvidables de este año fue el golazo de Renzo Sheput a Tigre. Hoy lo recordamos en esta crónica.
“De la vida
pido poco.
Y de ese poco pido poco”
-Facundo Cabral-.
Y de ese poco pido poco”
-Facundo Cabral-.
Es
malo hacer muchas cosas que no arrojen beneficio ni alcancen
trascendencia. ¿De qué te sirve hacer cien huachas si al momento te quitan la pelota? El refrán dice, de lo bueno poco. Bien, ayer el
Pincel hizo poco de lo poco, ¿Que la tocó sólo un par de veces? Cierto.
¿Estuvo un poco opaco? También es cierto.
Loros mañosos...
Pincel
es un jugador que en un partido hace sólo tres o cuatro cosas y luego trota
girando la cabeza a 180 grados como un radar, mirando de reojo, como
hacen los loros mañosos cuando espían a las solteronas, pero siempre pensando a
quién pedírsela, qué hacer con ella o dónde colocarla (a la pelota, no a la
solterona). Pero ese par de cosas que hace lo convierten en uno de los maestros
sudamericanos del toque, uno de los
káiseres de las curvas, mejor dicho, de las pelotas con curva.
¿Quién le pega, yo o
tú?...
No
obstante, todos sabemos que el Renzo no es el único celeste que hace con ella
lo que quiere. A inicios del año pasado la polémica era ¿quién pateará los
tiros libres? Y Mosquera, un Salomón con corbata italiana, decidió lo lógico,
lo obvio: si la barrera está a la izquierda la mandará Loba, y si
está a la derecha lo hará Pincel. Esta vez la barrera gaucha no estaba tan
clara ni tan políticamente definida. Era un tanto convenida: se situaba
ligeramente inclinada a la derecha. Ambos artistas se cuadraron uno al lado del
otro, midieron, aguaitaron, calcularon, cuchichearon mientras el arquero los miraba
alternativamente tratando de descifrar la adivinanza del pato con una
pata. Mala pata: los dos maestros de la filigrana decidieron, pero sólo en el
último segundo.
Chimpún de seda…
A
unos metros de la puerta de su casa, la veleidosa redonda coqueteaba con ambos,
deshojando margaritas, ¿con quién se iría? El elegido fue Renzo. No fue un
patadón, como suelen ser los tiros libres de Libertadores. Digamos que fue un
balazo disparado desde un cañón con el tubo curvado hacia la izquierda del
arquero. Y allá fue. ¡Fua! Toque con chimpún de seda y billarazo seco y
enroscado. Se inflan los cachetes de las mallas y estas sonríen y agradecen ese
caramelo celeste. Rugido de leones en la tribuna y maullido de gatos en
la barrera. El árbitro señala el medio campo sin convencerse aún si fue gol o
si sólo fue el sueño de una tarde de verano.
Y
algunos limeños van a galerías de arte a ver cuadros y esculturas,
olvidando que en el Alberto Gallardo a menudo se suelen ver obras de
arte.
PINCEL ESPERAMOS QUE TE RESTABLESCAS Y ESTE AÑO ANOTES MES GOLES
ResponderBorrarHASTA EL MOMENTO DE TU LESION ERAS EL GOLEDOR CERVESERO. SALUD PINCEL!
TIENES RAZÓN. ERA EL GOLEADOR. Y SE MANDÓ BUENOS GOLES. DEBE QUEDARSE PORQUE EL PINCEL ES CAMISETA CELESTE DE NACIMIENTO
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